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SPIDERMAN

Coleccionable Spiderman

Guión: Roger Stern
Dibujo: John Romita Jr.
Edición:
Planeta-DeAgostini: Coleccionable Spiderman, # 1 y ss., Barcelona, VI-2002

ISBN, obra completa: 84-395-9671-5
ISBN, fascículo 1: 84-395-9672-3

Depósito Legal: B-25012-2002

Edición que comprende material procedente de los comic books The Amazing Spider-Man 224 y siguientes. Asesor: Julián M! Clemente

Libro de cómics, semanal,  80 pp.  |   color   |   encuadernación en rústica, con lomo encolado   |   27 × 21 cm.   |   PVP facial: 3 €  ( 1,5 € los primeros números, en oferta de lanzamiento de 150.000 ejemplares )

Portada de Coleccionable Spiderman # 1

[ Portada de Keit Pollard © 2002 Marvel Characters, Inc. ]


COMENTARIO, por José Manuel Hinojosa Torres


ROGER STERN.

Suele decirse que muchos autores tienen la suerte de narrar “su” historia y de encontrar a “su” personaje. Es el caso de Frank Miller y su Daredevil; de John Byrne y sus Cuatro Fantásticos; de Claremont, Byrne, y su Patrulla X; también es el caso del autor que nos ocupa, Roger Stern, que hizo de Spiderman su personaje en los primeros años de la década de los ochenta.

Stern debería ocupar un sitio de honor entre los guionistas de The Amazing Spider-Man, por hacer de su estancia en esta serie una de las mejores etapas que se han contado de Peter Parker y del entorno urbano en que desarrolla su vida: Nueva York, y sin haber tenido que recurrir además en ningún momento a: muerte y resurrección del Duende Verde, muerte y resurrección de la tía May, muerte y resurrección de Mary Jane, muerte y resurrección y muerte del mismo Parker, resurrección o muerte de los padres de Parker (podríamos seguir...), o a cambios sustanciales en la esencia del Spiderman que todos conocíamos, ese entrañable amigo y vecino que se acaba convirtiendo, en manos de Roger Stern, en el amistoso chico que puede vivir al lado de cualquier lector de cómics.

Los motivos que hacen de él uno de los mejores guionistas de Spiderman son numerosos. Entre ellos destaca la aparición de uno de los personajes más inquietantes que tuvieron lugar en las páginas de The Amazing Spider-Man que el guionizó: El Duende, cuya creación debería admirarse, en palabras de Trajano Bermúdez, como una «operación de reciclaje y actualización modélica que ha de quedar como ejemplo de excelencia en el oficio de crear villanos», sin tener que recurrir al personaje original, Norman Osborn, a cuya recuperación acudirán guionistas mucho menos capacitados en un desesperado intento de insuflar nueva vida a la historia de un personaje que empezaba a desvirtuarse (podríamos hablar de los tiempos terribles de Howard Mackie y guiones patéticos que nos traerán de vuelta a Norman Osoborn, y a la mismísima May Parker en una de las historias más absurdas aparecidas en el cómic americano de superhéroes...)

En la historia que nos traerá a El Duende, narrada a partir del número 238 de The Amazing Spider-Man, Roger Stern muestra su gran conocimiento de la historia del personaje, otra de sus grandes virtudes, al dar nueva vida a los eternos conceptos poder y responsabilidad, siempre presentes en la conciencia de Peter Parker y en el universo de Spiderman, haciendo que sea un acto irresponsable por parte de Spiderman la razón de que un delincuente de poca monta escape y encuentre una de las guaridas del enemigo más acérrimo de Spiderman, El Duende Verde, preludio de la primera aparición de El Duende en estas páginas. Poder y responsabilidad son conceptos que este autor manejaría con una maestría absoluta en este número, bajo un título bastante significativo “Sombras de un pasado maligno”. Clasicismo y actualización.

