RECERCA EDITORIAL inicia su nueva etapa de (tras disociarse de
Alecta) con nuevos y ambiciosos títulos que según el Director
de esta Independiente, XAVIER
MORELL, pretenden continuidad en las estanterías de las tiendas y
la fidelidad de los lectores.
Además, su Editor se marcó otros objetivos de esfuerzo nada
desdeñable, como medrar en el difícil campo del cómic en España,
rescatar al lector defraudado y atraer otros nuevos (así que ¡deja
el videojuego de una vez, niño!)
Su
empeño lo componen diversas publicaciones, como las dos reseñas
que ocupan estas líneas. En palabras del Editor, la primera
constituye su principal, más fuerte y atractiva apuesta, la
licencia más disputada, ambiciosa y jugosa de los últimos tiempos,
dispuesta a arraigar en tus colecciones habituales y enfocada a un
gran número de fans que lo esperaban ávidamente, la espectacular
combinación en technicolor / photoshop de pompones y colmillos
BUFFY, CAZAVAMPIROS.
Datos técnicos.-
Publicación bimestral recopilatoria. Formato: 17x24 cms. Papel
satinado. Color technicolor / photoshop. Portada / fotomontaje de
Sarah Michelle Gehlar (protagonista de la teleserie). Por
sus 156 páginas pagarás 11`95 €. Flexible, bien encuadernado (no
se deshoja). Contiene 6 historias divididas en 2 sagas. Material
Dark Horse. Genéricamente titulado Origen. Acción, vampiros
y gracietas tipo Sensación de vivir. Rollo californiano.
Palabra clave: baboso. Traduce: Studio Sulaco.
¿Quiénes lo hacen?.-
Basándose en material original de JOSS WHEDON, su creador (cuyo
largo-metraje, donde Rutger Hauer interpreta el PEOR papel de su
carrera, como archinémesis / cliché de Buffy, no se olvida),
guionizan la saga The Origin: CRHISTOPHER GOLDEN y DANIEL
BRERETON. JOE BENNETT se curra los lápices de todas las historias
(uniformando el resultado.) Entintan: RICK KETCHAM, RANDY EMBERLYN
y J. JADSEN. Color de JEREMY COX y GUY MAJOR.
ANDI WATSON guioniza los siguientes episodios.
Equipo
artístico sin cambios.
¿De qué va?.-
The Origin (con nefandas portadas astutamente sustituidas por
el fotomontaje) adapta la película infernal y te pone en
antecedes, aproximadamente esto:
Buffy Summers
(¿pariente de Scott Summers?) es adolescente pijotera WASP de L.A.
modelo Melrose Place marcada por un peculiar sino: es La
Cazadora, La Elegida, destroyer del inframundo, reina-bruja
Boudica matavampiros, dotada de superfuerza y los latentes
recuerdos de sus antecesoras formando una base de datos mental que
la guían y ayudan en su misión, observada por unos fascistas de
una antiquísima secta que destinan a un calvo talla armario tres
puertas a amargar la existencia de Buffy revelándole su utilidad
vital. (Con lo contenta que estaba ella con su anodina vida de
novietes, precoz despertar sexual, Clearasil y su nombre de
ardilla.)
Buffy se lo
toma con deportividad, leve escepticismo y guasa varia.
Pero el calvo es rotundo e insistente y con manías raras. ¿Cómo
persuade a Ardillita? Dándole un voltio por el cementerio. Normal.
Lo de toda la vida. Aquí ocurre una aventurilla que produce la
conversión de Buffy. Natural: ver emerger un vampiro de su tumba
reciente causa efecto.
La actividad
del archienemigo / cliché que interpretaba Hauer provoca el
suicidio del inestimable calvo, obligando a Buffy a jurar lucha y
venganza eternas, aunque con otras palabras, porque el sábado hay
baile y elegir vestido y pareja la mosquea más.
El sarao en
cuestión terminará en una masiva barbacoa donde la bizarra Buffy y
Friends (¡uff, con hueso dimos!) salen vencedores… Gracias a una
añagaza peculiar. Buffy y un friend se largan a Las Vegas, tierra
tradicional del vampirismo, donde se camuflan de jinetes de
máquinas tragaperras. Han de hacer limpieza.
