«REPORTAJES:
GRANT MORRISON
POR SEGUNDA VEZ
EN CINCO AÑOS TUVE EL ENORME PLACER DE SENTARME A CHARLAR CON ESTE
EXTRAÑO PERSONAJE DEL MUNDO DEL COMIC. NACIDO EN ESCOCIA HACE 36 AÑOS,
GRANT MORRISON ESCONDE DETRAS DE SU APARIENCIA RETRAIDA Y TACITURNA UN
VERDADERO HURACAN DE IDEAS QUE LO MANTIENEN SIEMPRE EN LA CIMA DE LA
INDUSTRIA. GENIAL INNOVADOR PARA UNOS, LOCO RETORCIDO PARA OTROS, ESTE
ES EL HOMBRE QUE RIGE LOS DESTINOS DE LA NUEVA Y MULTIESTELAR LIGA DE LA
JUSTICIA.
AA: ¿Cómo empezaste
a escribir comics?
GM: Yo todavía
estaba en la escuela y paraba con una banda de hippies en Edinburgh, que
es una ciudad grande cerca de Glasgow, en Escocia. Y estos pibes armaban
una revista subte y me dijeron que me podían pagar 10 libras (alrededor
de 15 dólares) por página, por guión y dibujo. Yo tenía 16 años y 10
libras por página me parecía fantástico, así que me puse a trabajar con
ellos. Después le vendí algunas historias de ciencia-ficción a la
editorial Thompson y a otros editores de Escocia y de ahí pasé a 2000
A.D., donde hice algo de Judge Dredd y la serie de Zenith, una especie
de superhéroe pop. Y en el '87 me contactó DC y empecé a trabajar para
ellos.
AA: ¿Tu primer
trabajo en DC fue Animal Man?
GM: Si.
AA: Eso fue grosso.
¿Cómo lograste que te dejaran explorar el concepto de un personaje de
comics que descubre que es un personaje de comics? Eso era muy loco, muy
distinto a todo lo anterior. ¿Cómo fue que te dieron el okey para
hacerlo?
GM: Y, fue parte de
toda una época experimental. DC venía del éxito de Watchmen y quería
experimentar un poco más, por eso buscaban material que no se pareciera
a lo que se había hecho antes. Y bueno, mi historia les pareció buena y
me la dejaron hacer. Además Animal Man era un personaje que no le
importaba a nadie, obviamente no podría haber hecho eso con Superman o
con Batman. Animal Man era un personaje muy menor, por eso se podían
hacer esas cosas. Y bueno, lo que salió se basó un poco en las
influencias de viejos comics de la DC, de la época de Julius Schwartz en
Flash, combinadas con algo que a mí me gusta mucho, que es el realismo
mágico latinoamericano.
AA: A vos te gusta
mucho Borges, no?
GM: Muchísimo. Y esa
fue la onda que le quise dar a la historia. Tratar el tema del personaje
que toma conciencia de lo que es, que desafía las categorías del medio
en el que está metido. No es fácil hacer esto en historieta. Creo que
funcionó porque ya se había hecho en los '60, con Flash y demás.
AA: Y con el éxito
de Animal Man, te dieron la Doom Patrol, un grupo al que re-creaste
totalmente...
GM: Lo que me
propuse hacer fue volver a las raíces de los personajes, al concepto
básico con el que fueron creados. La Doom Patrol tenía el slogan de "Los
Héroes Más Extraños del Mundo", pero para fines de los '80, esto ya no
era cierto; la Doom Patrol era una especie de copia trucha de los X-Men.
Y yo volví al concepto inicial. Dije "Si estos son los héroes más
extraños del mundo, veamos qué tan extraños los puedo hacer". Pero tomé
lo extraño en un sentido moderno, no podía hacer de nuevo la onda que
tenía la revista en los '60, por mucho que me haya influenciado todo ese
material. Y así metí otras influencias, como el surrealismo y todas esas
cosas. Y había gente que no la entendía, pero era un comic de
superhéroes muy lineal. En todos los números se juntaban, combatían a
una amenaza contra el Universo o contra la Realidad y al final ganaban.
Era simple, era tipo la época de (Jack) Kirby en Fantastic Four. Creo
que en los '60 se dio el pico máximo de imaginación en los comics.
