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BÁRBAROS PATA NEGRA.


FANTASÍA HEROICA DE ROBERT E. HOWARD EN ESPAÑA.

Conan dibujado por Jesús Sáiz para el retapado núm. 39 de La Espada Salvaje de Conan  © 2004 Jesús Saiz


El pistoletazo de salida para la fantasía heroica como género de los cómics con etiqueta propia en historieta adquirió carta de naturaleza con Conan pese a que tuviera algunos antecedentes, como hemos visto en el artículo “Cómics de fantasía heroica: Cosmologías limitadas para la imaginación desbordada”. Concretamente desde octubre de 1970, fecha de cubierta del comic book de la editorial Marvel Comics que llevaba por título Conan the Barbarian. Aquel acontecimiento, analizado como una parte del todo que suponía entonces la revolución en el cómic de superhéroes norteamericano, llamó poderosamente la atención de los amantes de los tebeos de este lado del charco. Como Joaquin Alberich, que vio con buenos ojos los primeros ejemplares de Conan the Barbarian en el número 23 de la mítica revista sobre fantasía Nueva Dimensión; como Manuel Mir, que alabó la serie en el número 19 de la no menos mítica Terror Fantastic; o como el propio director editorial de Comics Forum, Antonio Martín, quien, en un boletín informativo de la publicación Bang!, no pudo reprimir un mayúsculo “¡FABULOOOOSO!” al recibo del primer número del magazín Savage Tales.


 

Conan no sólo es uno de los personajes más emblemáticos de las historietas de espada y brujería, es el epítome del género. Las características de los relatos protagonizados por él  lo convierten en héroe único, no por singular, sino por inmejorable, a no ser que se caiga en la imitación o el plagio. Otros héroes howardianos llevados al cómic, como Kull o como el trasunto de dos de sus heroínas que es Red Sonja, no carecen de interés, pero los imitadores de la exitosa estela de Conan no han visto, o no han querido ver, el potencial de estos otros personajes y por ello sus viñetas han cosechado menor éxito.

Fuera de estas consideraciones, los seguidores españoles de Conan, y por extensión de la fantasía heroica, han disfrutado de cómics de bárbaros casi desde tempranas fechas: las aventuras de Conan aparecen en España en 1972, en uno de las “Novelas Gráficas Marvel” que lanzó Editorial Vértice, donde tan pronto se ponía en boca de los personajes una verborrea cargante como se les añadían adminículos anatómicos de todo tipo y grosor. Eran los tiempos de los remontajes de las viñetas originales y de la ausencia del color. Para algunos, tiempos de gloria, para otros, de oprobio.

Ediciones Vértice.

Los superhéroes habían llegaron a España temprano. Superman ya aparecía en cuadernos de aventuras en los tempranos años cuarenta, Popeye lo hizo en el tebeo bilbaíno El Pionero (si es que se quiere considerar a Popeye como el primer superhéroe) y Batman también visitó España poco antes de que la censura les cortara el paso a él y al Chico Maravilla.

Las labores de censura arreciaron en los años sesenta paradójicamente, y si disfrutamos de los cómics de Marvel en España desde 1969 tuvo que ser con la etiqueta de “historietas para adultos” y recluidos en formatos estranguladores de la versión original. Fue Ediciones Vértice la empresa que finalmente se atrevió a adquirir las licencias pertinentes para editar tebeos de aventuras y de superhéroes, y los destinó a un formato menor que el original, sin color, en mal papel (casi pulp), sin las portadas originales y con retoques en la obra de los autores estadounidenses.

Así venía procediendo J. Torra Más desde que en 1965 regentase el sello Mundi-Comics, o Ediciones Vértice, decidido a editar cómics producidos en el Reino Unido servidos por licencia (Mytek, Spiderman, Battle Action) y luego en EE UU (de Marvel, principalmente, aunque también de DC Comics y de otros sellos editoriales). Fue E. Chimenos Vallverdú su mano derecha en aquel ejercicio de “transformación” del formato original, puesto que era mutilada la composición de la página del comic book, los textos sufrían una traducción salvaje e irrespetuosa y se vendía una edición, en general, indecorosa.