Unos catorce años después, Roger Stern retomaría este personaje para dar a conocer su identidad real, en la historia “El duende vive”, donde este guionista vuelve a dar muestras de su profesionalidad y su buen hacer en el cómic de los superhéroes al arreglar, en la medida de lo posible (catorce son demasiados años), muchos de los problemas surgidos a raíz del desconocimiento de la identidad de El Duende, haciendo de esta miniserie otra de esas historias donde Peter Parker y su alter ego, son un secundario más. Resulta inolvidable la página en la que Peter Parker, Betty Leeds, Flash Thompson, Mary Jane discuten sobre las posibilidades de la identidad del Duende, y sorprendente cuando se revela la identidad real del personaje: alguien semidesconocido al entorno más cercano de Parker, Roderick Kingsley. La razón para esta elección residió, quizás, en que al dejar Stern los guiones de The Amazing Spider-Man en el número 251, que sólo llevó su firma en el argumento, no tuvo tiempo de desarrollar su papel en la saga de Spiderman, o tal vez por querer hacer uno de sus guiños, en este caso como homenaje al gran Steve Dikto. Recordemos la presencia de Steve Dikto y Stan Lee en el número 55 de Doctor Strange, “Haber amado y haber perdido”, y que Ditko, co creador de Spiderman, nunca deseó que El Duende Verde fuera uno de los personajes conocidos por Parker, como Norman Osborn, sino alguien desconocido y ajeno por completo a la vida de Peter, idea que no agradó demasiado a Stan Lee y que presuntamente provocó la salida de Steve Dikto de la serie. Desde ese momento, Lee hizo los guiones del trepamuros más cercanos al mundo superheroico, insistiendo en un asunto que se tornaría repetitivo: los problemas que provocaba Spiderman en la vida sentimental y personal de Parker, lo cual produjo una ruptura cada vez más profunda entre hombre y superhombre.

Otro de los méritos de Roger Stern es el de haber convertido a Spiderman en un personaje secundario más, como se indicó antes, y el de haber desarrollado de forma magistral, a la vez que absolutamente lógica, la personalidad del mismo Parker, el chico debajo de la máscara. Así nos lo muestran historias como “Opciones”,  en The Amazing Spider-Man núm. 243, en las que el verdadero protagonista de la serie sigue siendo Peter Parker, aun debajo del traje, ya que el papel de Spiderman como héroe queda reservado a unas pocas páginas de importancia escasa, mientras los pensamientos, sentimientos, preocupaciones de Parker obtienen el protagonismo en todo este número. El Peter Parker que nos encontramos en este número es el de un ser humano reflexivo, sumido en las preocupaciones que pueden asaltar a cualquiera, enfrentado a una serie de interrogantes que todo ser humano puede haberse hecho en algún momento de su vida, alejado ya de ese ser tímido y complejo con el que crecimos en muchos momentos, de ese paradigma de perdedor que tantas veces le acompañó; al Peter que por primera vez en mucho tiempo percibimos con una profundidad desconocida hasta entonces.

Al desarrollo y definición de la personalidad de un Peter Parker más adulto, más alejado de aquel chico tímido del instituto que aparecía en los primeros tiempos también ayudará las muestras de optimismo que empiezan a percibirse en su personalidad, en su vida y en la misma serie, tono vitalista que Roger Stern también muestra en su estancia en otras series: En historias como “Haber amado y haber perdido”, con un doctor Extraño, absolutamente desengañado, asolado por la pérdida de su amada Clea, que es capaz de amar por encima de todas las cosas la vida, una magnífica historia sobre la voluntad humana: «Sobrevivir en un mar de tristeza... ¡Y tener fuerza para rechazar la muerte!» Este tono vitalista aparece ya en los primeros números de Stern en la colección del Trepamuros, caso del núm. 225 de The Amazing Spider-Man, en el que la fortaleza de Nathan Lubensky enseña al Buitre que no hay más edad que la que cada ser humano pueda sentir en su corazón. Y Stern nos da a todos los lectores una maravillosa lección: hay que disfrutar de la vida, porque nunca sabremos cuándo acabará, como señala el mismo Parker con la justificación del ataque del buitre. En el mismo pensamiento coincide la Gata Negra, aunque el final de la relación entre ésta y Spiderman vuelva a ser un final trágico, que recordará al tono de historias como la muerte del capitán Stacy, o la muerte de Gwen Stacy. Pero el tono, ya entrevisto en muchas de las páginas de Spiderman y que poco a poco se impondría en la serie es optimista, vitalista, propio de muchas de las narraciones de Stern, que trata con personajes enfermos, inmersos a menudo en muchas dificultades, pero que no por ello dejan de amar la vida por encima de todo. Lo podemos comprobar en The Amazing Spider-Man núm. 248, “El chico que coleccionaba Spiderman”, una de las historias más emotivas que se han contado sobre el origen del personaje, sobre los lectores de cómics y su afición a este medio, en que Stern imparte una hermosa lección a través de la fortaleza mental de un chico enfermo de leucemia: que la vida no es más que un estado de ánimo, el estado de ánimo con que nosotros decidamos enfrentarnos a ella, estado de ánimo al que muchos personajes de Stern se acercan con un inmenso vitalismo.

