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BRIAN AZZARELLO
Relacionado al principio con la industria del comic por estar casado con
Jill Thompson, Azzarello comenzó su carrera en Vertigo con la miniserie
de Jonny Double, con dibujos del maestro Eduardo Risso. La crítica
favorable le permitió a la dupla encarar un nuevo proyecto, 100 Bullets,
donde realmente comenzaría a lucirse el talento de Brian. Paralelamente,
pero siempre dentro de Vertigo, escribiría algunas historias cortas para
Gangland, la miniserie de El Diablo y se haría cargo de Hellblazer junto
a Richard Corben
(la primera vez en la historia de la serie sin ingleses en el equipo
creativo), a quien después remplazaría el rosarino Marcelo Frusín. En su
futuro se viene Banner, una saga protagonizada ppor el Increible Hulk,
nuevamente con Corben y Punisher tras
la partida de Garth Ennis.
Muy fuertemente vinculado con el género policial, Azzarello resalta la
crudeza en sus historias. Estamos ante uno de los guionistas más jodidos
del momento, que suele llevar a sus historias por lugares poco comunes
y tratar a personajes aparentemente predecibles de manera sorprendente.
(F.V.)
BRIAN MICHAEL BENDIS
Se inició en la editorial Caliber, como dibujante y guionista de oscuros
thrillers urbanos. Pronto llamó la atención de Jim Valentino, quien se
lo llevó a Image, y luego la de Todd McFarlane, quien lo contrató para
escribir Sam & Twitch y más tarde, Hellspawn. Como autor completo, sus
obras más conocidas son Jinx, a.k.a. Goldfish, Torso y Fortune and Glory.
Como guionista la rompe en Powers (junto a Michael Avon Oeming), en
distintos proyectos de Daredevil (donde escribió una muy buena saga para
la serie regular) y, por supuesto, en Ultimate Spider-Man y Ultimate
Marvel Team-Up. Entre sus proyectos se destaca la nueva serie regular de
Elektra, donde piensa quedarse apenas seis números.
Bendis se especializa en diálogos muy reales, en climas oscuros y en
largas sagas donde el crimen es el protagonista. Lo obsesionan los
canas, los detectives y los mafiosos y de a poco, se fue subiendo a la
Gran Miller: incorporar a los superhéroes a la temática hard boiled
urbana. No todo lo que toca Bendis es oro pero, a pesar de su escasa
trayectoria, ya tiene un par de joyas en su haber. (A.A.)
ED
BRUBAKER
Otro ex-autor integral, Brubaker empezó en la ignota Alternative
Press con su serie Detour y luego pasó por Fantagraphics, que le publicó
A Complete Lowlife, su principal trabajo “solista”. Su llegada al
mainstream se dio en Vertigo, con Scene of the Crime, y de ahí pronto
pasó a la poco exitosa serie regular Deadenders. Pero, ya en DC, fue el
elegido para tomar las riendas de Batman a principios de este año y
acaba de volver a Vertigo con la miniserie de los Deadboy Detectives.
Para más adelante, estará a cargo del relanzamiento de Catwoman.
Brubaker es un autor afilado y detallista, también amante de los climas
oscuros, de las situaciones cotidianas y de la tradición de la novela
negra americana (como dejó muy claro en el excelente Elseworlds titulado
Gotham Noir). Habrá que ver si en algún momento cambia la onda de
policial urbano, costumbrista y detectivesco por algún otro género...
pero si sigue cultivándolo con esta misma calidad, no me ofendo. (A.A.)
