EL CONTEXTO
En 1994 Planeta-DeAgostini era la principal editorial de tebeos de
España. Norma estaba en uno de sus momentos mas bajos, con Cimoc en
plena decadencia y poco éxito en sus devaneos con el comic book. Zinco
se hallaba en plena recesión tras una década plantando cara al gigante
editor de Marvel con su material de DC, quizá de calidad superior pero
que nunca había gozado de la misma popularidad que las creaciones de
Stan Lee entre el lector español. Pequeñas editoriales independientes
como Camaleón Ediciones comienzan a hacerse notar y usando la aun
inestable red de librerías especializadas, tratan de crear una
infraestructura editorial seria que garantice tiradas aceptables y una
calidad mínima en la edición.
En este contexto nace en Palma de Mallorca en Abril de 1994 un fanzine
que, como muchos otros antes y después, trata de canalizar la afición de
su editor por los tebeos o, para ser mas exactos, por el comic book
norteamericano. Dolmen nace como un fanzine fotocopiado en blanco
y negro cuya primera entrevista es practicada a un joven farmacéutico
que sabe bastante de tebeos (no en vano fue corresponsal en Zinco y
Planeta-DeAgostini) y que posee ya una notable colección: Jaume
Vaquer.
Si el cómic es una isla, los habitantes de una isla dentro de una isla
han de sentirse doblemente aislados y por lo tanto doblemente unidos.
Así, Jaume comienza a realizar desde ese mismo número cero las funciones
de asesor, corrector y posteriormente articulista, en lo que podemos considerar uno de los tándems editoriales
mejor avenidos de este mundillo.
LOS INICIOS
El método de trabajo inicial consistía en leer el Advance Comics
y extraer del mismo imágenes y novedades a cerca de los comic books
yanquis que en el mejor de los casos tardaríamos un año y medio en ver
por estos lares. Posteriormente ampliarían su material de documentación
a revistas como Wizard, que en los tiempos previos a Internet
constituía la fuente más nutrida de cotilleos, rumores y novedades.
Naturalmente, tanto Vicente como Jaume compraban y leían ya una ingente
cantidad de comic books americanos, base de sus populares “reader´s digest”,
esos resúmenes capitulo a capitulo de series o sagas aun inéditas en
España.
A la altura del número 7, el fanzine da un importante paso adelante en
lo que será su apuesta por llegar a un público mayor, pasando a tener
una portada a todo color y sustituyendo la fotocopia por la imprenta.
Casi inmediatamente llegan a un acuerdo con Camaleón para que sean estos
quienes se encarguen de la edición y distribución de la revista.
Las cosas no son tan sencillas como parecen y los números 7 a 10 se
saldan con perdidas para Camaleón debido a una tirada excesivamente
alta y una distribución inadecuada.
En el número 9 hay una alusión velada a ello en los títulos de crédito1
y se comienza a experimentar con una serie de cambios que buscaran
llegar a un público mayor. A pesar de la entrevista a Ibáñez de ese
número (motivada por el cariño que Vicente y Jaume profesan al creador
de Mortadelo, presida la portada una espectacular ilustración de
Lobezno, para deleite de su superheroico público. Esta búsqueda de la
comercialidad, de la rentabilidad, resulta llamativa en un mundillo en
el que los egos de los autores de fanzines y su necesidad de ser elite
les lleva a menudo por tortuosos caminos que les dotan de prestigio a la
vez que los alejan del aficionado medio. Vicente y Jaume tuvieron claro
desde el inicio que su fanzine estaba llamado a ser una revista al
servicio de los aficionados, una revista que podía y debía ser rentable.
Como ellos mismos han llegado a admitir, el mal inicio de su etapa con
Camaleón, con perdidas notables en los primeros números, les obligó a
buscar el éxito y las ventas más allá de sus propios gustos y fruto de
esta búsqueda llegaría a dedicar casi en exclusiva el número 14 a la
figura de Jim Lee , el fan favourite del momento.
Quizá la eminente vocación comercial y de servicio al fan que Dolmen
exhibe desde estos sus inicios es lo que ha garantizado no solo su
rentabilidad sino su misma supervivencia. Dolmen se fue
transformando en una revista profesional que daba mensualmente a sus
lectores lo que ellos pedían y en poco tiempo consolidó un núcleo
estable de compradores que le permitieron optimizar su tirada y que su
editor, Vicente García, pudiera abandonar su trabajo (es licenciado en
turismo) para dedicarse en exclusiva a labores editoriales y de
redactor.