Hay que dejar claro que el aprovechamiento total de todos los elementos que rodean a la saga de Spiderman se puede observar también en el desarrollo, muchas veces magistral, de la galería y definición de la  personalidad de los secundarios que pululaban, en ocasiones con más pena que gloria, por las páginas de The Amazing Spider-Man. Cuando decimos que Stern se mantiene fiel a la esencia de los personajes y de la serie que guioniza, no nos referimos sólo al personaje principal, sino a todos los personajes que forman parte de ese universo. De ninguna manera debemos olvidar que Spiderman posee el más importante grupo de secundarios del cómic de superhéroes, escogiendo de forma natEncarte informativo publicado como número 0 de la colecciónural los rasgos más adecuados para cada secundario, siguiendo en todo momento el tono impuesto por guionistas anteriores, en una modélica mezcla de clasicismo y actualización, optando en escasas ocasiones por el tremendismo de muchos guionistas menos capacitados. Así, el personaje de tía May, que ha sido presentado como la sempiterna enferma, único papel al que parecía destinado, adquiere ahora otra dimensión con la incontestable ayuda de Nathan Lubensky, apareciendo más como una mujer anciana que mantiene unas relaciones cordiales con su sobrino. Sólo otros dos guionistas parecen haber logrado una perfecta caracterización de este personaje: Jean Marc de Matteis, que refleja la importancia de tía May en la personalidad de Peter, y Michael Strazcynski, que vuelve a desarrollar unas excelentes relaciones entre tía y sobrino, justificando al menos su regreso de entre los muertos (habiendo sido convertida en las incapaces manos de Howard Mackie en una auténtica rémora para toda historia de Spiderman).

Pero no es May el único secundario que alcanzará importancia con Stern, también ocurre algo similar en la última historia que guioniza, “Secretos”, donde se inicia el final de la saga de El Duende, desde The Amazing Spider-Man núm. 249, con una historia en la que caben también algunos de los rasgos más comunes a la narrativa de Stern: la ética, la responsabilidad de todos y cada uno de los personajes, y no sólo del principal.  Stern aprovecha aquí una vez más el pasado de Jonah Jamenson y Harry Osborn para enfrentarlos a las consecuencias de los actos que ellos realizaron en algún momento de su vida (en el caso de Osborn más bien los actos de su padre); con ello define, en el caso de Jonah Jamenson, su personalidad y su integridad como periodista, integridad de la que se había hablado innumerables veces en etapas anteriores pero que queda perfectamente patente en estos momentos con su dimisión por considerarse el creador de una amenaza a su juicio tan dañina como la Spiderman: El Escorpión. También logra Stern definir perfectamente la relación existente entre Harry Osborn y Peter Parker, la de dos muy buenos amigos; Harry Osborn, preocupado por el daño que su padre causó a su amigo; y Peter Parker, preocupado por su amigo Harry y convencido, como Roger Stern, de la posibilidad de redención de todo ser humano. Jonah Jamenson toma, en una de esas muestras de responsabilidad y ética que acompañarán a los personajes secundarios en esta etapa, la decisión de dimitir como editor de su periódico, el Daily Bugle.

