Tebeosfera:
En
un reciente diccionario sobre historietistas y humoristas gráficos (De
la Historieta y su Uso, 1873-2000) consta que tu segundo
apellido es Oria y que eres oriundo de Euskadi, ¿es así?
Zulet: Mi segundo apellido es Izura. La verdad, rara vez
escriben correctamente mis extraños apellidos y por eso no se de
donde sale lo de Oria. Nací en Pamplona, Comunidad Navarra. Desde el
punto de vista cultural y etimológico mi apellido sí es netamente
vasco, derivado de "zulo": hueco, vacío; y vinculado a la expresión
francesa "portrait á la silhoutte" o retrato hecho en breves
momentos y al concepto de silueta aplicado al dibujo. Así pues, mi
firma y mi apellido es una redundancia con respecto a mi quehacer
profesional.
T: Relátanos algunos de tus recuerdos de infancia y
adolescencia relacionados con el humor gráfico. ¿Crees que pudieron
aquellas viñetas afectar a tu formación, a la adopción de una
postura ideológica o a la formación de un carácter artístico?
Z: Creo que a través de los dibujos reconocemos y remodelamos
el mundo que nos rodea y eso sí me lo inculcó y potenció
especialmente mi madre, que era maestra. Mis primeras lecturas
fueron el TBO y lo recuerdo con nostalgia. Después, en este
país, la prensa y un humor muy vital jugaron un papel clave contra
el franquismo y en la llegada de la democracia y me marcaron una
huella imborrable.
T: Bajo la firma de Zul comenzaste a trabajar para Diario
16, El Jueves... Muchos recordamos tu baraja de personajes
políticos de 1979 ¿Por qué no permaneciste en El Jueves?
Z: Todavía me faltaba realizar el servicio militar y dejé
Barcelona y me vine a Madrid. En la División Acorazada me tocó vivir
el golpe del 23-F. Resultó definitivo para orientar mi rumbo
profesional, no pude soportar aquella realidad de otra manera mas
que con la actitud y el "rearme" moral del humor. Podéis contemplar
el dibujo que hice para aquellos sanfermines desde dentro de
los cuarteles...
T: Tu firma aparece luego en las paginas de La Golondriz
y El Cocodrilo... Háblanos de esta segunda publicación
satírica, poco conocida por el público en general.
Z:
El
Cocodrilo
se editaba en
Madrid y pretendía ser una imitación de la exitosa fórmula del
vecino francés Le Canard Enchainé. Acogió a muy importantes
firmas, que en muchos casos lo hacían bajo seudónimo, como Gala,
Cela, Tamames, Amando de Miguel, Santiago Amón, José L. Balbín,
Alfonso Ussía... Entre los dibujantes, Mingote, Chumy Chumez,
Summers, Kalikatres, Ramón, Almarza, José Julio... El editor,
Eugenio Suárez, fue una de esas rara avis que desde la
iniciativa privada se atrevió a "competir" frente a la prensa
oficial del Movimiento con cabeceras como Sábado Gráfico,
El Caso... No debería existir facultad de Periodismo y
Publicidad que no enseñara las guerras entre Pepsi y Coca-Cola y las
aventuras de Eugenio Suárez... Simplemente son Historia.
T: Las viñetas que elaboras para el diario vizcaíno El
Correo se publican en otros muchos periódicos, como El
Comercio en Asturias o Ideal en Granada, ¿distribuye tus
chistes algún tipo de agencia?
Z: No trabajo para ninguna "agencia de prensa" que
comercialice y distribuye mis dibujos. Es el trabajo editorial para
el mismo grupo de prensa que mantiene la misma propiedad y la misma
línea editorial, el Grupo Correo Prensa Española. En este terreno
creo necesario destacar la importante diferencia que existe entre un
chiste de actualidad y un dibujo editorial.
