El
triunfo de la Revolución Soviética en 1917 trajo consigo un clima en el
que por fin parecía posible sustituir la “democracia burguesa” por un
nuevo modelo de Estado: el comunista. Llevados de la admiración que
despertaba en ellos esa utopía, muchos intelectuales vieron en la
militancia una vía para superar sus contradicciones de clase y se
entregaron a ella con pasión. La biografía de la célebre fotógrafa Tina
Modotti, tal y como la cuenta Ángel de la Calle en este álbum, es un
exponente fiel de esa entrega: tanto por buscar un sentido a su vida en
el compromiso con el marxismo, como por el dogmatismo que ello le
acarreó.
Por su
parte, De la Calle es un autor empeñado en conferir al medio esa madurez
por la que tanto lucharon profesionales como Carlos Giménez o Luis
García. Vinculado al underground durante la Transición Política
española, en los años ochenta simultaneó la historieta (en revistas como
Rambla o Comix Internacional), con el diseño y la
ilustración, actividades a las que terminaría por dedicarse casi en
exclusiva; no obstante, nunca ha dejado de pelear por un espacio
específico para los tebeos, como demuestra su labor al frente de la
Semana Negra de Gijón o las Jornadas del Cómic Villa de Avilés.
Modotti supone, pues, su reencuentro con la historieta y, además, el
inicio de una indagación muy personal.
En
efecto, esta obra persigue algo más que repasar una vida. De la Calle
propone una investigación minuciosa que comienza –como en Tinísima,
la novela de Elena Poniatowska- con el asesinato en 1929 de Julio
Antonio Mella (fundador del Partido Comunista Cubano y amante de Modotti),
para repasar a partir de ahí las vivencias de la artista italiana en
México, inmersa en la efervescencia creativa de los años veinte. En
paralelo, asumiendo las enseñanzas de Art Spiegelman en Maus, el
propio
biógrafo nos va refiriendo sus pesquisas, convertido en un personaje más
dentro del relato. Es ahí, precisamente, donde debemos rastrear ese
“algo más” que busca el libro.
A medida
que uno avanza en su lectura, resulta evidente que la biografía es un
recurso que permite al autor, trabajosamente, irse descubriendo a sí
mismo. Desde esta perspectiva, su fascinación por Tina Modotti oculta, a
mi entender, el vértigo que produce el encuentro con ese extraño que es
uno mismo. Con timidez, por medio de una vida ajena, esta obra acaba
definiendo los rasgos de Ángel de la Calle. |