Los cómics de bárbaros fueron promocionados por Vértice como un gran éxito editorial en 1972 (coincidiendo con el premio concedido por la ACBA a Conan the Barbarian ese mismo año), y sus editores decidieron publicar casi simultáneamente una nueva colección de libros de 128 páginas titulada Conan el Bárbaro y a incluir una historieta de Kull en la colección, también de libros de igual tipo, Superhéroes. La edición de estas historietas venía avalada por algo denominado “La Marca de los Cómics”, cuya producción mercenaria corrió a cargo de varias manos, como las anteriormente mencionadas o las de L. Lión Galán. Entre los colaboradores destacó sobre todos López Espí, a quien se le encargó copiar las portadas originales americanas con el fin de dotar a las colecciones españolas de una apariencia homogénea. López Espí se lució sobre todo en las primeras series editadas en España, los añorados libritos de 238 páginas (luego popularmente conocidos como “Volumen 1”) y las cubiertas del Volumen 2, que fueron editadas con formato mayor, con o sin grapa pero semejante al de un magazín.

P. Castillo, Ortega y Blay Navarro fueron los traductores de las historietas de bárbaros que Vértice publicó, pero sobre todos ellos descolló Salvador Dulcet. En la rotulación también hubo muchos nombres (M. Carmen Ruiz, F. Pujol, F. Sesen, Azpe, C. Taurá, Mario Ramírez...) pero destacaría con creces la labor nervuda y sobresaltada de Tunet Vilá, que también fue actor y dibujante de historietas (¿quién no recuerda a Tumbita?) El editor que orquestó las labores de estos trabajadores en las colecciones protagonizadas por Conan y otros bárbaros fue siempre J. Perales, que trabajó junto al resto de los responsables de Ediciones Vértice en la redacción sita en Concepción Arenal, en Barcelona.

Vértice brindó al público un producto manejable y barato pero jamás fiel a los cómics originales. En un principio, el formato cuyas dimensiones eran de 15 × 20 cm. no dejaba otra opción que guillotinar viñetas, “completar” su dibujo sin compasión y embutirles pesados bocadillos de traducción excedida y dramatizada. Con la llegada, en agosto de 1974 y en virtud de orden ministerial, de los formatos verticales denominados volúmenes 2 y 3, comenzó a respetarse el formato de las páginas originales americanas, si bien no sus dimensiones, ni su color, ni su traducción. Solamente al final de su trayectoria editorial, hacia diciembre de 1980, se permitió Torra Más el lujo de editar cómics en color: Spiderman sería el más beneficiado con esta medida; de Conan solamente apareció en color el volumen extraordinario Anual. Pudiéramos haber podido degustar los cómics de Conan en color durante el principio de la década de los años ochenta, pero Editorial Surco (o Vértice Línea 83), no obtuvo los derechos de las colecciones de bárbaros de Marvel y tuvimos que rabiar. Y aún más por cuanto esos cómics siguieron editándose, muy reducidos en su formato y con textos propios de un telegrama y un espantoso color, en las cuatro ediciones que perpetró Editorial Bruguera en su tristemente célebre colección Pocket de Ases.

Si en el Debe de Vértice hemos de hacer la anotación de su mala edición, en el Haber hay que corresponder con el reconocimiento de que fueron los editores primeros de un material que generó aficionados por miles. También en el Haber está el hecho –alejado de la nostalgia– de que Vértice editó ciertos materiales de acuerdo con su orden de publicación original, algo que en su primera década de existencia no respetó Planeta Comic / Comics Forum / Planeta-DeAgostini. El ejemplo más patente sobre esta singularidad fue la edición que hizo Vértice de The Savage Sword of Conan, fiel a la original en lo relativo a contenidos literarios, ilustrados y de complemento, no obstante la destinase a aquella suerte de cajón de sastre que fue Relatos Salvajes. Artículos de Blosser, DeCamp, Carter, Thomas (cerca de 20), portafolios de Fabian, Conrad, Buscema, Giordano (55 en total), historietas de complemento de Black Mark, Solomon Kane, Bran Mak Morn, Kull y Red Sonja (una docena) o portadas originales de la revista americana (al menos 25), fueron materiales que aparecieron publicados en Relatos Salvajes y que no fueron rescatados luego durante las coordinaciones editoriales de Mariano Ayuso y Antonio Martín.

