«CONSIDERADO UNO
DE LOS MAXIMOS EXPONENTES DEL NOVENO ARTE EN EUROPA Y LOS EEUU, JOSE
MUÑOZ VISITO BUENOS AIRES PARA PRESENTAR UNA MUESTRA EN EL CENTRO
CULTURAL RECOLETA. EL CREADOR DE ALACK SINNER RECORRE CON NOSOTROS SU
TRAYECTORIA, ANALIZA A FONDO SU ESTILO DE DIBUJO Y NOS ANTICIPA LOS
PROYECTOS DE SU NUEVA ETAPA, CON Y SIN CARLOS SAMPAYO.
. Cuéntenos un poquito sus comienzos, cuándo y dónde nació...
JM: Bueno, yo nací en Buenos Aires el 10 de junio del 42... Origen:
clase media comercial, buen pasar hasta mis 10 años, cuando se cayó la
empresa familiar. Se vino a pique y yo me puse a trabajar de ayudante
del ayudante de un obrero metalúrgico. Entre los 10 y los 14 años entré
a la Escuela Panamericana de Arte, donde aprendí con Alberto Breccia,
con David Borisoff... No aprendí personalmente con Hugo Pratt pero toda
mi infancia está teñida de Hugo Pratt, de Alberto Breccia, de Solano
López... con el cual empecé a trabajar a los 14 años como ayudante,
haciendo El Eternauta.
. Y empezó a publicar en los últimos años de Editorial Frontera...
JM: Claro, pero de ahí la mayor parte de la gente se iba a hacer
historias mucho menos interesantes pero mucho mejor pagadas para los
ingleses; y ahí entramos la generación de Sosa, Durañona, yo, todos
ex-alumnos de Breccia... Yo era el más prattiano-brecciano, la sub-línea,
la sub-tribu prattiana-brecciana, como en un barrio intermedio. Y como
ayudante de Solano, desde los 15 hasta los 17, 18, trabajé directamente
con los guiones de Oesterheld, poco tiempo antes de que Hora Cero fuera
comprada por Editorial Ramírez... Y en el interín que estudiaba
clandestinamente historieta con Breccia, estudiaba dibujo y pintura con
Humberto Serantonio, un gran artista argentino de origen italiano que
vivía en la Paternal a quien yo le ocultaba -porque sabía que había que
ocultárselo- mi militancia historietística. Así que entre las artes
plásticas y la historieta yo debuté en la clandestinidad.
. Luego de varios años de carrera en la Argentina, a principios de los
`70 se va a vivir a Europa...
JM: Si, entre el `62 y el `63 volví a trabajar con Solano y después
trabajé en Misterix, donde hacía Yago e ilustré unos buenísimos -bueno,
buenísimos para mí, hay que ver ahora, pero a mí me gustaban mucho-
guiones de Zapietro, que hacía Precinto 56... Después en Top ilustré
solamente una historia de Mirco Repetto pero yo ya estaba trabajando con
Solano. Yo me retiré de publicar personalmente en Argentina, pero
trabajé durante un par de años bajo el nombre de Horacio Porreca para
Columba, porque Columba no me daba trabajo directamente y a través de
Porreca sí. En el '66-67 volvió Solano de Europa y me contrató
nuevamente y trabajé otros cinco años como ayudante suyo para los
ingleses, con un gran equipo que hizo Solano. Entónces desde hacía cinco
años, ya en el '67 oficialmente me había ido como publicador y en el '72
me fui realmente a ver qué pasaba allá.
. Artísticamente ¿cómo y por qué se produce el cambio de esa línea a lo
Pratt del primer Alack Sinner al Alack Sinner de hoy, donde parece que
trabajara en hoja negra y pintara con blanco, con una línea
absolutamente...
JM: He vuelto... En los últimos Alack Sinner ha vuelto el blanco, pero
hay toda una etapa oscura...
. La época que acá vimos en Fierro sobre todo.
JM: Por ejemplo. Nicaragua...
. Nicaragua es de las más negras.