Después se perdió mucho de esa fuerza, de esa imaginación. Las historias
viejas de Superman, por ejemplo, eran sumamente creativas. En un número
se convertía en un cavernario, en el siguiente en un gordo gigantesco
que flotaba sobre Metropolis y nadie se quejaba en lo más mínimo. Pero
cuando yo hacía la Doom Patrol, había gente que saltaba, porque no
estaba acostumbrada a ver nada que no fuera tipos pegándose. Lo lamento
por ellos.
AA: Tanto en Animal
Man como en Doom Patrol vos venías avisando con anticipación que en tal
número dejabas la serie. Supongo que DC prefería que te quedaras, no?
GM: Si, ellos
querían que yo siguiera. Pero mi forma de trabajo no es esa. Yo cuando
arranco con un proyecto, enseguida pienso el final y voy llevando todo
hacia ese final. Para que una historia me satisfaga, tiene que concluir.
Teniendo bien en claro el final, voy sembrando, formando una especie de
continuum en el que al final, todo cierra. No creo en los finales
abiertos. Mis finales son finales. Yo sabía en qué número venía el final
y ahí dejaba la revista, porque ahí se terminaba mi historia.
AA: Vos sos una
especie de padre fundador de Vertigo. ¿Cómo ves toda esta movida, todo
este estilo Vertigo?
GM: Creo que Vertigo
corrió el riesgo de estancarse, de convertirse en un género más. Por
suerte ahora se está diversificando cada vez más. Creo que a partir del
éxito de Sandman, se presionó un poco a los autores para que hicieran
cosas parecidas a Sandman, pero ahora eso cambió, porque Sandman no está
más y una revista como Preacher, que no tiene nada que ver con Sandman,
es el nuevo gran éxito. La política actual de Vertigo es "Una buena
serie es una buena serie, aunque no tenga ni elfos, ni sue–os, ni nada".
Me parece que esa presión de parecerse a Sandman no está más. Tenés
cosas totalmente disímiles como Preacher o Flex Mentallo o el Vertigo
Verité, que no pretenden para nada parecerse a Sandman. Eso me parece
muy positivo.
AA: Te iba a
preguntar qué te pasa por la cabeza cuando te sentás a escribir The
Invisibles, pero supongo que son demasiadas cosas. ¿Qué tal si tratás de
explicarle qué es The Invisibles al público que nunca lo leyó?
GM: La explicación
más gruesa de Invisibles sería decir que en el mundo hay dos enormes
fuerzas opuestas. Una fuerza quiere el orden y el control y la otra
quiere libertad y creatividad. Estas fuerzas están en pugna desde que el
hombre aprendió a pensar. Y las fuerzas que quieren esclavizarnos son
tan poderosas y están tan avanzadas que nosotros ya no nos damos cuenta.
Y los Invisibles son un grupo activista que lucha contra estas fuerzas,
un poco como excusa para darle al comic una cuota de violencia, tiros y
demás. Pero lo cierto es que mi verdadera intención con The Invisibles
es iniciar una revolución. Ojo, no me refiero a una revolución con armas
y bombas. Para nada; esos son los instrumentos del enemigo. Yo creo en
la revolución de las ideas, en las ideas como un virus. Si las ideas son
buenas, pronto prenderán en otra gente y se irán expandiendo. Todas las
ideas, experiencias, pensamientos o formas de ver el mundo que son un
poco diferentes pueden ayudarnos a ver la forma en que hoy se nos
controla. Y mi idea es que un tipo que lee el comic en Iowa, o en
Guatemala o en cualquier parte diga "Si, yo pienso lo mismo" y que haga
algo en vez de bancársela. Quiero tratar de inundar al mundo con buenas
ideas. Que las buenas ideas derroten a las malas ideas. Eso es lo que
hago. Es muy copado.
AA: ¿Y cómo responde
la gente ante The Invisibles?
GM: La respuesta de
los lectores es fantástica. Los lectores son fabulosos, pero el tema de
tener distintos dibujantes para las distintas sagas ha da–ado un poco
las ventas. Creo que la gente quiere para la revista un look visual
consistente, es decir, siempre el mismo dibujante. Y me tenían todos los
meses a mí, pero el dibujante siempre cambiaba. Y sobre el final, la
venta mejoró. Ahora estamos armando el segundo de los tres volúmenes que
componen la obra y para esta nueva etapa vamos a tener a Phil Jiménez
como dibujante titular, porque él fue el dibujante más aplaudido de la
primera etapa. Eso nos va a hacer más fuertes, porque el lector ya sabe
que todos los meses se va a encontrar con el trabajo de Phil, que por
otra parte es fantástico. Es un dibujante maravilloso, detallista,
completísimo.