Ocurre esto en un entorno urbano que sirve para mostrarnos el elenco de secundarios que acompañan el quehacer de Parker como fotógrafo, y que comienza a tener gran peso específico en esta época, con el desarrollo de investigaciones como las de la Roxxon Oil, en las que la historia progresará a partir de lo realizado por periodistas del Bugle. Historias en la que el mismo Spiderman será un secundario más, el secundario estelar, el secundario con más protagonismo, pero secundario al fin y al cabo. Incluso en la historia “El chico que coleccionaba Spiderman” es el periódico el que permite la visita de Spiderman al joven Timothy Harrison, ya que Parker tiene conocimiento de la existencia, la enfermedad y afición de este chico a partir de la columna de Jacob Conover. Está claro que en manos de Stern el Daily Bugle se convierte en un verdadero centro neurálgico en la vida de Peter Parker / Spiderman, y de personajes secundarios como Ben Urich, Ned Leeds, Betty Brant o Joe Robertson, que quedan perfectamente definidos como personajes individuales pero también como un colectivo, el de un grupo de profesionales preocupados por el descubrimiento de la verdad, que siguen un estricto código ético. Stern dota de gran peso específico en estos números a Ned Leeds y Ben Urich sin tener que recurrir a oscuros estados de ánimo, a violentos ataques de  ira, y les hace periodistas de primera magnitud, «reporteros de los mejores», en palabras del mismo Jamenson, reporteros que tendrán una gran importancia en otra de los mejores arcos argumentales de esta etapa, desarrollados entre los números 231 y 236 de The Amazing Spider-Man.

Con la búsqueda de Nose Norton y la investigación de la Roxxon Oil, Stern nos lleva a la trágica muerte de Tarántula, un villano de segunda fila cuyo final puede resultarnos tan estremecedor, salvando las distancias, como el de Kraven. También hubiera resultado bastante interesante la relación entre Joe Robertson, Parker y el mismo Spiderman tras la dimisión de Jonah Jamenson, que convierte a Robertson en el editor en jefe del Daily Bugle. Es una pena que Stern decidiera marcharse justo después de este suceso, ya que es más que probable que las relaciones que este guionista quisiera mostrar entre Spiderman y el Daily Bugle fueran muy distintas a las mostradas hasta entonces. Parece bastante obvio que Stern muestra un conocimiento absoluto de toda la mitología de Spiderman, depositando en los personajes secundarios los rasgos que conforman al mismo Parker. Así, si tantas veces se habló de la responsabilidad e integridad de Jonah Jamenson, es aquí cuando realmente se hacen evidentes con su dimisión, y si se nos dice que Leeds y Urich son grandes reporteros y conocedores de la calle, aquí se nos muestran esas calles, haciende bueno aquel dicho de «hechos que no palabras». En este aspecto debemos resaltar que no es sólo la definición de la personalidad de los secundarios los que nos brinda Stern, sino también una perfecta interrelación entre estos y Peter Parker, como podemos comprobar en historias como “¿Dónde está Nose Norton?”, “La saga de la Roxxon Oil”, “Secretos”, “Confesiones”, etc.

Clasicismo y actualización son dos de los rasgos más característicos de la narrativa  de Stern, clasicismo y actualización que podemos observar en The Amazing Spider-Man en la perfecta caracterización del personaje principal –Peter Parker / Spiderman- y de los personajes secundarios –Jamenson, Leeds, Betty Brant-, personajes que han tenido una gran importancia en la creación de la cosmogonía del mundo arácnido, casi olvidados por otros guionistas y que volverán a insuflar vida a este personaje, siempre, ya lo hemos dicho desde el respeto y conocimiento absoluto de la esencia de esta serie. En esta etapa se muestra al lector una perfecta interrelación entre Parker y Spiderman, quedando también muchos otros personajes marcados por el signo de la integridad y la responsabilidad, rasgos comunes en la narrativa de Stern. A medida que discurre su estancia en la serie The Amazing Spider-Man, si bien sus primeros guiones se centran en el aspecto superheroico (con enfrentamientos con El Buitre, Juggernaut, La Gata Negra), Stern demuestra verdadero interés por generar el más interesante grupo de secundarios que ha aparecido en un cómic de superhéroes, y a cambio obtiene, de la suma de todos estos elementos (secundarios, Peter Parker, relación entre ambos, Nueva York, Daily Bugle), uno de los mejores cómics del inicio de la década de los ochenta.


VÍNCULOS:

http://www.spidermanuniverse.com/art/art05.htm
http://www.planetacomic.com/productos/14377.htm
http://www.ociojoven.com/article/articleprint/70801/
http://pobladores.lycos.es/territorios/deportes/cloud_y_Tifa/pagina/6


[ Ficha: J.M. Hinojosa Torres. Publicada en Tebeosfera 020831 ]