WARREN ELLIS
De origen inglés, Ellis desembarcó en Marvel en pleno período de
explosión de la bó–iga superheroica post-Image. Sus primeros aciertos
fueron Doom 2099, una saga en Thor y sus colaboraciones con Leo Manco en
Hellstorm y Druid, mientras que su paso por Excalibur fue más bien
olvidable. Pasó también por Ultraforce, DV8 y Vampirella y en el ’96
revolucionó por completo la hasta entonces insulsa StormWatch.Ellis
encontró su mejor nivel en el ‘97, con la serie que lo consagró:
Transmetropolitan, el actual best-seller de Vertigo, y luego pasó por
Wolverine y aportó conceptos a otras series mutantes. El ‘99 fue otro
gran año para Ellis, con un muy buen paso por Hellblazer y dos series de
su creación absolutamente fundamentales: The Authority (secuela de
StormWatch) y Planetary, en la cual sigue aún hoy. Además, tanto Image
como Avatar Press están recuperando varias de sus obras breves (Dark
Blue, Lazarus Churchyard, City of Silence, Strange Kiss, etc.) y la
primera es la encargada de ofrecernos nuevas miniseries de Ellis, en
géneros más cercanos a la ciencia-ficción que a los superhéroes.
Hoy por hoy, Ellis hace lo que se le da la gana, y está bien. Con leer
un par de sus obras, queda claro que al tipo le gusta jugar siempre al
límite, buscar la veta imprevista por donde zarparse y volarnos la
cabeza. Mala leche, descontrol y diversión garantizadas. (A.A.)
GARTH ENNIS
Cuando la revista inglesa llamada Crisis publicó una historia llamada
Troubled Souls, escrita por un joven irlandés de tan sólo 19 años, no
sabía en lo que se estaba metiendo. Ese tipo siguió escribiendo y
laburando ahí y en la revista 200 A.D., hasta que Karen Berger se lo
llevó a Vertigo a escribir Hellblazer. Y cuando John Constantine vivía
sus mejores aventuras y la serie de Demon en DC se ponía cada vez mas
interesante, este pibe va y crea su propio título: Preacher. Ennis pasa
a escribir el título más vendido de Vertigo. Poco después comienza la
ongoing de Hitman, viejo personaje secundario que inventó para Demon y
se larga a escribir miniseries para Vertigo (Enemy Ace, Unknown Soldier),
Top Cow (Darkness), Image (Medieval Spawn/Witchblade), Helix (Bloody
Mary), Caliber (Dicks) y su nombre aparece en todos lados en menos de
dos años.
Ennis es el primer guionista HOT de los últimos años. Su trabajo vende,
ya sea una brillante serie en Vertigo o un especial hecho con fritas
para Image. Es que el éxito de Preacher lo convirtió en el número uno.
Si podemos definirlo de alguna manera, Ennis es el rey del chamuyo. Sus
diálogos te meten en la historia, te asombra con sus puteadas y
asquerosidades (es el único guionista capaz de mostrar a alguien
cogiéndose a la cabeza de Kennedy por el agujero de la bala). Pero son
sus diálogos los que te distraen tanto, que aveces te olvidás de que la
historia tiene que avanzar. Ese es el problema, el único defecto que
tiene este irlandés fascinado con la historia, cultura, guerra,
costumbres y ciudades de los norteamericanos. (S.B.)
PAUL
JENKINS
Nacido en Londres, de chico quería ser americano. Creció leyendo
Superman y Batman. Quiso ser abogado, músico y actor. Pero mientras
estaba de gira con una banda por EEUU, consiguió un trabajo en Mirage
Studios y terminó escribiendo un número de las Teenage Mutant Ninja
Turtles. Trabajó de editor durante
años hasta que luego de la San Diego Comic con del ‘94, consiguio
transformarse en el guionista de Hellblazer. Su gran paso vendría de la
mano de Joe Quesada y sus Marvel Knoghts, con la miniserie de Inhumans
y, posteriormente, Sentry, ambas con dibujos de Jae Lee. A partir de ese
momento, Jenkins pasa a ser hot. Escribe Hulk y Peter Parker: Spiderman
y mete mano en algunos títulos de Top Cow.
Jenkins es uno de los mejores guionistas actuales, brillante narrador y
su principal arma es la caracterización. Se toma el trabajo de analizar
y comprender a los personajes que escribe y es el único que entendio que
escribir Peter Parker: Spiderman significaba escribir a Peter y no las
peleas del arácnido. Su primer número, con Peter Frente a la tumba del
Tío Ben (lugar trillado si los hay) es una de las mejores historias de
Spidey de los últimos 25 años. Como Rey Midas, todo lo que toca Jenkins
se hace oro, sean los Inhumans o el Universo Marvel en Sentry, o el
propio Hulk. Si hace lo mismo con The Darkness, temo que debamos
comprarla... (S.B.)
