Eduard Alexander Crowley. Pseudónimos: To Mega Theron
(griego: “la gran bestia”), Gerard Aumont, Frater Perdurabo,
etc. 1875 / 1947. Mago y lírico inglés, fundador de varias
órdenes esotéricas que se creía mediador entre los poderes ocultos
y los hombres. Si bien es cierto que muchas veces se interpretó de
modo equivocado su máxima: «Haz lo que quieras, ha de ser la única
ley», no es una exaltación del desenfreno sin límites, sino el
reconocimiento casi fatalista de que el yo del hombre está
entregado casi por completo al acontecer fuera de su alcance.
Crowley se ocupó del I Ching y el tarot y fundó, en
1920, su abadía Thelema en Cefalú (Sicilia). Allí se dedicó, junto
con sus adeptos, a recoger experiencias mágicas, oculto / sexuales
y condicionadas por las drogas, para alcanzar una amplitud de
conciencia, teniendo importancia para su comprensión de la
magia una excesiva vida amorosa bisexual. En l923 fue expulsado de
Italia. Crowley poseía la capacidad de la escritura automática y
creía poder invocar a los espíritus. Existen informes sobre varias
citaciones, pero es difícil aclarar si los efectos de la
invocación sobrepasaron los de una mera ilusión o alucinación (…).
Ahora, ALAN MOORE, visto (que no retratado) por numerosos
camaradas de la profesión, en un cuidado, sólido y económico
volumen.
Datos técnicos.-
Título: ALAN MOORE: RETRATO DE UN CABALLERO
EXTRAORDINARIO.
Múltiples autores.
Coordinan: SMOKY
MAN, GARY SPENCER MILLIDGE, OMAR MARTINI, Formato: 21.4x15 cm.;
306 páginas en blanco y negro y color, más portada. Encuadernación
en lomo. Cosido con hilo. Cuesta: 14`95 €. Traduce, maqueta,
rotula –y portada a cargo de- RAÚL SASTRE. Edita RECERCA
EDITORIAL. ISBN: 84-931809-5-5
Libro coordinado por: Smoky man y Gary Spencer Millidge. Los
beneficios obtenidos con las ventas de este libro serán destinados
a organizaciones que luchan contra el Alzheimer, en el caso de
España a CEAFA. Encomiable gesto de la Independiente en cooperar en combatir una enfermedad que está más extendida de lo
supuesto, y que arraiga especialmente en la clase / casta
política.
En este mundo duro, cínico y cruel, asombran gestos
semejantes.
¿De qué va
esto?-
Más o
menos sentido homenaje al siniestro barbudo de Northampton y su
labor en su quincuagésimo aniversario, efectuado por un extenso
casting de lo más granado del cómic y los audiovisuales, donde
destacan la profusión de autores italianos y colaboraciones
españolas, casi todas versando sobre lo mismo: el modo y forma cóm
la obra del Reputadísimo cambió susvidas
Algunos se permiten repetir ronda en el tributo / retrato de
cumpleaños al Arioco de los cómics, ilustre dios demonio albionés
conjurado en este plano bajo el nombre de Moore (Alan).
ADVERTENCIA: NO ES BIOGRÁFICO.
Errada elección del título. Correctamente, debió titularse TRIBUTO
a un caballero extraordinario, porque por ninguna parte se
adivina el retrato (en la forma que se pretende en el título, al
menos; profusas fotografías y dibujos retratan a Moore (Alan) a lo
largo de sus páginas.)
Tributos al
encantador de serpientes.-
Cosa
a lo que, entre otras esoteradas, se dedica ahora Moore
(Alan) tras su retirada activa de los cómics, un anuncio
que lleva haciendo desde hace bastante y, como el famoso diestro,
siempre termina regresando al ruedo. Cuestión de tiempo y de $,
fijo.
Es
recomendable que la lectura de este magnífico libro, de cuidada
factura, amplios márgenes aprovechados para anotaciones, buena
maquetación y apropiado tamaño (todo tienta al lector para
adquirirlo, especialmente, el mooremaníaco), se inicie en la
página 289. Una vez leído el singular testimonio de DARKO MACAN
(¡al fin alguien más notó la referencia a Mad Max!) se
puede leer normalmente.