Verás, el dibujo editorial tiene que encajar exactamente en esa
línea con el margen de libertad que brinda el humor pero sin
contradecirla en ningún caso y tiene que ser un dibujo muy
específico como expresión gráfica de la "noticia del día" y no lo
anecdótico o divertido de otros aspectos de la actualidad o de sus
protagonistas. Prima la actualidad, la importancia del contenido,
del tema a tratar y lo inmediato. Obliga a un trabajo menos
"independiente" y una mayor coordinación con el equipo editorialista
o de opinión. Probablemente yo sea mas bien editorialista gráfico
que un humorista gráfico sin que sea mejor o peor una cosa que otra
sino simplemente diferentes. Hay quien sostiene que esto es como lo
de la música militar. Sé muy bien los recelos que esta consideración
provoca en muchos de mis compañeros por las ataduras que implica en
la elaboración del trabajo y entiendo que desde reservas culturales
derivadas de años de dictadura franquista y desde el desprecio al
hecho y hacer "políticos". Esto, está perfectamente estudiado y
desarrollado por el mundo anglosajón, en el papel específico del
cartoon editorial y se introduce en España con el cambio
democrático.
T: Tanto antes como después de la llegada de la democracia
has tenido problemas legales en el desempeño de tu profesión,
incluso una acusación de haber cometido un delito de lesa majestad.
¿Podrías referirnos esta historia con pelos y señales?
Z: Sí, por un dibujo de colaboración en la revista El
Cocodrilo, en 1986, bajo la nueva legalidad democrática, me vi
procesado nada menos que por la Audiencia Nacional y padecí año y
medio de libertad provisional bajo fianza. La revista fue
secuestrada y retirada de los quioscos, caso muy grave y
excepcional. Bueno la sentencia acabo siendo absolutoria... pero
tras algunos sudores. Ahora podemos reírnos. Mi obra hacía
referencia al cambio socialista... en la vida personal y en los
amores públicos de varios miembros del Gobierno González. Pero lo
mas "gracioso" era que me imputaban "delito conexo" de injurias al
Rey (en el Código Penal se condena este delito con un mínimo
de 12 años de cárcel) por la casualidad de haber publicado en esta
revista. El Cocodrilo publicó, en portada, otro tema que nada
tenía que ver con mi dibujo, y que decía: «LOS TESTÍCULOS DE D. JUAN
CARLOS I EN BUEN ESTADO» en referencia al desmentido del rumor sobre
su salud y contaba con el antecedente de que meses atrás la misma
revista había publicado un trabajo titulado «DIEZ AÑOS DE BORBONEZ»,
en el décimo aniversario de la actual monarquía. Lo curioso es que
los firmantes de los trabajos reales no tenían "delito conexo" con
el delito de injurias al gobierno, resultando que yo acumulaba la
mayor acusación penal. El juicio, que duró dos días, se convirtió en
una divertida ceremonia con múltiples anécdotas, con una larga
prueba pericial sobre el humor, videos de Spitting Image....
Me defendí con la celebre frase de Philippon: «Aquello de lo que se
me acusa no está en mi dibujo sino en su conciencia.»
La sentencia de finales de 1987 recoge una curiosa apreciación
sociológica: «Los textos calificados de injurias, (...) con
independencia de que sus términos gramaticales sean de gusto
deplorable, procaces y hasta groseros, muy del uso actualmente en
medios de tan enorme difusión como la radio y la televisión,
pronunciados incluso por personas de indudable e innegable cultura,
lo que resulta claro es que no responden a una intención seria y
subjetiva de ofender (...) son perfectamente admisibles dentro del
juego del ejercicio de los derechos reconocidos de crítica y
libertad de expresión.»
T: Ante este tipo de problemas, ¿tenéis los humoristas algún
sindicato que os proteja, o bien ya las asociaciones que ya existen
(VEGAP, APIC / APIM / APIV) os cubren suficientemente en lo referido
a cuestiones legales?
