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LAS REVISTAS ILUSTRADAS VALENCIANAS EN EL SIGLO XIX.

1. ESTUDIO COMENTARIO Y CATÁLOGO DE LAS PUBLICACIONES PERIÓDICAS ILUSTRADAS DE LA ÉPOCA 1800-1868


 

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[ A la derecha, obra de Baltasar Tamantes que se corresponde con la figura 3 de las mencionadas en el texto -clic para ampliar-.  ]

Las leyendas de las cuatro imágenes citadas en esta página web son:

(1) Baltasar Talamantes; “Aleluya de los ejercicios gimnásticos”, imp. Laborda, Valencia, 1780
(2) Baltasar Talamantes; “Escala de la vida”, Valencia, 2ª mitad s. XVIII
(3) Baltasar Talamantes; “Figuras Grotescas”, Valencia 2ª mitad s. XVIII
(4) Diario de Valencia; nº 1, del 1-VI-1790, Portada, p. 1


1.1. INTRODUCCIÓN

Podríamos decir que el nacimiento de la prensa valenciana se puede situar a comienzos del siglo XIX, aunque si antes existían algunos diarios como El Diario de Valencia, éstos fueron verdaderamente excepcionales. Es en el momento en el que las Cortes de Cádiz proclaman la libertad de prensa e imprenta cuando aparecen en toda España, y Valencia no es una excepción, diferentes tipos de diarios y revistas. Todos estos citados diarios y revistas salvo algún caso especial, que se aparta de la polémica, girarán entorno a la dicotomía liberalismo versus absolutismo, y el aparato gráfico con el que cuentan (si lo hay) se hará eco de esta lucha ideológica.

Llegados al alzamiento de Riego, el problema se volverá a dar, pareciendo que ya en la década de los años treinta la situación ha llegado a una aparente normalidad.

La década de los cuarenta será la que más ilustraciones no políticas vea dado que empezarán a aparecer una gran cantidad de prensa gráfica, más adelante, en las dos décadas posteriores el tema político volverá a aparecer en la prensa ilustrada, siendo un poco el termómetro con el que podemos adentrarnos en el sentir social y político de los años antes de la Revolución.

1.2. LOS PRECEDENTES

Como precedentes y por lo que respecta a este trabajo, estamos entendiendo únicamente la ilustración en la prensa valenciana anterior al año 1800; creemos que esta acotación es necesaria puesto que una generalización a toda la caricatura o a todo el grabado escaparía con mucho al objeto de nuestra investigación. Con respecto a la caricatura, puesto que existiendo ésta en el Arte Valenciano desde sus comienzos, su investigación, dada la total escasez de estudios anteriores, es motivo de otro trabajo por su extensión y complejidad. Con respecto al grabado (sobre el que existen muchos mayores estudios con referencia al anterior concepto) porque su materia, variedad y extensión escapan con mucho a poder encerrarse en un capítulo sobre precedentes propuesto para un catálogo.1

Puestas así las cosas nos hemos de centrar en todas aquellas hojas volantes o panfletos impresos en Valencia y que necesariamente hubieron de tener un mínimo de difusión, características estas dos que encierra cualquier definición de periódico o prensa al uso.

Teniendo presente esta premisa nos hemos de referir a la estampa popular valenciana del siglo XVIII, tema que ya fue abordado por Amela i Vives, F. y por Gayano LLuch, R.,2 aunque si bien de manera un tanto marginal dado el objetivo de sus investigaciones.

En Valencia como en el resto de España se da una evolución de la imagen popular durante todo el siglo, por un lado a nivel técnico (progresivo desarrollo de los métodos de estampación) y por otra a nivel temático (creación y desarrollo de nuevos géneros)

Por un lado tenemos las aucas, del latín “Au” (juego, cosa...) y también del valenciano “Au” (ave), esto es, el juego de la oca, representado con varias escenas encerradas en pequeños rectángulos que abarcan todo un cartón xilografiado, de ahí que por extensión se terminará llamando Auca en el siglo XVIII a toda reproducción de pequeñas viñetas ordenadas conforme a un planteamiento cronológico.

La auca como tal, esto es, como juego se conocía ya desde la antigüedad, tanto es así que Gallano Lluch lo remonta a los egipcios con sus relieves de Menfis, o a los Hititas (relieve Senajirli), o a algunas de las metopas de Fidias, o a los sepulcros romanos3 y en el caso de Valencia lo remonta a los mosaicos romanos de Liria (siglo I d.c.), aunque será a través de los azulejos cuando se generalice y consolide la auca en Valencia tomando carta de naturaleza propia,4 consolidación que será definitiva con el nacimiento de la imprenta en Valencia cuando ésta llegue en forma de grabado (Sportino, Libro del juego de las suertes, 1515) A partir de este momento y en la medida en que los medios de difusión del grabado se generalizan también se generalizará este tipo de juego de tal forma que intentando hacer una pequeña cronología tendríamos:

a) Consolidación de la Auca, 1578-1749
b) Transición de la Auca, 1750-1857
c) Esplendor de la Auca, 1858-1897
d) Decadencia de la Auca, 1898- 1936