Entonces, el lector que busca una fórmula magistral para escribir
guiones á là Moore (Alan) e imitarle, o los que esperan una
biografía más o menos exacta y / o escandalosa o difamatoria sobre
el Reputadísimo, puede llegar a sentirse defraudado. Incluye
jugosos datos biográficos, cierto, pero nominales (nacimiento,
educación, bodas…) expuestos de un modo ameno e ingenioso, pero
advertido va: Retrato de un caballero extraordinario no
recoge cosas del tipo:
Cuando tenía
14 años, me casqué una rodilla y eso produjo una superproducción
de gammaglobulina
(sea lo que sea)
en mi cerebro y desarrollé un tercer hemisferio, el de mi
increíble genio…
o de la especie:
…el joven
Moore (Alan) eludió el servicio militar fugándose a los distritos
londinenses más deprimidos, donde halló material sedimentario para
futuras composiciones…
nada de eso. Ni cadáveres a los postres, ni escándalos
sexuales, ni niños aporreados salvajemente a medianoche. Se
intuye que Moore (Alan) es un señor tranquilo con peculiares
manías (muy británicas, muy a lo CONAN DOYLE), ávido consumidor de
té (y al parecer, de otras hierbas del diablo).
Se
itera exhaustivamente sobre WATCHMEN: de cómo cambió infinitas
vidas; de cómo alteró el mainstream, de cómo el gran
Mega Theron del cómic intentó remediarlo; muchos se
despachan a gusto expresando sus paranoias de lo que creen ver en
la obra de Moore (Alan) y, seguramente, no existan. Páginas de
ilustraciones y cómics, homenajes a alguien cuyo resplandor
cegador se envidia con mayor o menor pudor.
Es
un libro del medio, hecho por gente del medio, para gente del
medio y afines. Ojalá logre tal difusión que atraiga a foráneos
del medio.
Algunos de estos testimonios / elogios son realmente plúmbeos,
como el de MARCO ABATE, e inadecuadas resultan ciertas
ilustraciones y cómics. Algunos autores americanos no resultan
particularmente afortunados. Taponan su torpeza con palabrotas.
Algún día habrá que disertar sobre esto: La palabrota como
recurso salvavidas literario.
Varias aportaciones huelen sospechosamente a: ¿Huh? ¿Tributo a
Moore (Alan), ese barbudo excéntrico inglés, tan siniestro, tan a
lo Gratefull Dredd? Vale. ¡Eh, Alan, chaval! ¡Cojonudo!
¡Sigue así otros 50 tacos! ¡Soy gran fan tuyo, me mola tu
personaje! ¡Viva
La Masa!
No
importa la exactitud, sino que el nombre conste en los créditos.
Aunque la confesión (en toda regla, pese a la prosopopeya que la
adorna) de STEPHEN BISSETTE aporta valiosa información, su misma
estructura perjudica al resultado. Hay que hacer un Supreme
esfuerzo para terminarla de leer.
Se
reproducen entrevistas efectuadas al Reputadísimo que verifican su
locuacidad. En esa época andaba liado con algo titulado El
Amnios Natal (que suena repugnantemente orgánico) y ya
expresaba sus inquietudes esotéricas.
Algo
peculiar observado en otras declaraciones es que nadie recuerda
los nombres (ni fecha concreta) de los lugares (restaurantes,
estaciones, tiendas) a los que Moore (Alan) llevó al protagonista
de la anécdota.
JOHN
COURTHART aporta un interesante cómic preñado de SINCRONICIDAD.