Z: La defensa del conjunto de aspectos profesionales,
jurídicos, técnicos... requieren sin duda alguna medios que
sobrepasan con mucho la capacidad del reducido grupo de
profesionales dedicados al humor gráfico y se necesita una unión más
amplia, como podría ser la del conjunto de creadores visuales. Y para
algunas cosas, incluso aún mayor, con las organizaciones de autónomos,
consumidores o sindicatos. Hay que superar sobre todo el radical
individualismo imperante. VEGAP, sociedad de gestión de los derechos
colectivos de autor en el mundo de la creación gráfica y
audiovisual, nos posibilita fondos y servicios
jurídicos que de otra manera no podemos disponer por su alto coste.
Las asociaciones citadas responden sencillamente al criterio de
defensa profesional antes expuesto.
T: Acaso también pudieran servir otro tipo de asociaciones,
como FECO y la naciente ONU.
Z: Estas asociaciones que ahora se citan han actuado en un
terreno más concreto desde una labor fundamental de promoción del
mundo del humor gráfico a través de concursos, etc., y nos han
permitido estar conectados internacionalmente. La ONUH es una
aspiración máxima mundial, y todas las aportaciones bienvenidas sean
y resultan insustituibles. Ahora mismo se trata de consolidar los
pasos logrados y de evitar que se dupliquen y solapen actuaciones
antes que emprender nuevos proyectos. Lo logrado hasta hoy con la
Universidad de Alcalá supone un conjunto de éxitos inimaginables
hasta hace bien poco: Un portal en red de Humor Gráfico con conexión
permanente, el Premio Quevedos en marcha, el Museo de Humor
iberoamericano, la edición básica del Humor país por país, las
publicaciones como la revista Quevedos ya trimestral, los
encuentros, el Congreso de Humor Gráfico, el circuito de
exposiciones... son realidades muy ambicioas que sirven globalmente al conjunto de
la profesión de manera extraordinaria. Tenemos a nuestro favor la
capacidad de influencia pública y las numerosas solicitudes que
recibimos para colaborar en mil proyectos de carácter social.
T: El humor gráfico en un periódico es critica a la par que
opinión. Supongo que eso puede crear problemas si se trabaja para un
medio periodístico del país Vasco... ¿ las amenazas recibidas van
limitando la libertad de expresión?
Z: El terrorismo provoca un evidente papel de distorsión en
todos los campos de la vida pública. Obliga a dedicar recursos muy
necesarios para otros problemas y crea una permanente tensión
añadida. Es indiscutible que los atentados y las amenazas
generalizadas a los medios de comunicación son graves ataques a la
libertad de expresión y condicionan su comportamiento. Un detalle:
no puedo juzgar con la misma exigencia el comportamiento de los
líderes políticos que
se juegan la vida a cada instante y no me siento capaz de hacerles
caricaturas tan críticas que sí se las haría en otras
circunstancias. Por añadidura nos hemos considerado siempre
demasiado serios y atormentados, lo cual es contrario al ejercicio
del humor. No se cual es el peso real de todo esto. Los alemanes
también piensan lo mismo. Y los franceses...
T: ¿Y qué se piensa de los humoristas en una redacción de un
periódico, qué consideración se tiene de ellos?
Z: Actualmente, en los diez o doce últimos años, se ha
revalorizado lo visual dentro de la prensa: surge la figura del
director de arte en los periódicos, nace el uso de la infografía y
los responsables de "lo gráfico" ocupan puestos destacados en el
staff de las redacciones. Esto es muy positivo para nosotros. El
humorista gráfico está más integrado y no es un bicho extraño al
fenómeno de la comunicación. No creo que sea ajeno a este hecho la
irrupción masiva de la mujer en las redacciones, su "toque femenino"
y su visión más abierta y novedosa. ¡Y empiezan a llegar mujeres a
nuestra profesión, milagro! Por otra parte el humor gráfico, una
radiografía más real que la realidad misma, cumple la función de
relajar la tensión de los problemas, provoca un distanciamiento
emocional y racional, tiene una especial capacidad de enganche y
exige del lector la disposición para adoptar otros puntos de vista.