JM: Más negra puede llegar a ser Recordando... Después hay una cosa
negra, negra en el sentido de la última escena de En el Bar, donde hay
un delirio negro, de clientes con su universo en un diferente estado de
exitación, enloquecido. Yo puedo decir que durante mis cinco años de la
última etapa con Solano me adecué al estilo de Solano. Yo tenía que
trabajar dentro de sus coordenadas; era el estilo que yo conocía porque
ya había estado como ayudante suyo; yo estaba en el pincel, pero no hay
quien maneje el pincel de Solano como Solano. Cuando Solano hace una
mancha inconclusa, como en El Eternauta, una cosa sucia, tres arruguitas
en vez de una... si yo hago tres arruguitas como Solano, están muertas,
se parecen, pero el usaba el pincel seco. Cuando trabajaba en El
Eternauta con el pincel seco y lo dejaba resbalar sin tinta daba unas
texturas, unas calidades, con una sensibilidad que yo no la comprendía
estéticamente, pero lo que sí me impresionaba de Solano ya en aquella
época, era la capacidad que él tenía de hacer personajes vivos que
miraran al lector. Era impresionante. Todas las historias que hizo con
Oesterheld, El Cuaderno Rojo, las historias de guerra que había hecho...
y El Eternauta es una obra mayor...Entónces, cuando yo me voy de allí,
llego en el `72 a Londres, luego de una serie de búsquedas en el resto
de Europa. Y en Londres tomo trabajo con la misma casa para la cual
trabajaba con Solano, me pedían un poco el estilo solanesco. Yo dale con
el pincel, lo hice un poco más de acuerdo a mi línea, que es una línea
entera, no rota, línea que continuaba, tipo pluma y la mancha negra
estilo Pratt, tipo Caniff, tipo Noel Sickles, tipo Toth. Ellos querían
Solano, así que ahí hubo una especie de lucha unos dos años y después
dejé de trabajar allí... Entonces, cuando nos conocimos con Sampayo
vimos la posibilidad de trabajar juntos y además necesitábamos hacer una
cosa que nos interesase, una necesidad casi dolorosa de hacer algo que
nos interesase, que pudiésemos respetar como historia. Entonces yo
cambié todo, volví a la pluma y a la mancha negra, porque quería estar
lejos de los recursos que aprendí con Solano, porque si no lo repetía
inconcientemente. Ahí apareció esta línea, como vos decís, prattiana,
que yo considero hija directa a través de Precinto 56, que se había
paralizado 10 años antes. Y una vez que empecé a entrar en confianza y
que el material que nosotros empezamos a elaborar con Sampayo, material
psicológico, material narrativo, o sea, la forma de narrar, fue
transformando el estilo del dibujo porque todo se fue influenciando;
cuando salimos de la cosa chata del género detectivesco de Alack Sinner
con el cigarrillito... digamos, en Viet-Blues, hay un salto, hay más
experimentación. Porque hicimos El Caso Webster, El Caso Fillmore, El
Cuya Bondad Es Infinita y después Viet-Blues. Me parece que vienen
así... Con El Cuya Bondad Es Infinita nos la agarramos con la hipocresía
de los religiosos... Y en Viet-Blues pasamos al jazz, a la cosa
nocturna, a lo que nos gustaba...
. A los capítulos de Chispas, que son espectaculares.
JM: En Chispas empieza a aparecer el negro y por la suerte que hemos
tenido, por la aceptación del público, yo fui modelando, yo fui
cambiando mi estilo. Considero que los primeros Alack Sinner están un
poquito chatos... Después fue cambiando por experiencias que nos fueron
sucediendo. El personaje de Chispas, Sophie, era un amiga nuestra de la
cuidad de Breccia, al norte de Italia, donde vivíamos. Su cabeza, sobre
todo, que nos impresionó, también su vida; pusimos parte de lo que vimos
en ella y construímos un personaje. Entonces nos fuimos acercando a la
realidad. Aunque te digo que veo algunas cosas de los primeros Alack
Sinner y no me avergÅenzo para nada.
DA: No, a mí me gusta más el primer Alack Sinner que el manchado.
JM: Viste, hay dos formas de ligarse con nuestro trabajo; eso es -como
alguno diría- más historietístico.
DA: Si, el primero es más historietístico y el último es más artístico,
más plástico.
JM: El asunto es que yo a veces me muevo con dificultad entre esas
palabras y con toda la tierra de nadie que hay entre una palabra y otra,
porque siempre terminás resbalando. A veces pasás por arrogante, otras
veces pasás por excesivamente humilde, que no entiende la importancia de
lo que hace y te hacés un nudo de equívocos. Yo he tratado, nada
concientemente, día por día, de poder contemplar con interés lo que
estaba haciendo. Y ahí se fue transformando. Después hemos tenido picos
patológicos dentro de nuestros trabajos, no? Las situaciones en el
extranjero, tantas cosas de la locura urbana despiadada; hemos viajado
por muchos lados y hemos visto las ciudaes de Occidente y la gente
perdida por la calle...