GEOFF JOHNS
Como secretario de Richard Donner, tuvo la tarea de rastrear fragmentos
perdidos de la película de Superman
para su edición en DVD y actualmente se encuentra laburando en la
producción de las películas de los Metal Men y del Spirit. Pero su
entrada en el mundo de los comics fue por la puerta grande en la
editorial DC y con un personaje de su creación, la nueva Star Spangled
Kid. Lamentablemente la serie sólo duró 14 números pero Geoff se hizo
cargo de la JSA tras la partida de James Robinson y de Flash despues de
Mark Waid. Además realizó la miniserie Day of Judgment y está por lanzar
la nueva serie de Hawkman.
Con un claro cariño por los personajes, Geoff Johns es un verdadero «continuity
cop» que se preocupa por que todo cierre de manera perfecta, retomando
plots de hace muchos años atrás, de esos que hacen las delicias de los
geeks más hechos crosta. (F.V.)
MARK
MILLAR
Escocés, nacido en un monasterio, Millar llega a esto de los comics por
obra y gracia de su amigo Grant Morrison a quien conoce mientras trata
de estudiar periodismo. Luego de varios trabajos en 2000 A.D. entra a DC
para escribir Swamp Thing hasta su cancelación. Mientras
tanto, labura con Morrison en Marvel en Skrull Kill Crew y durante los
años siguientes ambos realizan trabajos en DC, como Aztek, Flash, y
otras cosas como Vampirella. Luego escribiría en solitario Paradise Lost,
miniserie de la JLA y toma las riendas de Superman Adventures. Se toma
un tiempo haciendo unitarios y especiales, hasta que desembarca en The
Authority (y la miniserie de Jenny Sparks) cuando la deja Warren Ellis.
Pero el golazo le llega con Ultimate X-Men donde tiene la oportunidad de
reinterpretar desde cero la historia de los famosos mutantes. Así es
como este hombre que quiso ser psiquiatra, periodista y hasta cura
(estudió en el seminario hasta que descubrió el sexo) pudo cumplir su
sueño de escribir comics, aunque siga robando con Vampirella.
Si bien a simple vista, Millar parece un guionista adulto, de la escuela
de Moore (que de hecho lo es), pero también es un cebado de los
superhéroes. Sus historias combinan el horror y el humor. Swamp Thing,
por ejemplo, lleva a los lectores a lugares horribles, les da un
descanso y vuelve a algo más siniestro aún (con toques de Borges y
todo). En los títulos de superhéroes sigue usando esa mala leche (sobre
todo en Authority) y maneja brillantemente a los personajes. Millar es
tan sólo un cebado que escribe muy, muy bien. (S.B.)
GREG
RUCKA
A
pesar de su corta edad, Rucka llegó al comic por la puerta grande,
apoyado en el éxito de sus novelas policiales (Finder y Keeper). Lo
descubrió Bob Schreck, con lo cual su primer trabajo, Whiteout, fue en
Oni Press, y cuando Schreck pasó a DC, Rucka lo siguió para convertirse
en autor de varios episodios centrales de Batman: No Man’s Land y luego
en el guionista titular de Detective Comics. En el medio la pegó con la
miniserie de Batman/ Huntress (en la que se luce The Question) y con
Meltdown, la segunda saga de Whiteout, de nuevo en Oni y con la
carismática Carrie Stetko como protagonista. La misma editorial lanzó
recientemente la serie de espías Queen & Country (cuya protagonista fue
presentada en Whiteout) y ahora Rucka prueba suerte también en Marvel,
con una saguita para Tangled Webs (dibujada por Risso) y los seis
números de Elektra posteriores al arco argumental con el que Bendis
inaugura la serie. Para más adelante... una novela gráfica de Wonder
Woman y... más Question!