Si en los inicios tomaron como costumbre el traducir una columna del
“But I Digress...” de Peter David y publicarla sin el consentimiento del
autor (al igual que con la sección “Una llama de esta altura” que
aparecía en los Next Men de John Byrne), su posterior
profesionalización hizo que llegaran a un acuerdo con David2
lo cual dejó atrás una situación incomoda tanto por no ser algo legal
como por el hecho de que el fanzine había pasado a ser una revista
rentable.
LA CONEXIÓN ASTURIANA
Jorge Iván Argiz, locutor del programa de radio Dentro de la Viñeta y
editor del fanzine homónimo, había cimentado una gran amistad con
Vicente merced a las largas conversaciones telefónicas mantenidas desde
la emisora radiofónica. Fruto de esta amistad nació la invitación a las
Primeras Jornadas del Cómic de Avilés, organizadas por Ángel de
la Calle, Andrea Parissi y el propio Jorge Iván.
Así, en Setiembre de 1996 Vicente acude a Avilés y conoce a
los organizadores, entrevistando a los invitados de ese año (Larry Hama,
George Perez, Gary Frank) y acumulando material original para los
próximos números de la revista. Por su parte, las Jornadas de Avilés
reciben un autentico espaldarazo mediático gracias al apoyo
incondicional de Dolmen, una revista en la que los lectores
confían plenamente y que les explica con todo lujo de detalles las
bondades de ese modesto Salón frente a otros mas grandes (el de
Barcelona) o menos abiertos al público (como el de sus adversarios de
Gijón).
Será el inicio de una serie anual de artículos sobre las jornadas, de un
sano hermanamiento de aficionados de los mas diversos lugares , pero
sobre todo supondrá un cambio en la estructura de Dolmen como
revista, ya que empezara a crear material de calidad de producción
propia al margen de resúmenes de colecciones, refritos de artículos de
Wizard, “prestamos” de textos como los de Byrne o David y colages
de diversas entrevistas para ilustrar la trayectoria de un autor. El
fanzine, que es por naturaleza alegal y no paga a nadie pero tampoco
obtiene beneficios, dejaba paso a una asociación cultural que iba a
obtener beneficios pero también iba a producir la mayoría de sus textos
al modo de las revistas profesionales.
Otra aportación importante a la cada vez mas profesional plantilla de
Dolmen es la aparición de Diego García Cruz como traductor de ruedas
de prensa y entrevistas. Y es que los salones del cómic son lugares de
encuentro de aficionados de distintas partes de España, germen de buenas
amistades y hasta de futuras colaboraciones.
DE LA INDEPENDENCIA AL PROYECTO EDITORIAL
Si en un principio Dolmen apenas pasaba de los 400 ejemplares de tirada,
su paso a imprenta y la distribución de Camaleón hizo que la tirada se
fuese estabilizando con el paso de los años en unos cómodos 3.500
ejemplares. Cuando a finales de1998 deciden independizarse de Camaleón
(que desaparecería un par de meses después), la revista era un producto
rentable gracias a la publicidad que acogía en sus paginas y a un
publico sumamente fiel. Habían pasado siete años y el fanzine había sido
completamente aceptado como revista por el publico pese a sus
limitaciones en cuanto a diseño y maquetación.
En Junio del 2000 se publica el número 1 de la revista Eros,
editada por Eros Ediciones, nombre tras el cual se oculta un tímido
Vicente García. Dado el éxito de Kiss Comics, y la ausencia de
competidores a un nivel mínimamente profesional, la idea de Vicente
parece buena y se lanza al ruedo editorial con historietas de autores a
los que ha ido conociendo a lo largo de estos años (Paco Díaz, Rafa
Fonteriz, Norberto, Isaac del Rivero e incluso el mismísimo David
Ramírez colaboran en su primer numero). Más allá de las virtudes
creativas de la publicación (objetivo tangencial en estos casos), la
revista se lanza a nivel nacional con una respetable tirada y
periodicidad bimestral.