Yo empecé a mirar en Europa a los expresionistas alemanes, vi grabadores
e incisores alemanes; algunas cosas había entrevisto aquí, cuando estaba
con Serantonio y también en casa de Breccia. Vi muchos impresionistas,
el cine ciudadano despiadado del blanco y negro de las palículas clase
B, la literatura policial negra... este es material cultural que fue
transformando... con la libertad de cometer errores.
. ¿Cómo es su relación con Sampayo?
JM: Somos amigos, hemos sido siempre amigos que trabajan juntos. Y el
trabajo ha sido una herramienta de la amistad, el trabajo para reforzar
la amistad. tenemos muchas diferencias como una persona y otra, pero nos
queremos mucho, realmente.
. ¿Viven en la misma ciudad?
JM: No, esta es una cosa que dificulta...
. ¿Y no pensó en mudarse para vivir en la misma ciudad?
JM: Yo lo estaba pensando... Porque sampayo se volvió a mudar. Estábamos
en Milán, pero se volvió a Barcelona en 1980. En ese momento había
llegado mi hija a Milán, tenía mi novia en Milán... para mí era una cosa
terrible tener que irme a otro lado. Iba muy seguido a visitarlo, pero
después la cosa no se dió porque... Hemos trabajado estos últimos quince
años yendo y viniendo y por cartas y teléfono, que nunca dejaba de ser
molesto. Y según pasan los años es cada vez más difícil porque las
experiencias se alejan cada vez más... yo por ejemplo, tengo un metejón
con Milán. Ultimamente he trabajado mucho con imágenes de esa ciudad, he
hecho una historia con un amigo mío milanés y son cosas que pertenecen a
mi circunstancia. Yo Barcelona no curto. Llego, Carlos me cuenta, tengo
una serie de amigos argentinos allá, pero estoy quince días y no puedo
vivir ese lugar como mío, así que todo lentamente se va alejando.
. ¿Se le ocurrió trabajar con otros guionistas o escribir sus propios
guiones?
JM: Nunca tuve la imperiosa necesidad interna de hacerlo, porque veo que
Sampayo escribe mejor Yo que yo mismo. Hasta ahora ha sido así. Y luego,
cuando aparcen temas, obsesiones que difieren, allí empieza un pooco la
inquietud. Porque decís, por ahí no tengo ganas de hablar de lo que vos
me proponés o viceversa. Pero en estos 15, 20 años que hemos trabajado
juntos, casi nunca han habido dificultades temáticas ni de... Lentamente
empiezan a crecer estas cosas. En estos últimos años hay como una cierta
diferenciación en los deseos. Por eso en estos últimos años he hecho una
serie de trabajos, he hechos muchos trabajos solo en historietas, para
Amnesty International de Francia, he hecho 15 páginas a color sobre una
historia milanesa con un amigo mío, he trabajado bastante para diarios
satíricos y políticos italianos, haciendo comentarios sobre la realidad
italiana... La Unitá, El Manifesto, Cuore, a veces con mi socio, mi
amigo milanés Fernetti, a veces solo. Y he pintado mucho...
. Una obra suya bastante reciente y muy rara es la que hizo para el
Quinto Centenario...
JM: Si, rara.
. Doblemente rara. Por un lado no es guión de Sampayo y por el otro está
hecha a color.
JM: Exacto.
AA: A mí me llamó mucho la atención porque no había visto nunca trabajos
suyos a color. Cuando vi eso me pareció rarísimo. Excelente, pero muy
raro, nada que ver con los otros trabajos.
JM: Yo siempre tiendo a olvidarme de este trabajo y entiendo por qué.
Con la gente de Sevilla se trabajó en razón de que recurrieron a mí, ya
bastante tarde, diciéndome que habían tratado de incorporar a ese
proyecto un trabajo hecho por Sampayo y por mí, pero que les había
parecido quizás un riesgo mayor del que ellos podían asumir en un
contexto, con dinero del Estado y una serie de cosas. Esto fue la cosa
verbal y en ese momento Sampayo no podía, porque tenía toda una serie de
compromisos que lo estaban ocupando. Entonces yo, que tenía un espacio
libre y veía en mi blanco y negro de veinte años, una cierta... me veía
en cierta manera cansado... No creo que de la temática o del personaje,
ni de Alack, sino de la parte estética. Veía que si a veces me distraía
me salían fórmulas, como si careciera de obstáculos que me encendieran.
