|
Glynis nació con el apellido Oliver y desde muy chica se
aficionó a la lectura de comic books por la atracción que el
héroe Superman ejerció sobre ella, aunque ha reconocido que una
de sus heroínas favoritas de siempre ha sido Litte Lulu
(en España conocida como La Pequeña Lulú), y aquel personaje fue
el que verdaderamente le impulsó a ser artista de cómics. Para
conseguirlo, estudió dibujo publicitario en la Universidad hasta
el comienzo de la década de 1970 y fue allí donde hizo migas con
un muchacho, también estudiante de arte, llamado Len Wein. Len
había tenido ya la oportunidad de publicar algún guión suyo en
series de DC Comics y de algún modo convenció a sus editores
para que diesen trabajo a la entonces moza sin desposar Glynis
Oliver, quien al poco pasaría a ser señora de Wein.
Glynis se introdujo en la industria por la puerta trasera,
puesto que la destinaron al departamento de producción para
realizar trabajos diversos, entre los cuales destacó coloreando
mecánicamente las portadas de los comic books de DC. Alguna de
esas cubiertas llamó la atención de Roy Thomas, quien la reclutó
para colorear la serie The Avengers (el número 110 de
esta serie, de 1973, fue el primer trabajo de la Wein en
Marvel). Según ha declarado, se sintió muy bien acogida por
Marvel, sobre todo por Marie Severin, una profesional del color
desde los años cincuenta que la instruyó y le dio el apoyo
suficiente para sobrevivir en una industria en la que pocas
mujeres tenían la fortuna de prosperar como profesionales. Así
las cosas, Glynis aposentó sus reales en Marvel y fue medrando
en experiencia dando color a serie menores en un principio, de
terror y fantasía (Creatures on the Loose, Werewolf by Night,
Frankenstein, Tomb of Dracula, Worlds Unknown, Supernatural
Thrillers, o los números 26 a 50 de Conan de Barbarian)
y de miscelánea (Jungle Action, Marvel Team-up, Strange
Tales, Marvel Premiere, Marvel Two-in-one) hasta que
consiguió incorporarse a series continuadas de superhéroes:
primero a Defenders, Man-Thing, Power-Man, Captain Marvel,
Sub-Mariner, Amazing Spider-Man, y luego, desde 1974,
tomando las riendas del color de cabeceras enseña de la
editorial como Thor, The Incredible Hulk y
Fantastic Four, comic book este último en cuyos créditos
apareció su nombre de casada hasta el final de la década.
Siempre en Marvel, Glynis pasó la segunda mitad de los años
setenta coloreando todo tipo de viñetas. De este período datan
sus trabajos en Iron Man, Inhumans, What if?, 2001: A Space
Odyssey, Captain America, Champions, John Carter Warlord of Mars,
Ms. Marvel, Nova, Spectacular Spider-Man, Black Panther,
Battlestar Galactica, Star Wars o Daredevil, entre
otras series. Suyo fue el nuevo color añadido en 1975 a las
páginas de Barry Smith reeditadas en el número 15 de la
colección de cómics de gran formato Marvel Treasury Edition
y, suya, la responsabilidad completa del color de los 20
primeros números de la serie Eternals.
Durante el revuelo que se operó en Marvel a caballo entre las
décadas de los setenta y los ochenta, Glynis estuvo colaborando
brevemente con DC Comics, en las series Superman, Superboy,
Batman, The Brave and the Bold, DC Comics Presents, Detective
Comics y Untold Legens of the Batman. Fue en un comic
book publicado por la editorial competidora de Marvel donde
firmó su primer trabajo con el apellido Oliver (en Adventure
Comics núm. 459, de 1978) y fue entonces cuando Glynis
trabajó en una serie de lanzamientos donde compartían el mismo
escenario héroes de Marvel y de DC: DC Especial Series
núm. 18 (la confrontación entre Batman y Hulk), Marvel and DC
Presents núm. 1 (con Los Nuevos Titanes y La Patrulla X
juntos) y Marvel Treasury Edition núm. 28 (el inolvidable
enfrentamiento entre Superman y Spiderman). Tras esa escapada a
DC y, momentáneamente, a otras editoriales (suyo fue el color de
la novela gráfica pionera Sambre, de Eclipse Comics, y
del lanzamiento de Donning/Starblaze Complete Elfquest),
la colorista se instaló de nuevo en Marvel.
El caché de Glynis Oliver había aumentado en los primeros
ochenta y poco a poco escaló posiciones en la Casa de las Ideas,
visitando G.I. Joe, Starlord the Special, Dreadstar, Marvel
Fanfare o Epic Illustrated para pasar luego a las
series más en boga, las de mutantes Phoenix, Cloack and
Dagger, Dazzler, Kitty Pryde and Wolverine, Magik, Power Pack,
The New Mutants (núm. 1 al 29) y The Uncanny X-Men
(núm. 113 al 193). Fue en 1985 cuando dejó de firmar
definitivamente con el apellido Wein sus trabajos (recordemos
que ya había utilizado el apellido de soltera en lanzamientos
especiales previos, como el de 1983 Robert E. Howard’s Conan
the Barbarian), precisamente comenzando con los números 30
de The New Mutants, 194 de The Uncanny X-Men y 279
de Fantastic Four, tres series en las que laboró
fielmente hasta entrados los años noventa.
Con su apellido de soltera siguió coloreando series de la
segunda mitad de la década de los ochenta (Star Wars, la
edición de Elquest por la división Epic de Marvel,
Amazing High Adventures, Strange Tales vol. 2, Chuck Norris
Karate Commandos, Alpha Flight, la miniserie Fantastic
Four vs. X-Men, Punisher, dos números de What the-!?),
con especial dedicación, casi absoluta, por las cabeceras
Marvel Comics Presents, Excalibur, She-Hulk, Wolverine
y The Incredible Hulk, serie a la que se reincorporó
a la altura del número 354, de 1989, para permanecer en ella
casi diez años.
Durante la presente década, ha colaborado circustancialmente en
Punisher War Journal, Darkhold, Colossus God’s Country,
Incomplete Death’s Head (serie de Marvel U.K.), Deadpool,
Fantastic Four Unlimited, Sabretooth, Over the Edge, X-Men:
Fatal Attractions, X-Men: Wrath of Apocalypse y ha sido la
responsable completa del color en Namor, la serie
de John Byrne, y X-Factor, serie de mutantes en la que ha
proseguido trabajando con éxito hasta recientes fechas.
Hoy, Glynis Oliver sigue contando entre sus mejores amigos a Roy
Thomas, Marie Severin, Marv Wolfman y a su “ex” Len, y
practicando la meditación trascendental (sobre todo los lunes y
durante los meses de febrero). A la vista de sus 25 años de
labor, coloreando casi exclusivamente cómics de Marvel, sin duda
se trata una de las más injustamente olvidadas profesionales de
la historieta, pues ha dado color y vida a miles de cómics que
han pasado por nuestras manos. |
|