Pese a lo que la mayoría cree, la revista resulta un relativo fracaso
inicial, saldado con perdidas que posteriores correcciones en la tirada
ayudaran a paliar. Producir una revista de cómics pornográficos que
pretenda rivalizar con Kiss Comics implica pagar con puntualidad
a los autores y tiradas que nada tienen que ver con los exiguos números
de las librerías especializadas. Tan solo la publicidad que poco a poco
va entrando y alguna venta de derechos al extranjero evita que la
revista cierre sus puertas tras el primer año de vida.
En Mayo de 2001 llega el anuncio de la formación de Dolmen Editorial,
cuyo nombre inicial de Ediciones Dolmen tuvo que ser retirado ante la
existencia de un sello editorial con el mismo nombre. Los cuatro
componentes de esta nueva editorial serán Vicente García , Jaume Vaquer
, Carlos Pacheco y Francisco Pérez Navarro y en su presentación anuncian
la voluntad de editar material americano, europeo, material de
producción propia (heredero de la clausurada línea Laberinto en mas de
un sentido pues pretenden rescatar alguno de los proyectos y su editor
será Pérez Navarro, quien fuera editor de Laberinto en su ultima etapa)
y libros (tanto novelas como textos teóricos).
Pese a lo ambicioso de su planteamiento inicial, tan solo han visto la
luz en el año transcurrido el comic book en blanco y negro titulado
Haciendo Amigos, que recopilaba las paginas de David Ramírez en
diversas publicaciones, la miniserie Shockrockets (tres
prestigios en su edición española) y Solo un peregrino (dos prestigios)
además de varios números de Eros y los doce números de la puntual
Dolmen. Teniendo en cuenta que ni tirada ni ventas han sido
demasiado espectaculares, el balance final resulta algo decepcionante
dadas las expectativas levantadas. Los inicios siempre son difíciles y
cuando uno juega con dinero propio, aun más.
Parece que su segundo año de vida va a comenzar con más fuerza y a la ya
programada Tellos (tomo recopilatorio de sus cinco primeros
números) se le unen de cara al Saló un par de álbumes (Total Hero
y la nueva serie de Van Hamme), un par de libros (el But I Digress...
de David y el First Flight de Claremont) y un número especial
con guión de Antonio del Castillo (antiguo colaborador de Dolmen)
y dibujos de un joven autor español (Álvaro Muñoz) que será
el encargado de inaugurar la colección Iberia.
Para mas adelante quedan Mage, Ministry of Space, diversos
álbumes francobelgas de gran interés que contrataron en Angulema, varios
libros teóricos y bastante producción propia. Si todo va bien, Dolmen
Editorial tendrá una presencia constante y firme en las librerías
especializadas en lo que queda de 2002 y durante 2003 y podremos ver la
verdadera dimensión de proyecto editorial.
Esperemos que este año sea el año de definitivo
lanzamiento de Dolmen Editorial y que su cohesión interna sea lo mayor
posible, para sacar el mayor provecho de la energía creativa que han
conseguido reunir.
LA DINAMICA DE TRABAJO
Vicente García es el editor y maquetador de Dolmen. Desde sus
inicios como fanzine fotocopiado, Vicente fue el alma mater de
Dolmen. De hecho, su dedicación a la revista le fue ocupando
progresivamente tanto tiempo que finalmente se termino por dedicar en
exclusiva a la realización de Dolmen primero y del resto de las
publicaciones después.
La primera entrevista que Vicente hizo fue a un aficionado y
coleccionista de Mallorca: Jaume Vaquer. Hoy resulta gracioso pensar que
ese fuera el comienzo de una larga y fructífera asociación, pero en su
momento no le debió parecer tan mala idea.
A la altura del numero 6, Dolmen pasa a tener portada a todo
color y a ser impresa y distribuida por Camaleón, lo que le da un
aspecto muy similar al que mantendrá hasta el día de hoy. A la altura
del numero 10, Vicente compra el escáner que usara para reproducir con
mayor calidad las imágenes que ilustran la revista y que aun usa a día
de hoy. Salvo algún póster a todo color, las innovaciones técnicas de la
revista se han limitado al uso de un mejor programa de maquetación (hoy
en día el Quark Xpress) , dejando de lado aventuras suicidas con el
color.