La utilización de estos recursos me parece que puede seguir siendo
muy útil y enriquecedora en ese concepto de comunicación. Soy
optimista en el valor que se va a seguir dando al humor gráfico
dentro de la prensa. Otra cuestión es la situación económica de las
empresas y las relaciones laborales que también nos influyen. Pero
como ya he señalado con anterioridad va a primar cada vez más las
capacidad de inmediatez y de respuesta a los acontecimientos,
exigencia unida al avance técnico. Hoy, estos avances, la calidad de
impresión, el uso del color,... permiten alternativas gráficas y
estilos muy variados y ricos que antes estaban limitados por los
sistemas de reproducción. Las puertas están abiertas.
La propia prensa va experimentar readaptaciones inevitables que a su
vez nos plantearán nuevas exigencias: versiones para red / internet,
animación, multimedia...
T: Precisamente tú eres uno de los pocos autores que dibujan
directamente sobre la paleta gráfica y frente a la pantalla de tu
Mac. Esto supone todo un salto cualitativo para unos profesionales
que, por lo general, se sienten muy apegados a cuestiones
instrumentales de antaño: el contacto con el lapicero, la tinta y el
pincel, el trazo en función de la textura del papel, el aroma de la
pintura aplicada
al dibujo... Hoy en día son casi nulas las diferencias entre una
obra realizada con esas herramientas o con las digitales ¿verdad?
Z: Bueno, entre los recelos se mantienen argumentos similares
a los que se plantearon con la llegada de la imprenta. En última
instancia me da igual un soporte bioquímico, como el papel o el
lienzo, que uno electrónico como un disquete o una pantalla; tan
material es uno como otro con sus respectivos condicionantes. El
grado de control sobre los mismos y de experiencia acumulada si es
diferente. Por ahora. Pero el uso del ordenador se hace
imprescindible para los medios de comunicación actuales. Y aplico la
lógica de ir adaptándome desde las maneras mas parecidas a las
técnicas tradicionales:
uso un lápiz y una tableta gráfica y
programas específicos de ilustración. Y no me cabe duda que a su vez
estas técnicas irán cambiando y perfeccionándose.
T: Has sido diseñador, ilustrador, humorista, incluso
marionetista, ¿qué factores de la creación satírica destacarías, el
mutismo en el chiste, el trazo suelto? ¿Qué valor o importancia
concedes a las cuestiones de estilo?
Z: No me parece que sea la persona más adecuada para evaluar
mi propio estilo.
Como teletrabajador que atiende medios con gran dispersión
geográfica he tenido que sufrir la rápida adaptación a los nuevos
usos informáticos y la experimentación, con errores, de estos
cacharros. Sí que me parece muy importante el estilo, la "madurez"
gráfica, pero creo que la forma en todo caso debe estar supeditada
al fondo. Ya he explicado la importancia que doy a lo visual y al
contenido de la temática a tratar. Creo que es mas puro el chiste
sin palabras, la metáfora visual; creo además que puede tener una
lectura más abierta por asociación de ideas sugeridas, por
connotación; el texto y la palabra establecen, en general, un código
mas preciso y mas cerrado. Me gusta mucho el dibujo a lápiz.
Encuentro que es válido para el chiste político, creo que encajan
bien en este caso la ética y la estética. Ambos, el efecto lápiz y
lo político, son valores antiguos, clásicos y parece que se pueden
borrar fácilmente, se brindan a la permanente corrección. En ambos
casos me resisto a que se consideren como pasados de moda; es
irrenunciable la exigencia de modelos éticos para la sociedad. Yo
necesito la definición de los personajes implicados en cada suceso
público, la responsables concretos, los rostros particulares y el
primer plano. En estos momentos, creo peligrosa la simplicidad
radical entre blanco o negro, las dualidades excluyentes: entre
fieles o herejes, buenos y malos, reivindico el valor del matiz, la
importancia de los grises, a pesar de la apariencia de "suciedad".
Valoro la precisión de los detalles para cuestionar las falsas
apariencias, pues tal y como define Gombrich, la caricatura
presupone «el descubrimiento teórico de la diferencia entre el
parecido y la equivalencia». Pero... es posible que yo esté
completamente equivocado.