A Vértice, en suma, le debemos el reconocimiento de ser la primera editorial que publicó los cómics de bárbaros de Marvel en España dando cabida entre sus colecciones tanto a Conan, como a Red Sonja (desde 1973), como a Kull (desde 1974), como a Bran Mak Morn (desde 1977), como a Solomon Kane (desde 1974), algunos de los cuales no fueron recuperados posteriormente. Y una de sus ediciones, concretamente la llamada Relatos Salvajes, ostenta el mérito de haber sido la mejor edición del magazín americano The Savage Sword of Conan, pues reproducía su contenido íntegro (historietas, artículos, portafolios, portadas), siempre y cuando no se tenga muy en cuenta la calidad de reproducción y la traducción de los textos, en bastantes casos deshonrosas.

Es incontestable que Planeta-DeAgostini haría una edición mucho más digna de los materiales de Marvel a partir de 1982, sobre mejor papel (incluso mejor que el original), con mejores traducciones, con respeto al color, con mayor atención puesta en la difusión y la distribución... Pero es de lamentar que todavía hoy queden bastantes contenidos de ciertas ediciones originales por recuperar, sobre todo de las cabeceras The Savage Sword of Conan y Kull and the Barbarians, y la oportunidad de disfrutar los cómics con la continuidad y sucesión con que fueron concebidos en su tiempo.

Planeta Comic / Comics Forum

El momento a partir del cual comienzan a publicarse los cómics de Conan en España con cierto rigor y respeto es cuando la Editorial Planeta (luego Planeta-DeAgostini), y a través de la división Comics Forum, adquiere los derechos de reproducción de The Savage Sword y, al poco, de Conan the Barbarian, a principios de la década de 1980. Hoy mismo estamos celebrando el decimoquinto aniversario de aquel acontecimiento, que también fue el inicio del camino jalonado de éxitos de la editorial de cómics más boyante hoy en España.

Al amor del estreno en España de la película Conan el Bárbaro de J. Milius, en 1982, una legión de aficionados acudió al quiosco para adquirir la nueva y más digna revista La Espada Salvaje de Conan y, al año siguiente, la continuación de las aventuras de Conan procedentes de Conan the Barbarian. Durante más de 20 años, la popularidad de estos cómics entre el público aficionado español se ha mantenido asentada sobre esos dos pilares; y a estas dos colecciones primeras le seguirían nuevos rescates de series americanas de bárbaros que disfrutaron de mayor o menor suerte en el mercado.

Los cómics americanos que durante estas dos décadas se fueron traduciendo casi alcanzaron a editar todo el material original americano basado en personajes de Robert E. Howard (por orden alfabético): Bizarre Adventures, Conan, Conan Classic, Conan the Adventurer, Conan the Barbarian, Conan the Barbarian Annual, Conan the King, Conan the Savage, Conan vs. Rune, Creatures on the Loose, Giant Size Conan, Graphic Novel, King Conan, Kull the Conqueror, Kull the Destroyer, Marvel Featuring..., Marvel Premiere, Marvel Super Special, Monsters on the Prowl, Red Sonja, Robert E. Howard’s Conan the Barbarian, Savage Tales, The Savage Sword of Conan, The Savage Sword of Conan Annual, The Sword of Solomon Kane, las últimas miniseries de Conan…

Con todo ello se fueron produciendo un buen montón de colecciones españolas, editadas con seriedad por lo común: Conan, Conan (de Barry Windsor-Smith), Conan (tiras de prensa), Conan el Aventurero, Conan el Aventurero (libro), Conan el Bárbaro, Conan el Bárbaro (nueva edición), Conan el Pirata, Conan Rey, Conan y Bêlit, Conan. Antología / 15 años, El Reino Salvaje de Conan, Extra Conan, Kull el Conquistador, La Espada Salvaje de Conan, Los Mejores Autores Conan, Novelas Gráficas Conan, Red Sonja, La Espada de Solomon Kane, Súper Conan, What if?, What if? Conan el Bárbaro, las últimas miniseries de Conan... Más de 600 tebeos diferentes protagonizados por bárbaros.

