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ACCORSI, Andrés (1996): “Reportajes: Grant Morrison”, en Comiqueando, # 24, Comiqueando Press, Buenos Aires


[ Cubierta de Animal Man, la revelación de Grant Morrison y una serie de superhéroes interesante por cuando el personaje adquiere conciencia de que es producto de la mente de un guionista. Cubierta de Brian Bolland / DC Comics ]


«REPORTAJES: GRANT MORRISON

POR SEGUNDA VEZ EN CINCO AÑOS TUVE EL ENORME PLACER DE SENTARME A CHARLAR CON ESTE EXTRAÑO PERSONAJE DEL MUNDO DEL COMIC. NACIDO EN ESCOCIA HACE 36 AÑOS, GRANT MORRISON ESCONDE DETRAS DE SU APARIENCIA RETRAIDA Y TACITURNA UN VERDADERO HURACAN DE IDEAS QUE LO MANTIENEN SIEMPRE EN LA CIMA DE LA INDUSTRIA. GENIAL INNOVADOR PARA UNOS, LOCO RETORCIDO PARA OTROS, ESTE ES EL HOMBRE QUE RIGE LOS DESTINOS DE LA NUEVA Y MULTIESTELAR LIGA DE LA JUSTICIA.

AA: ¿Cómo empezaste a escribir comics?

GM: Yo todavía estaba en la escuela y paraba con una banda de hippies en Edinburgh, que es una ciudad grande cerca de Glasgow, en Escocia. Y estos pibes armaban una revista subte y me dijeron que me podían pagar 10 libras (alrededor de 15 dólares) por página, por guión y dibujo. Yo tenía 16 años y 10 libras por página me parecía fantástico, así que me puse a trabajar con ellos. Después le vendí algunas historias de ciencia-ficción a la editorial Thompson y a otros editores de Escocia y de ahí pasé a 2000 A.D., donde hice algo de Judge Dredd y la serie de Zenith, una especie de superhéroe pop. Y en el '87 me contactó DC y empecé a trabajar para ellos.

AA: ¿Tu primer trabajo en DC fue Animal Man?

GM: Si.

AA: Eso fue grosso. ¿Cómo lograste que te dejaran explorar el concepto de un personaje de comics que descubre que es un personaje de comics? Eso era muy loco, muy distinto a todo lo anterior. ¿Cómo fue que te dieron el okey para hacerlo?

GM: Y, fue parte de toda una época experimental. DC venía del éxito de Watchmen y quería experimentar un poco más, por eso buscaban material que no se pareciera a lo que se había hecho antes. Y bueno, mi historia les pareció buena y me la dejaron hacer. Además Animal Man era un personaje que no le importaba a nadie, obviamente no podría haber hecho eso con Superman o con Batman. Animal Man era un personaje muy menor, por eso se podían hacer esas cosas. Y bueno, lo que salió se basó un poco en las influencias de viejos comics de la DC, de la época de Julius Schwartz en Flash, combinadas con algo que a mí me gusta mucho, que es el realismo mágico latinoamericano.

AA: A vos te gusta mucho Borges, no?

GM: Muchísimo. Y esa fue la onda que le quise dar a la historia. Tratar el tema del personaje que toma conciencia de lo que es, que desafía las categorías del medio en el que está metido. No es fácil hacer esto en historieta. Creo que funcionó porque ya se había hecho en los '60, con Flash y demás.

AA: Y con el éxito de Animal Man, te dieron la Doom Patrol, un grupo al que re-creaste totalmente...

