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PERIPECIAS DE DOS MORTADELÓFILOS

 

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[ Caricatura de Francisco Ibáñez publicada en Sur, para aderezar el texto se ahora se reproduce en Tebeosfera. © 2003 Idígoras y Pachi. Clic para ampliar ]


La gran aventura de Mortadelo y Filemón fue vista, en su primer fin de semana de exhibición en España, por más de un millón de personas. Así, en tres días logró unos ingresos de 5,1 millones de euros, en lo que supuso el segundo mejor arranque de la historia en el mercado español, sólo superado por Harry Potter y la cámara secreta.

Desde el 1 de enero hasta el 20 de febrero de 2003, 3.657.958 espectadores acudieron al cine para ver una película española, 2.023.614 de los cuales fueron a ver a los personajes de Francisco Ibáñez encarnados por obra y gracia de Javier Fesser,  según datos del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA). Para entonces, el filme había recaudado en taquilla más de 9 millones de euros, lo que supuso más de la mitad de los 17.526.283 euros que ha recaudado el total de la producción nacional –de un total de 76 películas– estrenada en los primeros meses del año.

La película de los personajes de cómic fue la única producción nacional que se situó entre los diez primeros puestos de los filmes más vistos durante el primer trimestre de 2003. El día 3 de marzo ya llevaba recaudados más de nuevo millones de euros, habiendo visto la cinta más de dos millones de espectadoras (más del doble de los que vieron en ese periodo las otras películas españolas), y a finales de abril el número de espectadores alcanzó los 5 millones, elevándose al segundo lugar de las películas españolas más vistas.

Independientemente de la calidad de la producción cinematográfica y del eco promocional que ha generado este éxito, cabe convenir que el calado de esta película entre el público español se debe en parte a la “pertenencia” de los personajes al tejido emotivo de los españoles. Los nacidos en el último medio siglo hemos conocido, leído y reído con Mortadelo y Filemón, y sus trapisondas han sido una de las bases de lectura de los niños y fundamento del humor de muchos profesionales actuales.

Es pues su creador, Ibáñez, con todo el merecimiento, uno de los grandes clásicos de nuestra historieta, y a él quisieron rendirle homenaje una pareja de esos humoristas que bebieron de sus viñetas la risa que hoy destilan:


PERIPECIAS DE DOS MORTADELÓFILOS

Idígoras y Pachi

Los niños que vivían en los 60-70 en nuestro pueblo, seguro que recordarán a Paquito Manuel. Este hombre no estaba tocado por la varita mágica del carisma y la amabilidad, más bien todo lo contrario.  Emitía gruñidos en vez de palabras. “Grfffouññt”, que quería decir “buenos días”, o “¿rffrttmmtñ?”, que significaba “¿qué quieres?”, e incluso “grrrrouñ”, que venía a ser “son diez duros, niño”. Pero Paquito Manuel no necesitaba ser simpático porque él tenía un tesoro: Vendía tebeos. Sí,  en su kiosco, al lado de los chicles bazoka, estaban el DIN-DAN, el TÍO VIVO, el DDT, TRINCA... Y hacia allí nos encaminábamos con los diez duros a conseguir nuestro tesoro. Gracias Paquito Manuel porque tú, sin saberlo, nos presentaste a Mortadelo y Filemón. “Grrogtrfff”, diría él, que quiere decir “de nada”.

Ahí no acabó nuestra relación con los tebeos. Cierto día nuestro vecino, el hijo del practicante, nos prestó “El sulfato atómico”, el primer libro de tapa dura que se publicó de Mortadelo y Filemón.  Pachi, al que le acababan de salir los dientes, se comió la página tres, la dieciocho, la cincuenta y cinco. Fue un momento tenso en nuestras vidas. Ángel tuvo que copiar las 64 páginas del libro, colorearlas y hacer la portada en tapa dura. Cosa algo difícil cuando sólo tienes seis años y encima utilizas rotuladores Carioca. En fin ya estaba el “libro” listo para darle el cambiazo a su propietario. Y como si de Sherlock Holmes se tratara, percibió a la primera que ése no era su tebeo. Todavía nos preguntamos cómo lo averiguó: ¿No estaba conseguido del todo el estilo Ibáñez? ¿O fue, más bien,  porque en el cartón que dibujamos la portada se leía, en la parte de atrás, Leche COLEMA?Caricatura de Ibáñez, por Francisco Nájera.

Efectivamente, tampoco quedaron ahí los lazos que nos han unido a Mortadelo y Filemón. En el noventa y pocos, después de la Expo de Sevilla y La Olimpiada de Barcelona, otro hecho fastuoso iba a convulsionar España: Nos ficharon  para  la revista MORTADELO y creamos unos personajes llamados “La Familia Malospelos”. No nos lo podíamos creer, estábamos dibujando en la misma revista en la que trabajaban todos los maestros (Ibáñez, Vázquez, Segura, Martz Schmidt, Conti, etc.) que leíamos en los tebeos que Paquito Manuel nos vendía.

Es cierto lo que están pensando, de ninguna manera se estancaron en ese momento nuestros vínculos con el hombre alto con gafas y calvo y su jefe con dos pelos. El momento cumbre llegó en la feria del libro de Barcelona, donde nos llevaron a firmar nuestro libro “Pascual, Mayordomo real”. ¿A que no saben al lado de quién nos sentaron, codo con codo, para firmar libros? Sí, eso, con el gran Francisco Ibáñez, que también firmaba. Eso es, para que se hagan una idea, como si ponen juntos a firmar sus discos a El Fary y Frank Sinatra. Ibáñez es una persona que no para de reírse, ve una mosca y se ríe, contempla una señal de tráfico y se ríe, porque le ve su gracia. Nos presentamos a él diciendo que éramos fans suyos de toda la vida y se rió. Nos volvimos a Málaga tan contentos.

Y para no romper nuestra antigua relación con Mortadelo y Filemón, actualmente nos ponemos en la cabeza una loción que facilita la caída del pelo. Es que nos queremos parecer a nuestro admirado Francisco Ibáñez.


ENLACES

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 [ © 2003 Idígoras y Pachi, texto dirigido al diario Sur, cuyos autores han querido luego ver publicado en Tebeosfera 030430 ]