(Cosa que el propio homenajeado alienta cuando habla de su ciudad
natal). Hay dos interesantes aportaciones (además de las
vicisitudes descritas por Raúl Sastre sobre los mil traumas que
padeció esta edición, que casi acaba con ella), la BUENA, SINCERA
y HONESTA de CHRIS STAROS (alguien que ignoraba TODO sobre el
cómic hasta leer V for Vendetta, aficionándolo hasta la
médula), lo cual constituye el logro que Moore (Alan) perseguía
con su titánico esfuerzo de ABC, empeño tachado de locura, apenas
elogiado. Cierto que un solo lector no compensa los grandes costes
editoriales, pero es el indicativo anhelado. La otra corresponde a
MICHELE MEDDA. Confiesa que ciertas obras del Arioco del cómic no
le gustan o las considera inferiores a
(Wachtmen)
trabajos anteriores del Emperador de los Helados. En medio
de tanto halago insincero, facilón, agrada una opinión expresada
con honestidad. Fijo que el Reputadísimo, en el fondo, lo
agradece.
Otros textos conjuran la fea sensación de que fueron escritos Dios
sabe cuándo pero jamás encontraron hogar. Esta es su oportunidad,
como demuestra JOSÉ ALANIZ (¡repite tres veces!): despelleja tan
meticulosamente la obra del homenajeado (como hizo William Gull
con Mary Kelly) que más que un tributo al dios demonio de
Nothampton parece una forma de publicitarse él. Profuso, erógeno,
ve en todo un doble sentido porno / antifeminista y tiene a
FOULCAULT y VIRGINIA WOLF para demostrarlo, y en la reserva, FREUD
y DE SADE. Parece proclamar: ¡Fijaos cuánto sé! Despellejé al
ídolo: ¡se compone de humo y espejos!
Ausencias.-
El
fulgurante casting logra resaltar las llamativas ausencias
de otros nombres cuyas palabras se ansían leer, como las de KEVIN
SMITH, FRANK MILLER o BERNI WRIGTHSON: ¿qué opina del gótico
trabajo realizado sobre su más famoso personaje, La cosa del
pantano, el superreferente junto a
(Wachtmen)
From Hell
y algunas más. (Curiosamente, La liga de los extraordinarios
gentleman no es buen bocado, al contrario de Tom Strong,
de numerosos paladares.)
Reiterando: ¿el verborreico Kevin S. asume su rol de BOB EL
SILENCIOSO, nada tiene que decir? Fijo que cualquiera de los
restantes tributarios lo informó de la iniciativa. ¿Porqué no
ofreció su versión de los hechos?
Son
nombres al azar, desde luego. Pueden señalarse otros muchos
ausentes, como, por ejemplo, Stan Lee…
De profesión,
invisible.-
Tal
como el hirsuto Emperador de los Helados pretendía convertirse,
contó a Bissette. Quiere contactar con el Más Allá y desarrollar
sus cualidades metapsíquicas, dar conciertos, representaciones
teatrales con su grupo cuyo nombre es kilométrico, terminar su
segunda novela (la primera es tan odiada como amada)… Y, sobre
todo, convertirse en invisible.
Como
Chamán de Northampton parece haber invocado, tras un extenuante
ritual, a un dios / serpiente romano (o a Thulsa Doom; quizás fue
James Earl Jones.) Tras encantar (como serpientes) durante
casi tres décadas a legiones de fans, pretende explorar nuevos
mundos, físicos o no. ¿Excentricidades de genio o tomadura de
pelo? Sospechamos la respuesta en la página 174…
Resultan singulares los paralelismos que la biografía de Moore
(Alan) está trasuntando con la de Alistair Crowley, y por algún
que otro indicio, se aventura la impresión de que, realmente,
extrañas fuerzas parapsicológicas operan aquí.
Este
libro recoge algunos testimonios que ratifican la leyenda urbana
sobre el volumen y densidad de los guiones de Moore (Alan), como
guías telefónicas. Están redactados (a máquina) a un espacio y sin
separación entre las planchas a dibujar, hasta resulta difícil
discernir el número de viñetas que construyen cada página (datos
reseñados por Bissette).
La
profusión de palabras y su volumen de páginas recuerdan el
fenómeno paranormal de la escritura automática, característica que
los guiones de Moore (Alan) comparten con este fenómeno.