Como si de pronto, con mil límites y todo lo que quieras... pero hay que
ser sabio para reconocer los límites que uno tiene, o al menos fingir
serlo. Pero yo encontraba pocas dificultades. Entonces meterme en el
color, de una u otra manera lo estaba buscando y apareció esta oferta
de... Yo le digo a Carlitos que voy a hacer esto y Zácate!
El guión es muy interesante. La vida de Malaespina es aleccionadora, es
una historia terrible. No la vamos a contar acá. El guión tiene el
problema que con Andreu nos somos simpáticos, nos hemos encontrado un
par de veces por allí, en festivales y cosas, pero no hubo ninguna
posibilidad de trabajar de formas cercanas a las que trabajamos Carlos y
yo. Eso un poco me molestó, no en sentido personal con Andreu, sino que
era una cosa un poco más así, de meter en el horno y cocinarla. Cuando
yo me explayé allí con el color, empecé con el dibujo coloreado, empecé
con las líneas negras que tenían todo, empecé con un miedo... para que
el dibujo me sostuviera el color y después me fui soltando lentamente
hacia el color y en el interín empezaron a nacer las pinturas que
después hice en los años siguientes. Yo hacía un par de páginas y me
encontraba de pronto como exacerbado con el color, agarraba un papel
grande así y me ponía a tirar baldazos de color; hacía un bailarín de
tango, después volvía a Malaespina y así me fui manejando lentamente y
me fui soltando un poco. Lo usé como experimentación. Estaba
razonablemente pago y te repito que la historia me pareció
interesantísima...
. Bueno, como sabrá, Comiqueando es una revista cuyo público lee mucho
comic de superhéroes y conocen más a Keith Giffen que a usted. ¿Qué
opina de este caso?
JM: Bueno... Que yo copio a Keith Giffen. (Risas)
AA: yo le hice un reportaje a Giffen en San Diego, en el año `91, que se
publicó en la Comic Magazine. ¿Quiere leerlo?
JM: El Dios del Comic! No es cierto! No es posible. El armó un balurdo
del cual está tratando de salir. La verdad que lo lamento mucho por él,
pero mi enojo ya me pasó. De pronto, el juicio que yo le iba a hacer, no
a él porque él no era el responsable intelectual, sino a la edicitorial
para la cual él trabajaba, iba a llevar un año, iba a tener que meter
miles de dólares sobre la mesa para un eficiente abogado neoyorquino,
que iba a ganar el pleito con seguridad, pero iba a tener que dedicarle
un año o dos de mi vida a masticar energías negativas a ir y volver...
. Hablando de gringos, Dave Mc Kean suele citarlo a usted no sólo como
influencia artística sino como amigo personal. ¿Es cierto eso?
JM: Si,si, nos somos muy simpáticos. Nos hemos visto pocas veces pero
intercambiamos tarjetitas y cuando nos vemos es con mucho placer. Es un
tipo al que yo estimo mucho.
. ¿Cuáles son los dibujantes y guionistas que a usted le gustan cuando
se sienta a leer historietas, si es que se sienta?
JM: Cuando me llegan miro y leo Tardi, me gusta su universo francés,
paso por Bilal, miro y a veces leo Moebius, leo y miro Spiegelman, de la
movida norteamericana lo que hace Crumb, lo que hace Kim Deitch, un tipo
que me gusta muchísimo que ha hecho El Boulevard de los Sueños
Destrozados; con Spiegelman somos amigos personales... A toda esta gente
yo la sigo con gran interés... Y me ocupo mucho de ver lo que hacen las
islas de gente joven por los diferentes lados por los que paso. Hay un
francés que se llama Golo que ha publicado en A Suivre hace un par de
años. Después miro Loustal, miro Jerome Charyn, que es un tipo que me
gusta como escribe.
. ¿Se animaría a hacer algo que no sea de autor sino más bien de género?
JM: Si lo puedo evitar lo evito.
. ¿Y qué opina de la producción masiva de géneros como el comic japonés,
o el de los superhéroes...?
JM: Hay muchas cosas que no me gustan nada. Inclusive me parece
desagradable, como... No hablo de la parte estética, hablo de la parte
temática... Pero también hay una joya extraordinaria dentro del comic
japonés, una historia que ha publicado la RAW hace 2 o 3 números atras,
hecho hace 5, 6 años o más, la historia de la primera menstruación de
una muchachita. Una historieta muda, con los ruiditos del bosque, un
trabajo extraordinario que me gustó muchísimo. Una de las cosas más
lindas que vi. Porque tiene un trabajo, una delicadeza, el dónde se para
el ojo para contar lo que está sucediendo, las gotitas, una belleza... Y
luego están las cosas desvitalizadas que ocupan mucho espacio en el
mercado; yo entiendo las necesidaddes industriales, pero... no soy
admirador del material devitalizado.