La segunda
tanda de episodios complementan y siguen la teleserie, de modo que
si no la sigues con cierta asiduidad, estarás desconcertado y
confuso con determinados diálogos, sobre todo, efecto que acaso se
produzca en los seguidores de la serie.
Andi Watson nos
transporta al exótico Sunnydale (en la Guía Fierastone Infernal
aparece como la Boca del Averno), California, donde los
tránsfugas, desertores, expatriados y psicópatas de la serie de
Embrujadas palman a manos de Ardillita y friends, así que ya lo
veis, si perteneces a las huestes infernales, te tienen acorralado
por toda la televisión. Sin escape, a lo Van Damme.
Las portadas de
esta serie regular las dibujan gentes como ARTHUR ADAMS o
CHRIS BACHALO (el de la bacalá de Steampunk),
nuevamente sustituidas por fotomontaje de Sarah Gehlar con carita
de no romper nada.
Estos episodios
encarrilan y dan continuidad para garantizar el dólar a la Dark
Horse. Es una lástima que el vampirivillano del nº 4 (1º de la
serie regular) dure tan poco. Tenía su enjundia.
¿Qué tenemos aquí?.-
Buffy es un ejemplo patente de cómo diversos medios de ocio se
entrelazan y entroncan, apoyan, complementan y nutren
simbióticamente, tratando de rentabilizar hasta el último átomo
posible. Es un producto especializado enfocado a una concreta
franja de público: jóvenes manipulados y dogmatizados por Fido
Dido, Adidas, teleseries surrealistas de adolescentes premaduros
que adquieren y dispendian unos roles determinados por la
sugestiva publicidad de los refrescos, los Fiats y la desidia de
los padres que abdicaron en la TV sus facultades docentes, la
falta de valores, criterios y o creencias que el colegio intentaba
inculcar: el civismo.
Buffy puede resumirse como un mata / mata light, con BSO de
Jason Donovan cantando Seal with a kiss, quinceañeros con
rolletes sentimentales, acné, traumas post pubertad, ristras de
ajos y afiladas estacas, cuanto cliché sobre vampiros hubo y habrá,
personajes planos, sin proyección, relaciones sáficas, cyborgs mal
ensamblados y demás personajes horteras impuestos por la ley de la
gravedad.
¿Revisitación?.-
No,
rotundamente. ¿Un intento? Quizás. Pero el invento de Whedon no
refresca el socorrido género vampírico, al menos, no como Blade,
Vampiros o Abiertos hasta el amanecer, por ejemplo.
Este cómic pudo
jugar esta baza, mostrarse alternativa, más oscura o audaz, pero
se ciñe a criterios sólidamente asentados, que quizás puedan
contemplarse como su virtud o mérito principal. (Hasta que llegue
Alan Moore y…)
Quiero ver ese intento, al menos, en el nº 5, quizás el mejor.
Todo episodio se divide en dos: prólogo / nudo preparatorio y
desenlace / masacre siempre con Técnica Trinity coceadora y estaca
final. Un BOOM verde y listo, al burguer y luego a vomitar la cena
para guardar la línea.
Bennett dibuja
esa máscara de Hummungus que Buffy usa en este episodio más como
la pantalla respiratoria (o lo que sea) del Predator. ¿Es
un guiño, una ironía, algo comunicante, Cazadora / Predator
eliminando vampiros casi siempre dibujados con un estilo
wrigthsoniano…?
Los secundarios
y friends de Buffy merecen unas letras, pero el espacio para
Ardillita se agota y prefiero dedicarlo a resaltar cosas de más
valor, como los dos artículos que complementan este luminoso rollo
vampiriforniano, bien ilustrado (como, espero, muestra de respeto
al fan y anzuelo al lector indeciso), el primero un prólogo del
Editor y el otro, epílogo, firmado por EVA R. ERVARD y RAFA DEL
RÍO, encargados del Correo del Lector, donde marcan los límites y
composición del Buffyverso.