Bárbaros de Planeta-DeAgostini

Durante los años noventa, Antonio Martín quiso potenciar la línea fantasía heroica del Departamento de Publicaciones Populares de Editorial Planeta-DeAgostini. Se esforzó por idear nuevas ediciones de los personajes de más éxito (léase Conan) y lanzar nuevas colecciones protagonizadas por otros bárbaros, incluso producidos en España.

Seguía presidiendo la línea La Espada Salvaje, la cual fue distribuida de nuevo con la distinción en los créditos de Segunda Edición, que se caracterizó por ser impresa en mejor papel y con una mejor reproducción de las ilustraciones de cubierta. Al tiempo, algunas de las secciones interiores (caso del correo, o algún artículo) fueron suprimidas en la nueva edición y sustituidas por ilustraciones de autores americanos entresacadas de las que habían ido quedando sin publicar, bien procedentes de The Savage Sword o Conan Saga. También se le incorporó un nuevo correo, a la altura del núm. 60, conducido por Manuel Barrero, que duró hasta el núm. 100.

También La Espada Salvaje fue el título elegido para editar en España a la sustituta de The Savage Sword en los Estados Unidos: Conan the Savage. Se diferenció en créditos como La Espada Salvaje Volumen II, y a su término se siguió con el Volumen III. Esta Espada Salvaje Volumen III se nutrió de material producido en Europa, en la factoría de Marvel Italia. Marvel Internacional, una división de Marvel Comics sita en la península de la bota, adquirió los derechos necesarios para seguir produciendo historietas del cimmerio con guiones y autores europeos, sobre todo italianos y españoles, como Xavi Marturet, Mike Ratera, Paco Díaz y Rafa López. La gestión de estos materiales desde Italia llegó a alcanzar la producción de 15 historietas extensas de Conan que en España se recogieron en los 15 números de La Espada Salvaje de Conan Volumen III, hasta el año 2001 (en Italia no, sólo cuatro historietas vieron la luz: dos en dos números de Conan il Conquistatore, y otras dos en un grueso Speciale Conan).

Uno de los aplausos más merecidos de la editorial Planeta-DeAgostini fue la de atreverse a editar los veintiún números de Kull el Conquistador. La colección, conformada por gruesos tebeos que fueron ilustrados por Enrique Jiménez Corominas, reunía todos los comic books a color de Kull publicados originariamente. Sus contenidos eran heterogéneos, pero se consiguió darles cohesión y una estructura elegante, convenientemente aderezada con artículos y portafolios. Incluso se ofreció, en el último número, un encarte especial que reproducía todas las cubiertas originales de todas las series de Kull, con el aliciente de que llevó como portada una obra de Barry Windsor-Smith que había quedado inédita en Estados Unidos.

Pero el aplauso mayor se lo merece la nueva edición de Conan el Bárbaro. Ediciones Vértice había hecho de estos materiales pesadillas dibujadas, Bruguera los había convertido en telegramas chillones y la primera edición de Forum había trastocado la colocación de las historietas, eliminado cubiertas y cortado episodios. Desde 1998 y con asesoría editorial de M. Barrero (al igual que pasó con Kull el Conquistador), se editó una colección nueva de Conan el Bárbaro, desde el número uno, con un cómic original por número, con aderezo ilustrado por autores españoles, con secciones de texto atractivas, con interés por recuperar ilustraciones y viñetas inéditas.

