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EL REY CATÁSTROFE

El rey Catástrofe. Vaya cara tiene Adalberto.

Guión: Lewis Trondheim

Dibujos: Fabrice Parme

Editorial: Astiberri Ediciones: Gu-Gu, # 1 [ediciones en castellano, catalán, euskera y galego]
Diseño y rotulación: Estudio Fénix    |    Traducción: Mila Bohoyo y Javier Zalbidegoitia

ISBN: 84-95825-59-7

Depósito legal: BI-617-04

Cartoné   |   32 páginas   |   color   |   9 euros

 

Edición original: Le Roi Catastrophe. Adalbert ne manque pas d'air, Delcourt, 2001

[ Cubierta del tebeo © 2004 F. Parme ]


Comentario por David Caro


¿Qué pasaría si un niño gobernase una nación?

Esa es la premisa que nos ofrece El Rey Catástrofe. Adalberto es el rey de Porto Cristo, un país de localización por ahora indeterminada pero que existe en nuestro mundo, como demuestra las referencias a otros países reales. Y, siendo un  niño que apenas llega a la altura de las rodillas de sus sirvientes, los resultados de sus ideas, leyes y órdenes no pueden convertirse sino en una sucesión de divertidas historias. Este primer álbum nos ofrece tres de ellas.

La serie (de la que en Francia apareció el séptimo volumen en abril de 2004) fue creada en marzo de 2001 por Lewis Trondheim como guionista y Fabrice Parme como dibujante. Para los que aún no los conozcan diremos que Trondheim está convirtiéndose en los últimos años en uno de los mejores autores de Francia. Desborda imaginación en todas sus series, que van desde el terreno de la fantasía heroica hasta las historias más cotidianas. Sus personajes, y los de este cómic no son una excepción, se definen perfectamente en pocas viñetas y están tratados con un humor amable que les hace caer simpáticos al lector casi inmediatamente.

En cuanto al dibujante, Parme está muy influenciado por el campo de la animación. Los dibujos de El Rey Catástrofe en concreto recuerdan a los creados por Friz Freleng para las series de La pantera rosa o El inspector Clouseau, y la estructura en pequeñas historias también parece propia de los episodios de las series de animación. Los personajes son muy expresivos y parecen moverse ante nuestros ojos. Los decorados están llenos de pequeños detalles que invitan a una relectura para descubrirlos. El dibujo se complementa con un acertado uso del color informático, que redondea un apartado visual perfecto para el tono de los historias. Como curiosidad podemos destacar que no existe en todo el cómic ni un solo borde para las viñetas, estando estas delimitadas en muchos casos por el color del fondo del dibujo, lo que resultaba práctica común en los primeros años del medio (allá por el siglo XIX) y se fue perdiendo conforme aumentaba el número de viñetas por página, convirtiéndose en necesarios los bordes para separarlas.

La edición que nos presenta Astiberri dentro de su colección Gu-Gú cuenta con encuadernación en tapa dura, además de una calidad de papel y una reproducción excelentes. Tan sólo se pueden señalar un par de descuidos: por un lado el haber señalado en el lomo a Trondheim y Robin (en lugar de Parme) como autores, sin duda debido a una confusión con el álbum El pequeño Papá Noel editado dentro de esta misma colección. Por otro lado algún error en la ortografía y en la puntuación, lo que desgraciadamente parece ser muy común en la edición actual de cómics en nuestro país. Lo que no es tan común, y sí digno de elogio, es el lanzamiento simultáneo de este álbum en catalán, euskera y gallego además de la edición en castellano que estamos comentando.

El Rey Catástrofe es una perfecta elección para la colección Gu-Gú, planteada como un proyecto de editar cómics “para todos los públicos”. Se parece mucho a las series que se editaban hace ya algunos años dentro de esas revistas infantiles que tanta falta hace volver a ver en los kioscos. Pero el precio al que se venden los cómics hoy en día (este cuesta 9 euros) no es el mismo que tenían aquellos. Los lectores habituales de las obras de Trondheim o aficionados a las historietas de humor en general se acercarán sin duda a esta serie. ¿La comprarán los padres, tíos y hermanos mayores para regalarla y que la disfruten los más pequeños de la casa?

Esperemos que sí. Se lo merece, y queremos más.


[ © 2004 David Caro, para Tebeosfera 041015. Astiberri hizo servicio de prensa con Tebeosfera ]