. ¿Cómo es su situación actual? ¿Para dónde está trabajando? ¿Qué
proyectos tiene?
JM: Estoy viendo posibilidades de colaboración en historieta, después de
este año y medio pictórico y que he trabajado para diarios y he vendido
pinturas y páginas originales de historietas, he vivido bastante de eso;
ahora hay una serie de posibilidades, estamos conversando, puede que
haya contactos con Estados Unidos. Hay que ver si llegamos a un acuerdo,
pero estoy volviendo a entrar al mundo del blanco y negro, y en
historieta, porque tengo muchas ganas. Aparte de ser un profesional que
tiene un universo que puedo poner en alquiler; son cosas que si llego a
un acuerdo con un personaje, un texto de un escritor con el cual pueda
intercambiar estímulos, etc., es un trabajo que me gustaría hacer. Así
que hay charlas. Y últimamente de nuestro trabajo con Sampayo tenemos
ediciones de álbumes en Alemania, en lo kioscos italianos salen desde
hace unos años los compendios de Alack Sinner... He hecho poquísimo
material nuevo este último año y medio, estuve alejado de la historieta.
. ¿Y alguna cosa en carpeta para trabajar con Sampayo de acá en
adelante? ¿Una idea que ande dando vueltas?
JM: De esto no hemos hablado con Carlitos, vamos a ver qué pasa en
nuestro próximo encuentro... Después de lo que ha pasado a Carlos que ha
sido un cimbronazo terrible, él está terminando su segunda novela, y
está concentrando sus energías en la palabra escrita. No tenemos
necesariamente una urgencia temática mutua de ponernos a trabajar. Yo no
lo sé. Por ahí continuaremos Sinner.
. ¿Está en el freezer Sinner?
JM: Claro. Si vos has tenido la oportunidad de recorrer Sinner del
principio hasta el final, es más o menos un camino que ha hecho y la
última historia donde se reencuentra con Sophie puede continuar o no, no
lo sé. Tengo 52 años, digamos que son unos cuantos ya, una respetable
carrera "de bailarín y cantor, una orquesta típica, he pasado por muchos
escenarios y qué se yo" y tengo ganar de seguir trabajando en esto. Con
la ayuda de todas las cosas que me han sucedido, la colaboración de
Sampayo y todo, he construído una especie de universo fantástico, más en
el mundo del blanco y negro, porque aquí en color no me conocen
demasiado, que vienen y me ofrecen meter historietas de universo y yo
estoy muy contento.
LO QUE DIJO GIFFEN
AA: Siendo argentino, no puedo dejar de preguntarte por qué tomaste
tanto de José Muñoz...
KG: La primera vez que vi los dibujos de Muñoz, no sabía quién era.
Creía que era Sampayo, poorque en EEUU, por lo general va primero el
nombre del guionista. Estudié sus trabajos intensivamente y eso se
empezó a ver en el papel. Pero nunca dibujé con algo de él sobre el
tablero, nunca lo copié. Su estilo se ve mucho en mis trabajos porque
estudié muchísimo sus páginas. Creo que es el artista más importante
trabajando hoy en día en el campo de la historieta.
AA: El se enojó muchísimo cuando vio tus "homenajes".
KG: Si, ya sé. Yo nunca, jamás oculté el hecho de que sigo los trabajos
de Muñoz y que analizo a fondo su estilo. Creo que es muy importante y
amo su obra y la estudio. Lamento que eso haya sucedido así. Me hubiera
gustado que eso no pasara, pero no lo puedo cambiar. De todos modos, eso
no cambia mi actitud hacia él. Sigo convencido de que es el mejor.
AA: Y siguiendo tu tradición de cambiar de estilos, ahora estás haciendo
algo distinto, que no es Muñoz...
KG: Si, pero no podría estar haciendo esto que hago si no hubiera
descubierto a José Muñoz. Yo sigo con los ojos abiertos, mirando qué
están haciendo los demás y veo que la escuela argentina sigue metiendo
más talento en el mercado que ninguna otra. Pero para Muñoz no tengo
palabras. Es como el Dios del Comic. Entiendo que esté enojado. Yo jugué
sobre la raya, me acerqué demasiado a su estilo. Pero decir que yo me
senté a copiarle dibujos a Muñoz es absolutamente falso.»
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