El secreto de Dolmen es el haber sabido conformarse con ser lo
que es , con vender y servir a su nutrido y fiel grupo de fieles
lectores que le permiten ajustar la tirada mensual hasta limites
increíbles (tanto es así que la perdida de 200 ejemplares de uno de los
últimos números ha hecho que éste esté completamente agotado).
Si la función de Vicente como entrevistador, redactor de artículos y
noticias, maquetador y editor resulta evidente a primera vista, no es
menos cierto que la soterrada labor de Jaume como traductor de textos
(las columnas de Peter David han sido traducidas en buena parte por el),
redactor de noticias y reseñas y corrector de estilo ha contribuido a un
resultado final cuya calidad media es francamente notable.
Si hay algo que sorprende de Vicente y Jaume es lo complementarios que
son. Mientras que Vicente es el aficionado al cómic yanqui por
excelencia y hombre amistoso, sociable, accesible y algo inocente, Jaume
es un individuo más callado, reservado , de vasta cultura
historietística y gustos eclécticos al que se tarda un poco mas en
conocer y apreciar. Juntos forman uno de esos tándems que nunca dan
signos de fricción, que se reparten el trabajo sin lucha de egos alguna
y que mantienen la ilusión en su trabajo como si se tratase del primer
día. Y probablemente ese sea el secreto de la longevidad de Dolmen:
una ilusión que sigue brillando tan intensa como el primer día.
LOS COLABORADORES
Dolmen es ante todo y sobre todo Vicente García. Solo su
extraordinaria capacidad de trabajo ha hecho posible su cadencia
mensual. Suyas son la mayoría de entrevistas, artículos y noticias de la
revista, hasta el punto de haber creado algún seudónimo para que
pareciese que había más de un redactor en algunos números. Tratar de
resumir sus funciones o de destacar un trabajo sobre el resto resulta
inútil: Dolmen es Vicente García y desde el momento en que
Dolmen se transformó además su modo de vida, la mutua dependencia
entre revista y redactor / editor se hizo inevitable.
Aun así, la bonhomía y el don de gentes de Vicente pronto propicio la
colaboración de Vaquer, estudioso del cómic y profundo conocedor del
medio cuya rentable profesión le permite ser uno de los mayores y
mejores coleccionistas de páginas originales de España. Jaume, autentico
hombre en la sombra, no sólo coordina, traduce y corrige, sino que
asesora a Vicente y dota a Dolmen de un rigor responsable en
buena parte del prestigio que la revista ha ido alcanzando con el paso
de los años. Pese a que nunca fue su intención sacar beneficio económico
alguno de su relación con Dolmen, Jaume terminó siendo uno de los
socios de Dolmen Editorial cuando en Mayo de 2001 se fundó una editorial
con dicho nombre.
En un segundo plano queda la nutrida nomina de colaboradores puntuales
(y siempre prescindibles más allá de sus méritos: Dolmen seguirá
con o sin ellos), a los que es justo rendir un pequeño homenaje, pues el
carácter altruista de su contribución así lo exige.
Pedro Angosto
Polémico hasta el final, Pedro Angosto fue primero competencia de Dolmen
con su fanzine Bronze, una propuesta de características similares
a Dolmen cuyo menor peso redaccional e irregular periodicidad le
restaron posibilidades para erigirse en alternativa.
La vocación de líder de opinión de Angosto, así como su labor como
aglutinador, tutor y hasta padre espiritual de dibujantes en ciernes ha
hecho que acumule admiración y mofa a partes iguales, pero si hay algo
que ni sus mas encarnizados detractores le pueden negar es su
extraordinaria capacidad para polemizar acerca de las mas nimias
cuestiones de los universos superheroicos americanos.
Jorge Iván Argiz
Mas que colaborador, Jorge Iván es el cronista oficial de los eventos
asturianos que Vicente y Jaume no pueden cubrir. Sus textos teóricos y
entrevistas los deja para la revista Dentro de la Viñeta,
cumpliendo aquí una labor mas cercana a la corresponsalía.
Juan Carlos Cereza
Escritor de cómics y sobre cómics, sus puntuales colaboraciones con
Dolmen se limitaron a reseñas de tebeos americanos y españoles. Su
gradual alejamiento del medio ha hecho que su firma ya no esté entre los
colaboradores habituales de la revista.