Un
potente interrogante se manifiesta constantemente a lo largo de
todo el libro. Algunos lo comentan con soterrada envidia; otros,
con sublime arrobo: ¿De dónde saca Alan sus ideas? (Cabe
añadir: ¿Y la velocidad y tiempo para escribir tan abarrotados
guiones?) El propio Moore (Alan) apunta una suerte de
respuesta en una entrevista; por supuesto, algo esotérico.
¿Acaso Moore (Alan) es Crowley redivivo? (La influencia de este
sujeto en su obra es manifiesta.) ¿Está poseído? ¿O realmente su
cerebro posee una glándula extraña que opera como un misterioso
receptor que atrapa ideas flotantes en el nebuloso limbo creativo,
donde nadan todos los argumentos, o refleja esos planos
peculiares, donde Superman existe, y capta todo esto con mayor
claridad y potencia que los demás? ¿O los fantasmas de WILLIAM
BLAKE y Crowley le chivan cosas espiadas en los guiones y mentes
de otros autores, dándole ventaja y lucidez? ¿Es Moore (Alan) mero
vehículo de otros muchos e invisibles escritores?
¿O
el Emperador de los Helados es realmente un dios demonio acorazado
con profusas barbas y cabelleras, adornado con siniestros y
barrocos anillos y su cerebro, como el corazón de Arioco, yace en
un singular nódulo de comunicaciones e hiperactividad, en otro
plano, transmitiendo a sus ágiles dedos las genialidades
absorbidas en un millón de esferas?
¿O
su información, en la mejor tradición canónica procede FROM HELL?
En sí,
Retrato de un caballero extraordinario.-
Este
libro comparte los defectos de Las cartas de Groucho.
Cuando el remitente es Groucho, ¡fantástico! Delirio brillante de
alto voltaje. Cuando otros remiten, malo: son burdas y patéticas
copias, luz de vela.
De
esto mismo pecan muchas contribuciones: de ser un Pequeño Alan
pero sin garbo, con turgente torpeza, de nuevo, patético.
¿En
qué es extraordinario Moore (Alan)?
En
que en verdad es un mago, dotado con el poder de resucitar las
obras moribundas o muertas. Pero su poder contiene una oscura
maldición y es que el cadáver, tan sanamente restablecido, vuelve
a morir una vez el mago inglés se va. Y la más potente corrupción
se apodera de la colección otrora resucitada.
Y,
sobre todo, en que es leal a sí mismo en todo momento; no obedece
a clichés: él es así.
El
libro es indispensable para el mooremaníaco y para aquél que
conoce y admira su obra, y al loro, además de su encomiable
contribución a la lucha contra el Alzheimer, este volumen,
publicado por otra Editorial (concretamente, y no son ni leyendas
urbanas, ni maledicencias infundadas, sino hechos económicos
contrastados) en la que empieza por N de Nemo, costaría un pastón.
¡Y sólo cuesta 15 €! Y nada más sostenerlo en las manos ya
transmite sus cuantiosas cualidades, por su peso y solidez, su
calidez, llamado a perpetuarse, a ser rara joya en breves años.
No
obstante, sus grandes méritos se ven empañados por las numerosas
erratas y faltas de puntuación. Algunas se delatan cosa del mismo
proceso informático seguido para la impresión, pero otros acusan a
la labor del traductor. Quizás culpa del entusiasmo o la
responsabilidad que supone semejante trabajo. Se observa una
repetición de párrafos y un abuso extenso del ; .
Sería una lástima que un libro tratado con tanto celo y esmero por
parte de los responsables de Recerca Editorial y Raúl Sastre viera
peligrar sus ventas por la plica. De veras, esa letrita contiene
veneno. Abundan los lectores que, topándose con una letra de ese
tamaño, en párrafos tan abarrotados, huyen. Ni la superabundancia
de testimonios gráficos, que refrescan la vista, ayuda.
Deseamos muchas y futuras ediciones a este libro. Su formato es
fantástico, pero mejorará sustanciosamente cuanto corrijan la
plica.
Expresamos al dios demonio de Nothampton nuestras felicitaciones
en su 51 cumpleaños y sobre este libro, en conjunto, ¡Excelsior! |