T: Tu siempre te has mostrado comprometido con la realidad
social: has participado en obras contra la intolerancia, en
actividades en defensa de derechos humanos y civiles, has colaborado
en campañas a favor de instituciones penitenciarias... ¿va eso
ligado a las obligaciones de los humoristas en tu opinión, o se
puede hacer humor gráfico sin compromiso?
Z: Sinceramente yo lo entiendo así y sí creo que nuestro
trabajo refleja muy bien el grado de libertad de una sociedad y es
un buen termómetro y una buena destilería de la conciencia crítica
de la misma. Es comunicación, un ejercicio de libertad y un radical
compromiso con la libertad. Es una ratificación de la vida política
como factor clave del ser social y comunitario. Estamos obligados en
consecuencia a implicarnos en estas realidades.
T: también te hallas ligado a la Universidad de Alcalá,
colaborando en parte en la organización y en los congresos que allí
se desarrollan.
Z: Las actividades de la Universidad de Alcalá creo
honestamente que suponen un avance espectacular en nuestro panorama
profesional y nos implican en primer lugar y especialmente a los
autores. Nos reclaman, a todos, a participar y me limito a asumir la
parte de responsabilidad que me corresponde.
T: Nos gustaría conocer tu opinión sobre la dimensión
académica del humor gráfico, el apoyo que hay por parte de la
Universidad, si consideras que habría que elaborar más tratados y
estudios sobre este medio, si es posible incluir una asignatura
sobre la dimensión histórica, propagandística, o incluso pedagógica
del humor gráfico en aulas universitarias...
Z: Si este modesto trabajo es parte de la vida y con las
características señaladas, la Universidad no puede excluirlo. Como
forma particular de comunicación requiere un estudio preciso y un
trabajo de investigación como ocurre en otras partes del mundo. El
siglo XX español ha sido un desierto en este campo. El humor puede
utilizarse con éxito en pedagogía y en sanidad a través de la
risoterapia. Pero entiendo que se requiere un cierto rigor
científico. Pero hay premisas culturales más básicas y más graves.
Creo que experimentamos una verdadera avalancha de mensajes gráficos
y al desconocer sus mecanismos de influencia nos vemos condicionados
seriamente en nuestro comportamiento. Padecemos en muchos casos un
grado de manipulación similar a la que sufrían los analfabetos años
atrás. Es muy importante una formación básica de la comunicación
visual, el saber ver más que el saber dibujar. Resulta paradójico
que en le época de los multimedia se eliminen o minimicen el dibujo
y la música de la enseñanza básica. En la formación profesional se
imparte como mera enseñanza "técnica". Es un disparate y un
contrasentido. Es hora de considerar una educación integral.
T: Por último, querría preguntarte por la dificultad de la
elaboración de un chiste diario. Presumo que conlleva una atención
constante, y la dificultad de hacer comulgar actualidad con humor
(conceptos, por lo común, casi incompatibles). ¿Agota? ¿Qué trucos
utiliza el humorista de diario para salir adelante cuando tiene un
mal día?
Z: Nuestra profesión también tiene sus leyendas. Decía un
autor británico que «lo más duro de mi trabajo es convencer a mi
mujer de que estoy trabajando cuando parece que sólo miro por la
ventana». Yo no tengo ninguna duda, trabajar en una mina... es mucho
mas agotador que el trabajo del humorista gráfico. Conviene
tomárselo en serio pero no demasiado, y... con humor. Si uno no
puede superar estas cosas, pues como en todo, debe acudir a los
profesionales respectivos de la medicina o de la psicología. Tal y
como está la realidad tal vez nos reconozcan en la Seguridad Social
terapia gratuita de psicoanálisis como mera enfermedad profesional. O como ya me
dijo un médico, tal vez sea conveniente dejar de trabajar. Total,
podemos seguir haciendo lo mismo fuera del trabajo. Creo que no
tenemos remedio.
T: Gracias, Zulet; yo creo que en beneficio de todos, es
mejor que sigas trabajando. |