Julián M. Clemente.
Joven escritor con un par de libros sobre héroes Marvel en su haber,
Julián constituye uno de los fichajes mas interesantes de la ultima
etapa de Dolmen, ya que a su reposado y razonado criterio añade
una agradable soltura expresiva, cara de ver en los esforzados textos de
otros colaboradores. Aún es pronto para saber si la asociación de
Clemente con Dolmen será tan larga como fructífera y si esta
afectara de algún modo a su fulgurante carrera como articulista de
Planeta-DeAgostini, pero en todo caso Julián es a día de hoy un valor
seguro a proteger.
Ángel de la Calle.
Resulta gratuito presentar a Ángel de la Calle, pues pocos habrá que aun
no conozcan al dibujante y escritor asturiano responsable de las
Jornadas de Avilés y de los actos relacionados con el cómic en la Semana
Negra de Gijón, pero puede que algunos hayan pasado por alto la sección
Europa Vive que en una o dos páginas se dedicaba a presentar obras de
indudable calidad que el lector de Dolmen podría haber obviado
por no estar entre sus intereses mas inmediatos. Esta sección nació tras
la muerte de Slumberland como un intento de abrir Dolmen a
otros lectores que no fueran sólo aficionados al comic book, pero pese a
su indudable calidad no terminó de cuajar entre el público.
Abraham García
Autor de la sección La biblioteca de Lucien, repasó distintos tebeos
inéditos o poco conocidos y mal editados en España. Además de alertar y
movilizar al fandom para que éste sugiera su publicación por
Planeta-DeAgostini, tanto el criterio de selección como su calidad
redaccional lo hacen un autor sumamente recomendable.
Diego García.
Traductor intachable y entrevistador ocasional, su presencia en la
revista se ha hecho no sólo habitual sino imprescindible para las
completas entrevistas que Vicente realiza a lo largo y ancho de la
geografía española en su continuo peregrinaje de Salón en Salón.
David Hernando.
Aficionado de ultima hornada, su extrema juventud le permite desarrollar
un gran volumen de trabajo, siendo un individuo sumamente activo en la
red ( son especialmente interesantes sus colaboraciones en Batman:
Guía visual) y prodigando en el ultimo año sus colaboraciones con
Dolmen en forma de artículos y entrevistas. Tal vez no tenga los
conocimientos, las tablas o el bagaje cultural de otros pero su mas que
aceptable calidad media lo hace destacar y le augura un futuro
francamente halagüeño.
David Macho
Agente de autores, traductor y organizador de eventos varios cuya
principal colaboración con Dolmen consistió en un dossier sobre
Mignola y otro en dos partes sobre Alan Moore en colaboración con el estudioso Jesús Jiménez.
Guillermo March
Dibujante mallorquín que asumió la difícil, por no decir imposible,
papeleta de sustituir a David Ramírez. Si en un principio sus
habilidades dejaban bastante que desear, su espectacular evolución,
palpable numero a numero, hacen de el un autor al que habrá que seguir
de cerca.
Ricardo Mena.
Editor del veterano fanzine Cabezabajo, su labor en la revista se
ha limitado a una serie de reseñas mensuales sobre tebeos algo alejados
del interés del lector de Dolmen en un loable intento de abrir
sus gustos a otros materiales.
Cels Piñol.
¿Qué paso en Newcastle? fue durante mucho tiempo una de las columnas de
opinión mas controvertidas y populares de la revista. Hábil retratista
del friki de librería, que pronto le identificaría como su portavoz,
Piñol protagonizó numerosos rifirrafes con diversos sectores del
fandom y la industria, enfrentamientos que de un modo u otro
afectarían a la propia revista, tanto por la popularidad de la que goza
Piñol entre sus seguidores como por la animadversión que causa en otros
sectores (querella incluida).
David Ramírez.