AA: En uno de los
correos de Invisibles vos decís que estuviste presente en varios
rituales mágicos y que de hecho lograste producir verdadera magia. ¿Esto
es posta, o estaban todos muy dados vuelta?
GM: No, es verdad.
Es algo que siempre me interesó, pero yo era muy escéptico. Y cuando uno
es escéptico y descreído, lo mejor que puede hacer es intentarlo y si no
funciona, okey, no lo creas. Pero si funciona, te tenés que replantear
tu esquema de pensamiento. Y yo probé, seguro de que iba a ser puro
verso, pero esta técnica en particular no era verso. Cuando se usa esta
técnica, pasan cosas. Y bueno, se me abrieron los ojos y pasaron cosas.
Vi cosas raras, vi demonios... no sé, no lo puedo explicar. Creo que un
tema central de Invisibles es cómo explicar estas cosas. Todo es más
complejo de lo que parece. Creo que están pasando cosas, que hay un
sentido del mundo, un sentido del Universo. Me parece que somos como
hormigas en el hormiguero. Las hormigas construyen ciudades, sociedades
enteras, y hacen de todo, sin saber que existimos los humanos, hasta que
aparecemos y les pateamos el hormiguero. Existen desde hace millones de
años pero no saben que nosotros estamos acá. Y nosotros nos creemos que
dominamos al mundo, pero yo digo ¿Qué pasa si hay alguien mucho más
grosso, tan obvio que no lo podemos ver, pero que está en todas partes?.
Y The Invisibles es una forma de investigar todo esto, porque estoy
creando el esquema que tal vez me permita explicar todas las
experiencias que no puedo explicar.
AA: Junto a Mark
Millar estás lanzando una nueva serie, Aztek. ¿Es un superhéroe normal o
de onda extra–a?
GM: Una combinación
de ambas cosas. Nuestra idea es empezar la serie como si fuera un
superhéroe tradicional, un buen tipo, derecho y de moral fuerte. Por eso
lo metimos claramente en el Universo DC, en la peor ciudad del Universo.
Y Aztek tiene que tratar de hacer buena a una ciudad antes de que la
ciudad lo haga malo a él. Esa es la idea para los primeros cuatro
números. En el número 5 nos vamos a hacer pasar por un nuevo equipo
creativo que descarta todo lo anterior y ahí entramos a meter todo lo
que tenemos en mente y la cosa se pone intensa; no muy loca, pero sí
filosófica, y sin dejar de lado la acción porque, de última, queremos
que esto lo lean los chicos. Todo este énfasis en el comic para adultos
dejó a toda una generación de chicos sin nada para leer. Realmente, no
tengo idea de qué leen los chicos hoy en día, pero tanto en Aztek como
en Justice League, mi intención es hacer algo interesante y con
imaginación para los chicos, para tratar de que vuelvan a leer comics.
AA: Hablando de la
Justice League, ¿cuáles son tus planes para esta serie y quién decidió
que los principales personajes de la DC tienen que volver a ser la Liga
de la Justicia?
GM: Eso lo decidí
yo. Como te decía recién, yo tenía ganas de hacer algo menos realista,
de meterme con personajes de la onda más clásica, que -excepto Batman-
nunca había escrito a ninguno. Y se me ocurrió la Liga de la Justicia,
pero pensé "Ni a palos me la van a dar". Pero justo se dio que las
ventas venían bajando y querían hacer algo nuevo y bueno, vieron mi
propuesta y me dieron luz verde. Y lo primero que propuse fue colgar a
todos los personajes menos conocidos, como Fire, Nuklon, Obsidian, Ice y
demás. Yo dije "Así no va a funcionar". La Liga de la Justicia tienen
que ser los superhéroes más grandes del mundo, como era antes. Superman,
Batman, Wonder Woman y demás. Y hay que hacerla a gran escala, a escala
mitológica. Estos son los mitos del Universo DC, el panteón. Estas son
las historias que las madres les cuentan a sus hijos. Y a DC le cerró,
tal vez porque las revistas de la Liga venían vendiendo mal.