También la editorial se decidió a reeditar los dieciséis libros de Conan titulados Súper Conan, algunos de los cuales llevaron nuevos artículos y mejoras en la edición. Y se recopilaron de dos modos las revistas de La Espada Salvaje de Conan, en los retapados para su distribución escalonada y estival, y La Espada Salvaje de Conan Edición Coleccionistas, los denominados “tapas rojas”, por su encuadernación en cartoné que reunía los números de la revista de tres en tres. Pero no fueron los únicos álbumes compilatorios de material anterior, también hubo lanzamientos más atractivos y con la pátina de la novedad, como la colección de libros en cartoné y con lomo redondo Los Mejores Autores Conan (libros monográficos que recopilaban algunas de las mejores historietas de los autores: Roy Thomas, Neal Adams, Gil Kane, Ernie Chan, John Buscema, Alfredo Alcalá y Tony de Zúñiga), o como el volumen La Aventura de Conan Antología / 15 años, que contenía algunas de las mejores historietas de Conan de todos los tiempos y que no podían recopilarse en Los Mejores Autores Conan (dibujadas por Brunner, Conrad, Niño, Giordano, etc.)

Tras agotar las posibilidades de editar materiales no publicados de forma conveniente en el pasado o nunca antes traducidos (caso de la colección Extra Conan, que recogía bajo una misma cabecera casi todos los Conan the Barbarian Annual), los únicos bárbaros inéditos en España eran los de Marvel Italia, las miniseries últimas yanquis y los nuevos lanzamientos de Cross Plains Comics. El material de Marvel Italia se publicó en España convenientemente, en 15 revistas del Volumen III de La Espada Salvaje de Conan, como ya se ha dicho, y desde luego mucho mejor que en otros países europeos, bien que algunos de los materiales desestimados por otros editores eran francamente pobres. Para las miniseries últimas de Conan se eligió el más cómodo formato prestige antes que una nueva serie, Conan the Barbarian Vol. II o similar, por causa de la falta de periodicidad de la salida de estos materiales en su país de origen. Tanto fue así que quedó sin editar la última serie de tres comic books publicada por Marvel: Conan. Flame and the Fiend. De los lanzamientos de Cross Plains se hizo en España una edición correcta, aunque no se adquirieron los derechos de todos ellos, y los amantes de Sonja se quedaron sin leer la última aventura de la hyrkania, así como los amantes del arte se quedaron sin contemplar la obra maestra en que habían convertido Worms of the Earth tras añadirle un exquisito coloreado.

Paralelamente, desde la redacción de Planeta-DeAgostini se intentaba dar marcha al proyecto de editar una revista con historietas de fantasía heroica de autores españoles y ajustarle las tuercas a una maquinaria de producción de historietas nuevas y originales de Conan desde España. El primer esfuerzo no prosperó más allá de un puñado de obras que aparecieron publicadas en algún número especial, como en lanzamiento único Relatos Salvajes (con obras de J.R. Cano, J.C. Cereza, I. del Rivero, M. Pallarés, M.A. Cáceres, Ramón, Barba, F. Xalabarder, R. González, S. Saiz) y las colecciones con formato revista que rescataba obras de espada y brujería con cierto olor a alcanfor: Axa Mundo Salvaje (de Donne Averell y Enrique Badía Romero) y Taar el Rebelde (de Claude Moliterni y Jaime Brocal Remohí).

Para intentar consolidar la línea de fantasía heroica de la casa, se abrazaron las producciones del género editadas por Planeta-DeAgostini Elric / Stormbringer (6 magníficos números de Paul Craig Russell), Fafhrf y el Ratonero Gris (cuatro estupendos libros con formato prestige de Howard Chaykin y Mike Mignola) y las diferentes subseries de Magic. The Gathering (al menos 16 colecciones a modo de miniseries). E incluso se llegaron a adscribir a la línea de fantasía heroica, en algunos catálogos, las obras más distanciadas del subgénero: Tor, de Joe Kubert, y el lanzamiento único Príncipe Valiente.