Si David Ramírez no existiera, habría que inventarlo. Dibujante de
estilo engañosamente simplista y profundamente influenciado por el
manga, su página de humor de Dolmen ha pasado a la historia de la
historieta española muy a su pesar por motivos que ya han sido tratados
anteriormente. Su agudeza como humorista y su proverbial habilidad para
dar donde mas duele a sus parodiados le ha hecho ser odiado por algunos
y celebrado por la mayoría. Parece ser que últimamente ha vuelto a ser
el ácido humorista que estuvimos a punto de perder (a raíz del affaire
Martín abandonó la sección) y sus colaboraciones bimestrales vuelven a
ser de lo mejor de la revista.
Jaime Rodríguez
Redactor y editor de Planeta, sus colaboraciones vinieron motivadas por
el no del todo desinteresado afán por difundir la obra de Alan Moore y
mas concretamente From Hell, con la colaboración de su amigo, el
agente y traductor David Macho.
José Ramón Solera.
Colaborador de Dolmen desde sus primeros números, las reseñas y
columnas de opinión fueron su actividad mas habitual. En la actualidad
sus colaboraciones han ido disminuyendo en lo que esperamos que no sea
una ausencia definitiva.
Hay algún colaborador más que dejaremos involuntariamente en el tintero
y otros, como el firmante de este artículo o el responsable de
Tebeosfera que no aparecen por simple y puro pudor. Espero que sepan
comprendernos y /o disculparnos.
DOLMEN HOY EN DÍA
El progresivo crecimiento de la editorial ha propiciado que Vicente deba
relegar en lo posible las labores de redacción (la sección de noticias,
por ejemplo ha pasado a ser elaborada por un par de colaboradores) y
centrarse en la edición. Esto ha propiciado la incorporación de jóvenes
firmas y una mayor dependencia de material creado fuera de la redacción
de la revista. Hablamos de gente como Miguel Jaraba, David Hernando y
otros. Hasta ahora la calidad se ha mantenido dentro de unos parámetros
mas que aceptables, no variando apenas la línea editorial. De este modo,
antes de abrir el nuevo Dolmen, el que hace su número 72, se que
habrá una portada impactante de indudable sabor a comic book, que luego
vendrán editorial y títulos de crédito y mas tarde la nutrida sección de
cartas llamada El correo megalítico. Siguiendo con la estructura
habitual, tendremos la sección de noticias, las reseñas relámpago y la
inevitable entrevista a un autor o personaje del mundo editorial. Uno o
dos artículos repasando la trayectoria de una serie o de un sello
editorial americano darán paso al Han Dicho, la sección de ecos de
sociedad del mundo del cómic, y al checklist, preludio de la
sección de Peter David, cerrando la revista la página de David Ramírez
(¿o le tocaba a March este mes?).
Es precisamente la agradable sensación de saber lo que te va a ofrecer,
horas de agradable entretenimiento e información , lo que ha sido capaz
de crear una clientela tan fiel como la que hoy poseen, clientela que ni
magos3 importados de allende los mares
conseguirán quitar.
A MODO DE CONCLUSIÓN
Pasar de los 75 números de una revista es todo un logro en un mundo tan
cambiante como el actual. Que además sea una revista que sólo habla
sobre comic book norteamericano la que supere dicha cifra puede parecer
un milagro, pero no nos engañemos: no es casualidad.
Dolmen es una revista que se toma con autentica seriedad el dar a
los aficionados al comic book puntual información sobre aquello que les
interesa.
Garcías a este trabajo, a menudo excesivamente aséptico en su voluntad
de no influir en el futuro éxito o fracaso de una publicación, los
lectores españoles han estado puntualmente informados de las novedades
que se aproximaban y de algunas otra que probablemente nunca llegaran a
leer pero que al menos ahora conocen mejor.
El lector de Dolmen lleva años pagando 325 pesetas todos los
meses por 60 páginas repletas de información sobre sus tebeos favoritos
y lo seguirá haciendo porque no hay ninguna otra revista que le ofrezca
lo que Dolmen le ha dado puntualmente todos estos años: abundante
información sobre el comic book Estados Unidos.
NOTAS:
1. «Además, el fin de este fanzine continúa sin ser
lucrativo (¡qué le vamos a hacer!)» Dolmen # 9, p. 2
2. De este modo, para el Saló del Còmic de 2002
está prevista la aparición del libro But I Digress..., que
recogerá a partes iguales columnas inéditas y otras que han marcado
época.
3. Sutil referencia a la versión española de
Wizard. |