GM: Lo que me propuse hacer fue volver a las raíces de los personajes, al concepto básico con el que fueron creados. La Doom Patrol tenía el slogan de "Los Héroes Más Extraños del Mundo", pero para fines de los '80, esto ya no era cierto; la Doom Patrol era una especie de copia trucha de los X-Men. Y yo volví al concepto inicial. Dije "Si estos son los héroes más extraños del mundo, veamos qué tan extraños los puedo hacer". Pero tomé lo extraño en un sentido moderno, no podía hacer de nuevo la onda que tenía la revista en los '60, por mucho que me haya influenciado todo ese material. Y así metí otras influencias, como el surrealismo y todas esas cosas. Y había gente que no la entendía, pero era un comic de superhéroes muy lineal. En todos los números se juntaban, combatían a una amenaza contra el Universo o contra la Realidad y al final ganaban. Era simple, era tipo la época de (Jack) Kirby en Fantastic Four. Creo que en los '60 se dio el pico máximo de imaginación en los comics. Después se perdió mucho de esa fuerza, de esa imaginación. Las historias viejas de Superman, por ejemplo, eran sumamente creativas. En un número se convertía en un cavernario, en el siguiente en un gordo gigantesco que flotaba sobre Metropolis y nadie se quejaba en lo más mínimo. Pero cuando yo hacía la Doom Patrol, había gente que saltaba, porque no estaba acostumbrada a ver nada que no fuera tipos pegándose. Lo lamento por ellos. AA: Tanto en Animal Man como en Doom Patrol vos venías avisando con anticipación que en tal número dejabas la serie. Supongo que DC prefería que te quedaras, no?

GM: Si, ellos querían que yo siguiera. Pero mi forma de trabajo no es esa. Yo cuando arranco con un proyecto, enseguida pienso el final y voy llevando todo hacia ese final. Para que una historia me satisfaga, tiene que concluir. Teniendo bien en claro el final, voy sembrando, formando una especie de continuum en el que al final, todo cierra. No creo en los finales abiertos. Mis finales son finales. Yo sabía en qué número venía el final y ahí dejaba la revista, porque ahí se terminaba mi historia.

AA: Vos sos una especie de padre fundador de Vertigo. ¿Cómo ves toda esta movida, todo este estilo Vertigo?

GM: Creo que Vertigo corrió el riesgo de estancarse, de convertirse en un género más. Por suerte ahora se está diversificando cada vez más. Creo que a partir del éxito de Sandman, se presionó un poco a los autores para que hicieran cosas parecidas a Sandman, pero ahora eso cambió, porque Sandman no está más y una revista como Preacher, que no tiene nada que ver con Sandman, es el nuevo gran éxito. La política actual de Vertigo es "Una buena serie es una buena serie, aunque no tenga ni elfos, ni sue–os, ni nada". Me parece que esa presión de parecerse a Sandman no está más. Tenés cosas totalmente disímiles como Preacher o Flex Mentallo o el Vertigo Verité, que no pretenden para nada parecerse a Sandman. Eso me parece muy positivo.

AA: Te iba a preguntar qué te pasa por la cabeza cuando te sentás a escribir The Invisibles, pero supongo que son demasiadas cosas. ¿Qué tal si tratás de explicarle qué es The Invisibles al público que nunca lo leyó?

GM: La explicación más gruesa de Invisibles sería decir que en el mundo hay dos enormes fuerzas opuestas. Una fuerza quiere el orden y el control y la otra quiere libertad y creatividad. Estas fuerzas están en pugna desde que el hombre aprendió a pensar. Y las fuerzas que quieren esclavizarnos son tan poderosas y están tan avanzadas que nosotros ya no nos damos cuenta. Y los Invisibles son un grupo activista que lucha contra estas fuerzas, un poco como excusa para darle al comic una cuota de violencia, tiros y demás. Pero lo cierto es que mi verdadera intención con The Invisibles es iniciar una revolución. Ojo, no me refiero a una revolución con armas y bombas. Para nada; esos son los instrumentos del enemigo. Yo creo en la revolución de las ideas, en las ideas como un virus. Si las ideas son buenas, pronto prenderán en otra gente y se irán expandiendo. Todas las ideas, experiencias, pensamientos o formas de ver el mundo que son un poco diferentes pueden ayudarnos a ver la forma en que hoy se nos controla. Y mi idea es que un tipo que lee el comic en Iowa, o en Guatemala o en cualquier parte diga "Si, yo pienso lo mismo" y que haga algo en vez de bancársela. Quiero tratar de inundar al mundo con buenas ideas. Que las buenas ideas derroten a las malas ideas. Eso es lo que hago. Es muy copado.

AA: ¿Y cómo responde la gente ante The Invisibles?