El proyecto de fantasía heroica “a la española” no fraguó. La revista Relatos Salvajes no terminaba de arrancar, debido a la cautela editorial de A. Martín, editor responsable de la línea, y algunos de los proyectos que se fueron aprobando acabaron publicados a modo de miniseries de comic books, algunas de ellas bajo otro subsello de la casa, y como colecciones de rescate. La relación no es muy extensa: Se reeditaron los 14 tebeos de Andrax El Último Guerrero y el libro Sarvan, ambos de Jordi Bernet y ambos posibles de incluir bajo el marchamo “fantasía heroica española”. Luego, los únicos tebeos sujetos exclusivamente a ese sello que fueron publicados serían los comic books: Héroes (de Valentín Ramón y Víctor Barba), Fian, de R. González y Rebollo, Fian: El rebelde, de los mismos, y Witchfinder, de Mike Ratera. Y fueron adscritas a las líneas de fantasía heroica las siguientes publicaciones: Gorka, de Portela y Sanjulián, Crónicas de Mesene, de González, Guerrero y Jiménez, el manga El Brazo de Dios, de Brocal Remohí, e incluso el libro de ilustraciones de Brocal Remohí Fantasía Heroica (mas, curiosamente, no se procedió así con la parodia Groo ni con la edición que Planeta hizo del Dax el Guerrero de Esteban Maroto, que en los catálogos siempre fueron colocados aparte).

El último gran acierto de la editorial a la hora de editar un material asimilable a este género fue Guerreros del Reino de las Sombras, compilación de los episodios del mundo de Weirdworld ideado por Doug Moench, más afín a la fantasía de J.R.R. Tolkien que a la de R.E. Howard, bien es cierto. Por desgracia sólo recuperó las historietas dibujadas por Buscema, dejando de lado las maravillosas obras de Mike Ploog y Alex Niño que les precedieron, y las más mediocres que a posteriori publicó Marvel en Marvel Fanfare.

La sustitución de A. Martín en el puesto de Director Editorial de Planeta-DeAgostini Comics y sus sellos asociados dio al traste con todos los proyectos de fantasía heroica en curso. Las historietas cortas de este género y protagonizadas por Conan que habían ido produciéndose bajo supervisión editorial acabaron complementando las páginas de El Reino Salvaje de Conan. Las historietas de Conan producidas sin supervisión editorial, como las producidas por el Sword Studio, ni se contemplarían. Los autores interesados por la fantasía heroica con proyectos en curso (R. González, M. Guerrero, A. Jiménez, A. Vázquez, J. Bayarri, J.M. Pallarés, M.A. Cáceres, P. Camello, los Lorente BROS.) acudieron a sellos editores menores como Dude, MegaMultimedia y otros. Y se quedaron en el archivo las esperanzas de editar las historietas protagonizadas por otros personajes ideados por Robert E. Howard como Kull, Bran Mak Morn, Cormac Mac Art, Almuric, etcétera.

La última producción de fantasía heroica de autor español que respaldó Planeta fue la miniserie Witchfinder, de Mike Ratera, quien también trabajó sobre la continuación para su publicación bajo el formato comic book, aunque al final tuvo que conformarse su autor con ver diseminadas sus páginas como complementos de la revista de rescate de materiales El Reino Salvaje de Conan, ya llegado el siglo XXI. Y la última colección de fantasía heroica que editó Planeta, aparte de las últimas miniseries de Conan producidas en Estados Unidos y de la torpe creación de Rob Liefeld Warchild (de Maximun Press, pero asimilada por el editor español a la línea de fantasía heroica de la casa), fue la penosa colección Xena. Warrior Princess.

En el momento en que escribimos estas líneas no sabemos si Planeta-DeAgostini –u otra compañía editora– tiene interés por rescatar los excelentes cómics aún inéditos de fantasía heroica de Marvel (de The Savage Sword of Conan, Kull and the Barbarians, Marvel Treasury Edition, Conan Saga y la mencionada miniserie Flame & the Fiend), algunos otros cómics de espada y brujería publicados en los Estados Unidos (los de Elric, por ejemplo, los de Epic Illustrated, los magníficos pero contados lanzamientos de Cross Plains), o bien la nueva serie de Conan que en Estados Unidos acaba de salir publicada por Dark Horse.

 
   

  VÍNCULOS

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SUMARIO

R. E. HOWARD

CÓMICS

CONAN

KULL

S. KANE

BÁRBAROS REH

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