Los
fans de la teleserie pueden frotarse las manos. Les han dado lo
que querían y quizás más (el dibujo es muy bueno y los guiones dan
de sí lo que Whedon quiere) y el lector a la deriva quizás
encuentre un rato de ocio inédito. Recomendable a lectores poco
exigentes y abiertos a nuevas sensaciones.
La viñeta:
Buffy encierra en un salón de baile un hartón de vampiros para
achicharrarlos, trabando la puerta con una cadena de bicicleta.
¡Aprende, Van Helsing!
La frase:
No quiero una chica con buen gusto. Quiero una chica que sepa
bien.
Lo mejor:
La
relación cantidad / calidad / coste (detalle con el fan).
Lo peor:
¡Falta Jack Crow!
El otro título
con el cual Recerca se la juega es SUPREME: EL
RETORNO, y confío haber diseccionado adecuadamente el
material y hallado sus joyas y defectos, porque, de entrada, tengo
el GRAN handicap de reseñar al Reseñado Por Excelencia:
ALAN MOORE.
¿Qué decir que
no haya sido ya manifestado sobre el Michael Moorcock del cómic
por otras mentes más agudas e ingeniosas, resultando innovador,
deslumbrante? Porque dejémonos de historias: aunque el volumen
compendia el trabajo de más personas, todas quedan eclipsadas por
la presencia de este hijo de la Gran Bretaña.
¿O no?
Antecedentes.-
Anteriormente
publicado por Dolmen, Recerca mantiene el formato de
volumen recopilatorio (¡con tres historias!) del trabajo Moore
(Alan) en esta colección del Superman canoso (¿o albino?)
inventado (dijéramos) por el inefable ROB LIEFELD, una
gracieta que tuvo el hombre cuando se le pasó el berrinche de
The Avengers, esto, Youngblood.
Imagino que eso de Supreme, el Retorno, Recerca lo emplea
para diferenciarlo del material publicado por Dolmen. Pero
¿de dónde, de qué, regresa? Aunque quizás no esté mal escogido,
teniendo en cuenta que la continuidad, al menos con Supreme,
no fue el fuerte de Dolmen.
Aún
espero el 6 de 6, sobre los Supremevillanos o algo de eso.
(Advertencia:
en esta serie todo es supreme, hasta las supremecagadas.)
Datos técnicos.-
Volumen 2 de 5, recopilatorio. Publicación mensual. Formato: 17x24
cms. Por sus 64 páginas en sombrío color pagarás 5`80 €. Formato y
calidad similares al de Buffy. Material Awesome. Portada:
CHRIS SPROUCE y unas siglas. Traduce: RAÚL SASTRE.
¿Quiénes lo hacen?.-
ALAN MOORE (al guión, sobre material original de ROB
LIEFELD) CHRIS SPROUCE, GIL KANE (errrrr), RICK VEITCH y el
veterano JIM MOONEY al dibujo. Aparentemente, ellos se entintan y
dan color... Edificantes ilustraciones intercaladas de ALEX ROSS.
¿Qué es esto?.-
Más argucias
narrativas británicas de Moore (Alan) aportando su cínico, irónico
y culto punto de vista acerca del tema mosaico
de Superman (a las claras, SU Superman), sus sagas, entornos,
afluentes e influencias, decadencia y auge decadente, críticamente
diseccionado por su aguda pluma / escalpelo, lustrando el inefable
producto de Liefeld (en plata, su PRETENDIDO Superman) demostrando
en qué pudo convertir al Boy Scout más viejo del mundo de
habérselo permitido.
Una historia de la frontera.-
Una
vez, una tribu de jóvenes autores hot se rebeló y chuleó a
la Editoriales (con Mayúsculas) que, por hábito, bordeaban a los
autores, enfrascándose en una lucha por derrocarlas con sus
editoriales personales, como IMAGE, donde crearían COSAS
INCONCEBIBLES, jamás vistas, que repercutirían en tu vida y sueños
más allá de la tumba, cosas tales que el hombre incapaz de
amoldarse a su NeoRenacimiento tendría que suicidarse.