GM: La respuesta de los lectores es fantástica. Los lectores son fabulosos, pero el tema de tener distintos dibujantes para las distintas sagas ha da–ado un poco las ventas. Creo que la gente quiere para la revista un look visual consistente, es decir, siempre el mismo dibujante. Y me tenían todos los meses a mí, pero el dibujante siempre cambiaba. Y sobre el final, la venta mejoró. Ahora estamos armando el segundo de los tres volúmenes que componen la obra y para esta nueva etapa vamos a tener a Phil Jiménez como dibujante titular, porque él fue el dibujante más aplaudido de la primera etapa. Eso nos va a hacer más fuertes, porque el lector ya sabe que todos los meses se va a encontrar con el trabajo de Phil, que por otra parte es fantástico. Es un dibujante maravilloso, detallista, completísimo.

AA: En uno de los correos de Invisibles vos decís que estuviste presente en varios rituales mágicos y que de hecho lograste producir verdadera magia. ¿Esto es posta, o estaban todos muy dados vuelta?

GM: No, es verdad. Es algo que siempre me interesó, pero yo era muy escéptico. Y cuando uno es escéptico y descreído, lo mejor que puede hacer es intentarlo y si no funciona, okey, no lo creas. Pero si funciona, te tenés que replantear tu esquema de pensamiento. Y yo probé, seguro de que iba a ser puro verso, pero esta técnica en particular no era verso. Cuando se usa esta técnica, pasan cosas. Y bueno, se me abrieron los ojos y pasaron cosas. Vi cosas raras, vi demonios... no sé, no lo puedo explicar. Creo que un tema central de Invisibles es cómo explicar estas cosas. Todo es más complejo de lo que parece. Creo que están pasando cosas, que hay un sentido del mundo, un sentido del Universo. Me parece que somos como hormigas en el hormiguero. Las hormigas construyen ciudades, sociedades enteras, y hacen de todo, sin saber que existimos los humanos, hasta que aparecemos y les pateamos el hormiguero. Existen desde hace millones de años pero no saben que nosotros estamos acá. Y nosotros nos creemos que dominamos al mundo, pero yo digo ¿Qué pasa si hay alguien mucho más grosso, tan obvio que no lo podemos ver, pero que está en todas partes?. Y The Invisibles es una forma de investigar todo esto, porque estoy creando el esquema que tal vez me permita explicar todas las experiencias que no puedo explicar.

AA: Junto a Mark Millar estás lanzando una nueva serie, Aztek. ¿Es un superhéroe normal o de onda extra–a?

GM: Una combinación de ambas cosas. Nuestra idea es empezar la serie como si fuera un superhéroe tradicional, un buen tipo, derecho y de moral fuerte. Por eso lo metimos claramente en el Universo DC, en la peor ciudad del Universo. Y Aztek tiene que tratar de hacer buena a una ciudad antes de que la ciudad lo haga malo a él. Esa es la idea para los primeros cuatro números. En el número 5 nos vamos a hacer pasar por un nuevo equipo creativo que descarta todo lo anterior y ahí entramos a meter todo lo que tenemos en mente y la cosa se pone intensa; no muy loca, pero sí filosófica, y sin dejar de lado la acción porque, de última, queremos que esto lo lean los chicos. Todo este énfasis en el comic para adultos dejó a toda una generación de chicos sin nada para leer. Realmente, no tengo idea de qué leen los chicos hoy en día, pero tanto en Aztek como en Justice League, mi intención es hacer algo interesante y con imaginación para los chicos, para tratar de que vuelvan a leer comics.

AA: Hablando de la Justice League, ¿cuáles son tus planes para esta serie y quién decidió que los principales personajes de la DC tienen que volver a ser la Liga de la Justicia?

GM: Eso lo decidí yo. Como te decía recién, yo tenía ganas de hacer algo menos realista, de meterme con personajes de la onda más clásica, que -excepto Batman- nunca había escrito a ninguno. Y se me ocurrió la Liga de la Justicia, pero pensé "Ni a palos me la van a dar". Pero justo se dio que las ventas venían bajando y querían hacer algo nuevo y bueno, vieron mi propuesta y me dieron luz verde. Y lo primero que propuse fue colgar a todos los personajes menos conocidos, como Fire, Nuklon, Obsidian, Ice y demás. Yo dije "Así no va a funcionar". La Liga de la Justicia tienen que ser los superhéroes más grandes del mundo, como era antes. Superman, Batman, Wonder Woman y demás. Y hay que hacerla a gran escala, a escala mitológica. Estos son los mitos del Universo DC, el panteón. Estas son las historias que las madres les cuentan a sus hijos. Y a DC le cerró, tal vez porque las revistas de la Liga venían vendiendo mal.

