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DIARIO DE NUEVA YORK 

Diario de Nueva York

Guión: Julie Doucet.
Dibujo:
Julie Doucet.
Editorial: Inrevés Edicions: Bueno & Raro, # 11  |   Dirección editorial: Max y Pere Joan   

Título original: My New York Diary, Drawn & Quarterly, 1999  |  Traducción: Lorenzo F. Díaz  |  Rotulación: Miguel B. Núñez  

Edición en rústica. 24 x 16,5 cm.   |   96 pp.   |   b/n   |   11,24 €

[ Portada de la edición española © J. Doucet ]


Comentario, por Antonio Ramírez 


En este mundo de apariencias cada ámbito humano cuenta con su referencia estética. En el caso de los círculos “alternativos”, la música y los vídeo clips, por ejemplo, han sido cruciales a la hora de establecer el canon. Y allá por principios de los noventa, en pleno auge de lo que se vino a llamar boom de Seatle también fueron importantes los cómics independientes, que habían germinado como setas unos años antes como eco de aquellos comix underground de los años sesenta, que ilustraban el sonido del flower power y el modo de vida de los modernos del momento.
Otra característica de este mundo de apariencias es que también se mueve a través de los clichés: es decir, lo que funciona una vez es repetido insaciablemente hasta nueva orden. Lo transgresor termina convirtiéndose en receta sin ningún interés. O lo que es lo mismo, entre la abundante producción de la subcultura alternativa es difícil encontrar verdadera calidad y / u originalidad. Por supuesto esto pasa también con los cómics.
Entre los muchos autores de cómic independiente, que eclosionaron a principios de los noventa, Julie Doucet (Montreal, 1965) sobresale tanto por su calidad como su originalidad, pero sin una intención tan clara como la que podamos ver en autores de éxito como Daniel Clowes o Peter Bagge por ejemplo, donde el cinismo, lo aberrante, lo patético o la ironía y el retrato pesimista generacional, respectivamente, delimitan estilos, al menos argumentales, muy reconocibles. En el caso de Doucet nos encontramos claramente ante una obra más intimista, confesional si se quiere, donde la narración de vivencias autobiográficas llega a la descripción de sueños o fantasías eróticas incluso. Esto la sitúa en otra longitud de onda, aunque en el mismo terreno que el mejor Crumb de los setenta / ochenta o el Spielgman de Maus.
Inrevés edicions, nueva aventura editorial de Max y Pere Joan, fue la encargada de la edición española de su álbum Diario de Nueva York (2001).Ya hicieron otro tanto cuando eran los coordinadores del proyecto Nosotros Somos Los Muertos, donde vieron la luz algunos relatos sueltos provenientes de varios álbumes, incluidos también en la posterior edición de Si yo fuera Hombre (1998) a través de Camaleón Ediciones. Al hilo de lo anterior, me gustaría señalar que la edición de la obra de Julie Doucet está siendo muy desordenada. Sin dejar de agradecer a sus editores Max y Pere Joan, primero en NSLM y después en Enrevés edicions, el esfuerzo de publicar éste y otros buenos cómics sería de agradecer que los volúmenes se editaran íntegramente, no como ha ocurrido con la edición de Si yo fuera hombre, construida con una recopilación de historias de varios álbumes. En fin, sea como sea podemos alegrarnos que lleguen tebeos como el que nos ocupa aunque sea a cuentagotas, y más en un medio como puede ser al comic independiente heredado de una generación x que ya debe andar por la z, y donde parece ser que todo vale, como podemos ver en tantas ediciones autóctonas (y también importadas) sin la menor calidad.
Pero hablamos de un libro de cómics que si tiene una calidad evidente. Tanto en niveles plásticos como narrativos. En cuanto a la estética de Diario de Nueva York, que no rompe con sus anteriores trabajos, es a primera vista apabullante, pero curiosamente sin dejar de tener a la vez una cualidad exquisitamente infantil. Cada apretada viñeta esconde innumerables detalles: los bares, calles, estanterías, habitaciones, escaparates , etc., que van apareciendo están todos repletos de objetos arrojados de cualquier manera. Cada espacio retratado presenta un carácter caótico y destartalado, al borde de lo ruinoso. Los personajes que se mueven y se integran en estos escenarios adquieren, a su vez, también como un aire desequilibrado. Dibujados con intensidad, en un estricto claroscuro, nos traen a la memoria los grabados expresionistas o el arte producido por enfermos mentales. Efectivamente, Doucet parece sufrir de ese horror vacui que a algunos neuróticos y esquizofrénicos les impulsa a realizar dibujos sin un solo espacio libre usando miles de líneas, textos sin sentido y dibujitos extraños. En el caso de Doucet este pademonium sí termina encontrando un orden, que aunque sin dejar ser algo caótico, logra narrarnos un historia a la perfección.
En un paralelismo con las imágenes, también lo que se nos cuenta participa de cierto aire desequilibrado, siempre al borde del colapso. Doucet, de hecho, no deja de hacer mención de su propia enfermedad nerviosa a lo largo de todo el relato, intensificada por el consumo de drogas, la mala vida o los vaivenes de una relación con un novio algo paranoico. Aunque el hilo principal de la narración se Portada original de la obra de J. Doucetapoya en esta relación y los incipientes intentos de una Julie Doucet joven por encontrar trabajo como dibujante en editoriales “indies” (curiosamente vemos las fugaces apariciones de Charles Burns o Art Spielgman en una fiesta organizada por la revista Raw), en este álbum también encontramos historias situadas mas atrás en el tiempo, a mediados de los ochenta y que de hecho fueron realizadas antes que la narración central que le da título. En éstas Doucet nos narra, sin ningún pudor, sus primeras experiencias amorosas o su bohemia vida de estudiante de arte en Montreal, con el consabido desfilar de personajes pertenecientes a la fauna underground.
La historia que se nos narra en Diario de Nueva York no es precisamente agradable, va de mal en peor, y todo parece preludiar  a una tragedia. A diferencia de otros autores independientes, quizás con una intención más tremendista y morbosa, o metidos de lleno en una cierta pose punk, autocomplaciente, muy común en el underground, Julie Ducet no deja de recordarnos que cuanto leemos es real, y aunque sin moralinas no elude manifestar sentimientos de derrota o decepción. De hecho parecería que Doucet se burlara de sí misma, pero con un fino humor que logra suavizar el tono autócritico. Todo esto hace de Diario de Nueva York un cómic sincero y valiente. No por casualidad optó a premio en la categoría de "Mejor Obra Extranjera del 2001" en el Salón del Cómic de Barcelona y es considerada la mejor obra de Doucet hasta el momento.

VÍNCULOS:

http://www.guiadelcomic.com/comics/diario_de_nueva_york.htm
http://www.drimar.com/users/bibliopolis/resenas/rese0135.htm
http://lmt.dreamers.com/pagines/diario-de-nueva-york.htm

http://www.bdquebec.qc.ca/auteurs/doucet/juliedoucet.htm

http://www.raintaxi.com/online/1999winter/doucet.shtml

http://www.kallblad.com/htmls/juliedoucetsida.htm


[ © 2003 Antonio Ramírez, para Tebeosfera 030131. ]