En lenguaje de porteras: se iban a CAGAR los de las Editoriales
Mayúsculas.
Lo
cambiarían TODO, hasta a Stan Lee.
¡Temblad, Marvel, DC, Judge Dredd!
(Este fue el
motivo por el cual Son Goku emigró a Namec.)
Y
cuando se les pasó el Berrinche (lo único con mayúsculas de todo
esto), volvieron mansamente al redil a pedir trabajo a quienes
iban a mandar al paro.
Se
arguye que las directivas cambiaron, que el nuevo personal era más
y mejor, había diálogo, consenso y tal y cual y Pascual…
Personalmente, siempre vi en Youngblood o Spawn
delirios argumentales que sus creadores sufrieron en una etapa de
sus carreras y los dinos que mandaban en las Editoriales
mayúsculas negaron su desarrollo (y que, a la postre, se demostró
acertado.)
Su
respuesta fue el rebote independitorialista. En el prólogo de
FRANK MILLER a la Biblia
de Spawn,
describe las causas y efectos y la arrogancia como afrontaban unas
perspectivas que resultaron exageras y defraudadas.
Los
innovadores hicieron lo mismo (más fetish, acaso) y cuando se les
agotó la causa del berrinche (digamos, diez, quince números), se
desplomaron.
¿De qué va?.-
De
los Nos. 55 y 56 de 1997 (el año que Snake Plissken huyó de Nueva
York) de la colección más extra (una historieta tipo relleno de la
fatigosa Suprema y los pusilánimes de
La Liga del
Infinito
actualizando una aventura mitológica de Thor.)
El
nº 55 narra una aventura donde el trasunto de Clark Kent
inventado por Liefeld (ya sabéis, LA autoridad del Dibujo, el
Arte viviente, espejo de artistas, el dibujante que fue y será),
aquí llamado ETHAN CRANE, dibujante de cómics (como novedad, no va
mal), narcisista engreído que dibuja sus aventuras en la colección
OMNIMAN, se despierta (con su memoria intacta) en un mundo
racista donde él no es Supreme, sino Supremacista y su peor
enemigo es El Integrador. Ahora dibuja KLANSMAN (que, por
cierto, es el título de una película de Lee Marvin sobre el KKK.)
En su fortaleza aérea, Supreme / macista (con un rumboso uniforme
de bandera de Dixieland) descubre que uno de los miembros de la
abigarraba y bizarra LIGA DEL INFINITO (otro inefable), Wild Bill
Hickok, trastocó el espacio tiempo por amor, haciendo triunfar a
la Confederación sobre la Unión con el ingenioso método de detonar
un núcleo en Washington.
Esta parte de la historia (las páginas centrales) la dibuja GIL
KANE (¡errr!), retomando la conclusión Sprouce.
Moore (Alan) nos relata una oficiosa biografía de Wild Bill
(menudo prenda) y re-monta su muerte, necesaria para devolver la
normalidad al espaciotiempo conocido. Esta vez, Moore (Alan) deja
pasar unos de esos tics que tango degusta: la Mano del Hombre
Muerto (o sea, las cartas que Wild Bill tenía en las manos cuando
lo mataron, en una partida de póker.)
Por
cierto, ni Wild Bill ni ningún desperado del Oeste caminaba por el
centro de la calle. Lo hacía bien pegado a la pared y cuando debía
doblar en una esquina, aferraba sus revólveres. Odiaba a los
tejanos a muerte.
El nº 56 narra
la fuga de varios supremevillanos, ávidos de venganza y dólares,
como siempre. Lo mejor de este episodio (además del TELEVILLANO)
es que verificas de nuevo la predilección de Moore (Alan) por los
villanos más que por los héroes, especialmente por los que poseen
un pasado, un velado (o descarado) trauma (quizás infantil) apenas
soslayado o una grotesca y grosera parodia de algún popular
supervillano de una famosa serie, aunque esto lo agota pronto.