AA: ¿No te resulta
difícil laburar con personajes que están bajo el control de otros
coordinadores y otros guionistas?
GM: Es difícil, pero
hay formas de zafar. Por eso te decía lo de trabajar las historias a
nivel mitológico. En las mitologías clásicas existía el concepto del
Dream-Place (lugar de los sueños), que existe fuera del tiempo y el
espacio, donde se juntan todo los héroes y siempre suceden grandes
historias. La idea que estamos manejando es que las historias de la Liga
de la Justicia transcurren fuera de la continuidad normal. Y DC lo
aceptó. Es difícil, pero vamos a hacer una revista más basada en las
historias. En Justice League no nos podemos basar tanto en las
relaciones entre los personajes como hacen, por ejemplo, en X-Men,
porque cada uno tiene su propia revista. Por eso vamos a apuntar a una
escala mayor. Estas son las historias de los dioses.
AA: ¿Tenés pensado
agregar personajes a la formación inicial?
GM: Si, voy a
presentar a un nuevo Hawkman, porque el que había no camina más. Así que
a través de la Justice League voy a lanzar un nuevo Hawkman,
completamente distinto a los anteriores.
AA: ¿No te parece
que ya hay demasiados Hawkman?
GM: Si, pero ninguno
funciona. Hoy en día nadie sabe quién es Hawkman. El último Hawkman, el
que apareció después de Zero Hour no estaba mal, pero se volvió loco, ya
ni él sabía quién era, ni a qué representaba, así que preferimos
sacárnoslo de encima. Así que estamos creando un nuevo personaje, con
distinto origen, distinta motivación, pero con el mismo nombre.
Y otro personaje
que voy a agregar es Plastic Man, que es un personaje que todo el mundo
conoce. Todo el mundo oyó el nombre "Plastic Man", pero nadie hace nada
con el personaje. Y se me ocurrió meterlo en la Liga porque es muy
distinto a todos los demás. El va a aportar un humor onda Jim Carrey, o
sea que, por lógica, Batman va a odiar a este personaje y eso es parte
de lo que lo hace interesante. El choque de personalidades va a ser una
de las fuerzas dinámicas de la nueva Liga.
AA: ¿Por qué no
seguiste en Marvel, después de tu breve incursión con la Skrull Kill
Krew?
GM: Y, porque no me
trataron del todo bien. Mark (Millar) y yo propusimos un montón de ideas
que después aparecieron firmadas por otros tipos, con lo cual creemos
que nos las robaron. Y tampoco tengo tanta pasión por los personajes de
Marvel. Puedo vivir sin escribir para ellos. Además, Marvel es como un
terremoto constante. Hay tanto despelote interno que no te podés
concentrar en lo que estás haciendo. A los coordinadores los echan,
después los vuelven a tomar, es todo muy inestable.
AA: ¿Cómo ves la
industria del comic?
GM: Estamos en un
buen momento. Estamos tratando de salir de un bajón y los días de gloria
de fines de los '80 y principios de los '90 ya quedaron atrás. Y por
suerte, gran parte de la mierda que se publicaba también quedó atrás.
Sobrevivió lo mejorcito. Además, los grandes creadores están volviendo a
los
superhéroes, lo cual me parece muy importante si nos proponemos lograr
que los chicos vuelvan a leer comics. Y a pesar de que se venda menos
que antes, a nivel creativo el comic nunca estuvo mejor. Nunca hubo
tantos títulos tan distintos y tan copados.
AA: ¿Qué comics leés
habitualmente?
GM: Las cosas que
escriben mis amigos, Mark Millar y Peter Milligan. El Flash de Mark Waid...
cualquier superhéroe con onda alegre y optimista me cabe. El resto no,
porque para leer cosas serias, leo un libro. Si me pongo a leer comics,
prefiero los clásicos de mi infancia: Superman, Batman, esa onda.
AA: ¿Tenés algún
otro proyecto dando vueltas?
GM: Si, estoy a mil
con la serie de TV de los Invisibles,
para la BBC. Así que en materia de comics, no puedo extenderme más allá
de Invisibles, Aztek y Justice League. Por ahí, más adelante me meto en
algo más.
AA: Bueno, mil
gracias.
GM: De nada, fue
un gusto.» |