clic para ampliarDe cualquier forma lo cierto es que a la altura de mediados del siglo XVIII el término se va a generalizar y por auca se va a entender cualquier serie de viñetas cronológicas (Fig.1), generalización no sólo en la tipología sino también por lo que respecta a grabadores y dibujantes que sobre todo en el siglo XIX va a realizar aucas como por ejemplo, J. Struch, F. Torres, Estornell, Castelló, Pascual Abad, Miranda, Blasco Soler, A. Martí, Alegre Gorriz, F. Olaria, Navarrete y Fas, Salustiano Asenjo, Franch y Mirá, Vicente Llopis, Badía, Velasco y un largo etcétera y siendo casi todas las imprentas de Valencia de ese momento las que se dedican a imprimirlos (Momptie, Laborda, Piles, Bellver Tomás, Rius y Benet, Ignacio Boix, Simeón Durá, Emilio Pascual, Pascual Villalba, Juan Ibarra, Martí Casanova, Juan Martí...)

Por lo que se refiere a grabado popular no seriado, el que se está dando en estos momentos (finales del siglo XVIII) en toda España al igual que en Valencia, éste va ampliando sus bases conforme (y esto se verá mejor a lo largo del siglo XIX) se va asentando una burguesía. Esto es: si para toda la historia del grabado era un hecho básico la diferenciación entre una estampa culta y una popular, en primer lugar por el precio entre ambas que hacía que la primera no pudiese llegar a clases sociales más bajas al ser más caro por la calidad de los grabados tanto en la técnica utilizada como en el acabado de los mismos, en segundo lugar el tema culto (no comprendido en muchas ocasiones por aquellas clases que no tenían instrucción), frente a una estampa popular mucho más barata ya que la reproducción era más tosca por un lado y por otro un tema descriptivo y más o menos jocoso sin ningún tipo de trascendencia que era comprendido por todo el mundo.

Es ahora, a finales del siglo XVIII cuando surge un determinado tipo de estampa que no se ajusta a la anterior clasificación y que hace que a partir de esta fecha se vaya pasando a otro modelo: Por un lado se abaratan mucho más los procedimientos técnicos con lo que las estampas pueden llegar a todo el mundo y en segundo lugar van apareciendo clases medias sólidas de la pequeña burguesía que tienen un mínimo de instrucción y pueden acceder por dinero y formación a un determinado tipo de estampa que hasta ahora sólo había estado en manos de las clases más poderosas.

Dentro de esta línea encontramos la xilografía de Baltasar Talamantes citada por Valeriano Bozal5 en la que se puede ver sobre unas escalas ascendentes y descendentes la vida de una mujer, o mejor dicho de la mujer desde su nacimiento hasta su decrepitud en la vejez y su muerte (Fig. 2)

Otra forma de grabado que circula en estos momentos son las xilografías en las que aparecen los romances, estos eran una serie de hojas volantes que se repartían o vendían y en donde estaban escritos unos versos o letrillas alusivas a la relación de una pareja y que servían de explicación a la imagen que se adjuntaba.6

Finalmente otra forma de grabado va a ser el grotesco, caracterizado por la aparición de personajes esperpénticos y en situaciones más esperpénticas aún (Fig.3) realizadas la mayoría de las veces con el fin de originar un ánimo jocoso en el contemplador, suelen ir sin texto por lo que el dibujo habla por sí sólo y se realizan a veces en forma de auca. 7clic

Finalmente por lo que se refiere a los periódicos ilustrados, el primero de todos ellos será la cabecera de El Diario de Valencia (Fig.4). Tema ya estudiado por Laguna Platero8 y Ricard Blasco9 entre otros.

1 No obstante no queremos dejar de señalar en este sentido la importancia que tuvo el grabado de libros tal y como recoge Artigas Sanz El libro Romántico en España, Madrid, CSIC, 1953, o de el grabado romántico estudiado entre otros por Cristina Aldana: Grabadores románticos en Valencia, Valencia, Generalitat, 1992, autores a los que aludiremos en nuestras conclusiones.

2 Ver al respecto las obras de: Amela y Vives, F., La popular imprenta de Laborda, Valencia, CSIC, 1965; Gayano Lluch, R., Aucología Valenciana, Valencia, Biblioteca valenciana de divulgación histórica, 1942

3 Gayano, op. cit. p. 47

4 Pons y Massareu “Sobre les auques de redolins” en Calendario Catalán para 1901, Barcelona, 1900, p. 68

5 Bozal, Valeriano; “El Grabado popular tradicional” en Summa Artis t. XXI, p. 663

6 Tema ya abordado por Valeriano Bozal, op. cit., p. 664 y ss.

7 Ídem, p. 668.

8 Laguna Platero, Antonio, Historia del periodismo valenciano, Valencia, Generalitat, 1990 ; y del mismo autor, “El Diario de Valencia” en Doscientos años de periodismo, Valencia, Generalitat, 1992

9 Blasco Laguna Ricard, “Ombres per aclarir en els origens de la prensa valenciana” en Doscientos años de periodismo, Valencia, Generalitat, 1992.


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