Como Bendis y Brubaker, Rucka viene del policial y es un maestro del
realismo, los diálogos convincentes y los personajes más humanos que te
puedas imaginar. Si te gustan los misterios, los crímenes y los climas
densos, seguilo de cerca. (A.A.)
KEVIN SMITH
Cuando comenzó su carrera en el cine, Smith se dio cuenta de que la
única manera de que alguien filmara sus guiones es que los hiciera él
mismo. Así vendió su colección de comics y filmó Clerks, su primera
película. Después vendrían Mallrats, Chasing Amy y Dogma. Mientras
tanto, con ayuda de su amigo Matt Wagner publicaba su primera historieta
en el n¡1 de Oni Double Feature. Después vendrían el unitario de Clerks,
el especial de Navidad, la miniserie de Jay y Silent Bob, la adaptación
al comic de la escena de Clerks que nunca se pudo filmar y otro número
de Oni Double Feature pero esta vez junto a Mike Allred, todo esto
dentro de Oni Press. Además escribió una saga fabulosa de Daredevil y
actualmente se encuentra haciendo Green Arrow junto a Phil Hester.
Proyectos para el futuro hay varios, entre ellos el estreno de su nueva
película Jay & Silent Bob Strikes Back y ya en el campo del comic,
afirma que le gustaría hacer algo con el Doctor Strange.
Humor grosero, diálogos brillantes y una gran caracterización de
personajes definen el estilo de este guionista que tiene mucho para dar.
(F.V.)
J.M.
STRACZYNSKI
Otro llegado al comic con un gran éxito en otro medio. El maestro
“Stratosky” es nada menos que el creador de Babylon 5, la compleja y
cautivante serie de ciencia-ficción que le voló el (Capitán) quincho a
muchos adictos a Star Trek. “Stratosky” inició su cruzada comiquera en
Top Cow, con la también compleja y cautivante Rising Stars, y
recientemente sumó otras dos joyas a su corona: Midnigt Nation (una de
las dos o tres mejores series del mercado actual y, sin duda, lo más
grosso que publicó Image en su vida) y Amazing Spider-Man, donde junto a
John Romita Jr. demuestra todos los meses que hay vida después del clon
(e incluso después de Howard Mackie). En materia de proyectos futuros,
Straczynski fue elegido para lanzar el nuevo comic de G.I.Joe, esta vez
en Image.
Sofisticado y contundente a la vez, Straczynski se especializa en sagas
largas y complejas, abiertas a más de una interpretación y pobladas de
personajes de enorme humanidad, que se trenzan en relaciones tan ricas y
profundas como las de la vida real. Los comics de “Stratosky” te
estimulan tanto el intelecto como la emoción y eso los hace geniales. (A.A.)
JUDD
WINNICK
Conocido publicamente por ser uno de los protagonistas de la segunda
temporada de la serie de television MTV: The Real World, Judd comenzó su
carrera en Oni como artista integral con la primer miniserie de Barry
Ween: Boy Genius y la novela gráfica Pedro and Me, en la que cuenta su
relación (de amigos) con Pedro, el homosexual de Real World y cómo lo
afectó su muerte.
En la actualidad se encuentra escribiendo Green Lantern, la tercera
miniserie de Barry Ween y Exiles, la continuación de Blink, para Marvel.
Buena caracterización de personajes, mala leche, groserías y personajes
secundarios homosexuales marcan el estilo de este promisorio guionista.
(F.V.)
MIRANDO LAS ESTRELLAS
por Neil Gaiman
En el principio, y muy frecuentemente desde aquel entonces, el comic
fue percibido como un medio orientado al dibujo. Pero cuando los
guionistas tienen la influencia suficiente, pueden cambiar muchísimo el
estado de cosas y convertirse en grandes estrellas. El primero fue, por
supuesto, Stan Lee. Stan creó un nuevo vocabulario para los comics. Si
uno vuelve ahora a leer el material de Stan, los diálogos parecen
comunes y en general los argumentos más interesantes eran los que creaba
en conjunto con Jack Kirby, o con Ditko. Pero Stan se convirtió en la
cara de la Marvel y, por ende, en la primera super-estrella. Recuerdo
cuando era chico, leer en el diario “Stan Lee viene a Inglaterra”. Daba
una charla y 2000 personas iban a escucharlo... y esas cosas. En
retrospectiva, resultó que Stan Lee era igual de importante para el
comic que Jack Kirby, pero uno notaba las diferencias entre Jack Kirby
sólo (con ideas increíbles y la total incapacidad de escribir diálogos
que pudieran ser dichos por persona real alguna en época alguna de la
historia de la Humanidad) y Stan con Jack.