AA: ¿No te resulta difícil laburar con personajes que están bajo el control de otros coordinadores y otros guionistas?

GM: Es difícil, pero hay formas de zafar. Por eso te decía lo de trabajar las historias a nivel mitológico. En las mitologías clásicas existía el concepto del Dream-Place (lugar de los sueños), que existe fuera del tiempo y el espacio, donde se juntan todo los héroes y siempre suceden grandes historias. La idea que estamos manejando es que las historias de la Liga de la Justicia transcurren fuera de la continuidad normal. Y DC lo aceptó. Es difícil, pero vamos a hacer una revista más basada en las historias. En Justice League no nos podemos basar tanto en las relaciones entre los personajes como hacen, por ejemplo, en X-Men, porque cada uno tiene su propia revista. Por eso vamos a apuntar a una escala mayor. Estas son las historias de los dioses.

AA: ¿Tenés pensado agregar personajes a la formación inicial?

GM: Si, voy a presentar a un nuevo Hawkman, porque el que había no camina más. Así que a través de la Justice League voy a lanzar un nuevo Hawkman, completamente distinto a los anteriores.

AA: ¿No te parece que ya hay demasiados Hawkman?

GM: Si, pero ninguno funciona. Hoy en día nadie sabe quién es Hawkman. El último Hawkman, el que apareció después de Zero Hour no estaba mal, pero se volvió loco, ya ni él sabía quién era, ni a qué representaba, así que preferimos sacárnoslo de encima. Así que estamos creando un nuevo personaje, con distinto origen, distinta motivación, pero con el mismo nombre.

 Y otro personaje que voy a agregar es Plastic Man, que es un personaje que todo el mundo conoce. Todo el mundo oyó el nombre "Plastic Man", pero nadie hace nada con el personaje. Y se me ocurrió meterlo en la Liga porque es muy distinto a todos los demás. El va a aportar un humor onda Jim Carrey, o sea que, por lógica, Batman va a odiar a este personaje y eso es parte de lo que lo hace interesante. El choque de personalidades va a ser una de las fuerzas dinámicas de la nueva Liga.

AA: ¿Por qué no seguiste en Marvel, después de tu breve incursión con la Skrull Kill Krew?

GM: Y, porque no me trataron del todo bien. Mark (Millar) y yo propusimos un montón de ideas que después aparecieron firmadas por otros tipos, con lo cual creemos que nos las robaron. Y tampoco tengo tanta pasión por los personajes de Marvel. Puedo vivir sin escribir para ellos. Además, Marvel es como un terremoto constante. Hay tanto despelote interno que no te podés concentrar en lo que estás haciendo. A los coordinadores los echan, después los vuelven a tomar, es todo muy inestable.

AA: ¿Cómo ves la industria del comic?

GM: Estamos en un buen momento. Estamos tratando de salir de un bajón y los días de gloria de fines de los '80 y principios de los '90 ya quedaron atrás. Y por suerte, gran parte de la mierda que se publicaba también quedó atrás. Sobrevivió lo mejorcito. Además, los grandes creadores están volviendo a los superhéroes, lo cual me parece muy importante si nos proponemos lograr que los chicos vuelvan a leer comics. Y a pesar de que se venda menos que antes, a nivel creativo el comic nunca estuvo mejor. Nunca hubo tantos títulos tan distintos y tan copados.

AA: ¿Qué comics leés habitualmente?

GM: Las cosas que escriben mis amigos, Mark Millar y Peter Milligan. El Flash de Mark Waid... cualquier superhéroe con onda alegre y optimista me cabe. El resto no, porque para leer cosas serias, leo un libro. Si me pongo a leer comics, prefiero los clásicos de mi infancia: Superman, Batman, esa onda.

AA: ¿Tenés algún otro proyecto dando vueltas?

GM: Si, estoy a mil con la serie de TV de los Invisibles, para la BBC. Así que en materia de comics, no puedo extenderme más allá de Invisibles, Aztek y Justice League. Por ahí, más adelante me meto en algo más.

AA: Bueno, mil gracias.

GM: De nada, fue un gusto.»


  [ Documento cedido por Andrés Accorsi para Tebeosfera 031019. Este texto se reproduce en Tebeosfera con el permiso de su autor y sin variar su contenido. ]