Despunto al
Televillano porque los demás son sospechosos habituales: el doble
malvado de una oscura dimensión paralela, el gárrulo cósmico, el
sicario estelar carnudo, que Moore (Alan) va aparcando para dejar
paso a los extravagantes malvados, como prefieren sus compatriotas
Moorckok o Tim Burton. Esta vez es Óptilux, el supremeenemigo
definitivo, un tío de luz realmente pesado.
El
dibujante principal de ambos números es Sprouce, que parecía
calentar lápices para su futura etapa en TOM STRONG (ese
cruce entre Superman y Doc –Clark- Savage) de la ABC de Moore
(Alan), una titánica empresa donde este personaje despuntó,
segregando colecciones adicionales.
Verdaderamente,
Moore (Alan) pareció usar Supreme como laboratorio para
Tom Strong, pues lo dotó de numerosos recursos narrativos y
gráficos aquí desplegados, pero con mayor libertad, al tratarse de
un personaje suyo, no la concepción de otro.
Espero tener
ocasión de echar unas letras sobre el tema, este aparente giro de
Moore (Alan) hacia la literatura hard boiled o el
steampunk, manifiesto en su Liga-X.
No obstante,
encuentro el correcto trabajo de Sprouce frío y pragmático,
carente de cinética y dinamismo, casi visualmente neutro. Y no
terminas de precisar si es algo deliberado impuesto por Moore
(Alan), un fatiga del detallito y la atmósfera, como
contraposición al canon Marvel de dinámica y cinética en el cómic,
o es que Sprouce dibuja así.
Mientras que
Gil Kane (¡errr!) se ocupaba de la parte central del nº 55,
dibujando la explosión nuclear menos nuclear del mundo, RICK
VEITCH lo hace del nº 56, mimético del estilo de Sprouce, Liefeld
o el que le echen, parece.
Moore (Alan) se
sumó al tarantiniano tic de recuperar viejas glorias, un tanto
eclipsadas por los nuevos valores (como Liefeld) y encarga al
bregado JIM MOONEY que dibuje la historia de la repelente de
Suprema, que recupera la leyenda de Thor.
Cada número
conserva su portada y una ilustración de Alex Ross, una lección de
dibujo realista.
Lo peor es el
color: muy sombrío, demasiado oscuro. A veces solapan los menudos
detalles del fondo que Moore (Alan) inserta como pieza clave
accesoria de la trama.
Pese a que
Moore (Alan) parece encasquillado en el autodesafío de
autosuperarse (confieso que Supreme fue un hallazgo, aunque
su calidad no iguale a las obras veteranas referentes del autor),
es un cómic con el feo defecto de engancharte a por más,
una muestra de ingenio y calidad, uranio enriquecido, un cómic /
inversión que se revalorizará, fomenta el hábito por el tebeo y
tranquiliza al lector veterano.
He recomendado
Supreme a muchos lectores. Y SIEMPRE topé con el mismo
obstáculo, una pregunta de preventivo desdén: ¿Eso no es de
Liefeld? La garantía de Moore (Alan) no convencía.
Supreme
tiene un baldón insuperable contra el cual su fuerza suprema nada
puede: y es la leyenda de su creador.
Agárrate: curvas.-
Solazado por la astucia y argucias britanas de Moore y el
Televillano (una purga que necesita nuestra programación), abordo
el artículo / epílogo que cierra el tomo. La sesuda opinión
virilmente redactada por JAVIER RIVA, capitoste fundador y
autocoronado Puto Amo de ADLO (que tan bravamente expuesto parece
algo sadomaso.)
Su artículo es
una soflama calentorra de polémica alto octanaje defendiendo Lo
Indefendible: la calidad artística de Liefeld, a quien el ilustre
Riva compara con el Greco. A ver si alguien le explica al Sr.
Riva, Puto Amo de ADLO, que el Greco padecía una minusvalía
visual, no le salía de los mondongos masculinos, como a Liefeld.
Ojalá comprenda la diferencia. (No obstante, señalo que el
artículo contiene párrafos interesantes.)
La viñeta:
El
Televillano soltándole una galleta a Mónica de Friends.
La frase:
Abundan.
Lo mejor:
Casi todo.
Lo peor:
El
color.
Lo rallante:
Las
interjecciones de Supreme y Suprema. |