Alan Moore y Frank
Miller surgieron más o menos en el mismo momento. Cuando Frank escribió
Daredevil: Born Again pasó de ser el dibujante/ guionista estrella a ser
además una estrella del guión. La gente compraba los comics porque los
escribía Frank y aunque trabajaba con David Mazzucchelli... la gente no
se desesperaba porque dibujaba Mazzucchelli, sino porque escribía Frank.
Y pronto justificó este status, porque su trabajo como escritor fue
magnífico.
Los dibujantes estrella son tan viejos como el comic y van a existir
mientras exista el comic. Mientras haya autores interesantes, con algo
nuevo para decir. El guionista estrella tiende a ser menos frecuente y
sospecho que, si existe esta nueva tendencia de los guionistas estrella,
probablemente se queme rápido, como se quemó aquella extra–a movida de
los años ‘92 al ‘94, cuando de pronto, una legión de dibujantes
(incluyendo a algunos realmente malos) se convirtieron en estrellas,
sólo porque existía un estado masivo de obsesión, donde todo el mundo se
preguntaba “¿Quién será la próxima gran estrella? Dale Keown, o el que
venga”. Y aparecieron estos muchachos que eran dibujantes de superhéroes
competentes de nivel promedio y, en algunos casos, dibujantes de
superhéroes competentes por debajo del nivel promedio. No hablo de Rob
Liefeld, hablo de esos chicos que fueron famosos media hora y de los
cuales nunca se volvió a hablar. Esos chicos que trabajaban para el
estudio de Rob Liefeld y tuvieron su media hora de fama, cuando alguien
dijo “El es el próximo furor!”. Y si ahora hiciéramos una lista de los
autores más famosos... nadie los incluiría. Tuvimos muchísimos
“dibujantes estrella” que hoy nadie recuerda y que no figuran más que en
las guías de precios.
Creo que si nos
ponemos obsesivamente a buscar nuevas estrellas entre los guionistas de
hoy, vamos a terminar con un montón de escritores que, sin ser ni Alan
Moore ni Frank Miller ni Grant Morrison, son autores competentes... a
los que nadie recordará dentro de unos años. Es probable que entre ellos
haya alguno que evolucione hasta ser el próximo Alan Moore, o Frank
Miller. Pero sería raro.
Prefiero no dar
nombres, me parecería injusto. Pero entre los guionistas en los que se
centra este informe, veo a varios que tal vez lleguen a ser grandes y a
algunos que hoy por hoy son muy buenos, pero que temo que pronto se
pueden agotar. El problema es que, para vivir de escribir comics, hay
que escribir muchísimos comics, a menos que estés loco. La opción loca
es decir “Voy a escribir un sólo comic por mes, que me lleva todo un mes
de trabajo, y se va a seguir reeditando para siempre y voy a ganar
100.000 dólares por año de derechos de autor, para siempre”. Pero somos
pocos los que creemos sensata la política de escribir un sólo comic por
mes y vivir con los u$ 2000 que pagan por un guión. Lo que hice yo, es
lo que para casi todos es una locura.
Lo razonable
parecería ser escribir cuatro o cinco guiones por mes. Se puede incluso
escribir un guión por día, pero difícilmente salga algo muy bueno de
entre todo eso. Y muchos de estos muchachos se van a agotar muy rápido.
Un día se van a encontrar sin nada más para decir, sin siquiera haber
tenido la oportunidad de hacer obras de calidad, lo cual me parece el
principal problema. Si lograran quedarse en un mismo lugar y trabajar en
una misma idea durante un tiempo, sus posibilidades de crear obras de
calidad mejorarían notablemente.»
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