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CÓMICS Y FANZINES EN HUELVA

 

muCHOCOmi número 11

[ muCHOCOmi # 11 © 2000 Hnos. Macías ]


Artículo por Gerardo Macías Prieto 


Desde el comienzo de la democracia en España y hasta hoy, ha habido en Huelva una continuidad generacional en materia de cómics y fanzines. Al ya lejano y artesanal Necronomicón, realizado por Carlos Hermo, Alberto García “Algar” y Juan Manuel Báez, siguió el denominado Manicómic, publicado en 1983 y 1984. Aquí, aunque como antetítulo lucía la leyenda “Tebeonubense” en los tres únicos números publicados, en realidad el fanzine Manicómic fue realizado en gran parte por autores granadinos: Montaño, Ramón Ortiz o los hermanos Enrique y Salvador Bonet, entre otros, que todavía hoy son localizables en algunas publicaciones de carácter amateur o bien profesionales. Junto a estos granadinos publicaban los tres autores citados anteriormente, más otros onubenses que se fueron sumando. Hay que destacar que el Ayuntamiento de Huelva patrocinaba la publicación y además se hizo cargo de la edición e impresión en sus dependencias municipales.

Eran tiempos de “libertad sin ira” y de mayoría absoluta socialista, no sólo parlamentaria sino también de militancia política, y por ello podría decirse que la muerte de Manicómic no fue consecuencia de ninguno de sus contenidos. La libertad de expresión y la tan cacareada por aquellos días “importancia cultural del cómic” no dejaban lugar a ningún tipo de censura absurda, salvo por un detalle que comentaré a continuación. Juventud, arte y política parecen ser una mala combinación, ya que el colectivo realizaba un programa sobre cómics, música, cine y otros temas dirigidos a los jóvenes en la emisora onubense de Radio Cadena Española, cuyo título inicial, Radio Cadena Perpetua, fue censurado. Por otra parte, disponían de un local de propiedad municipal en el que se impartían talleres de cómic, había una tebeoteca pública... Además se daba al local un uso que todavía entonces habían puesto de moda la Iglesia y otras instituciones: el local hacía las veces de lugar recreativo para los jóvenes. No ocurrió allí nada fuera de lo normal para este tipo de locales, pero las actividades se desarrollaban sin supervisión y en una dependencia municipal. Sobre esa base fueron produciéndose quejas vecinales que acabaron con el cierre del local, de la revista y de cualquier otro asunto relacionada con el tema. Posteriormente, Manicómic fue el nombre de un fanzine santanderino que publicó su último número en 2001.

Una década después resurgió el ánimo colectivo por el cómic en la provincia, y Diputación decide editar la revista Camaleón Comics que sale a la luz en 1994, aunque llevaba años preparándose. Estaba dirigida por el trío inicial de Necronomicón y sus autores más veteranos eran autores que habían publicado en revistas de Toutain, como Carlos Hermo, Juan Báez y José Luis Escalante, a quienes se sumó Gonzalo Llanes, un onubense que procedía de la truncada revista I.M.AJ.EN. de Sevilla.

Camaleón Comics  fue una  revista lujosa donde las haya, con un formato arriesgado que permitía subvertir los modelos estándares de composición de la página, impresa en excelente papel y con un plantel de autores jóvenes y muchos de ellos neófitos. La portada la ilustraba casi siempre el citado Llanes, dibujante amigo del color y de la distorsión a lo línea clara; cuando no, se encargaba David Carrasco, otro ilustrador onubense afincado en Sevilla. En total, aparecieron cinco números, signados del # 0 al # 4 y publicados anualmente entre 1994 y 1998.

La primera anécdota reseñable de su trayectoria fue el propio título de la revista. Durante los años de preparación de la misma, comenzó a verse en las grandes ciudades amagos de lo que luego sería Camaleón Ediciones. Como, según funcionarios de la Diputación de Huelva: «mientras se preparaba la cosa, registramos el nombre, cosa que no han hecho los otros», luego las distribuidoras vinculadas al Camaleón barcelonés terminaron difundiendo el Camaleón onubense para así resolver el conflicto que se había planteado.

Camaleón Comics sufrió diversas reducciones de tamaño, a veces por razones económicas y otras veces técnicas, para ajustar la parte “real” de historieta al tamaño en el que podrían reeditarse en otras publicaciones. Dichos cambios, el lento compás de espera anual y la relativamente escasa repercusión de la publicación fueron cansando a sus autores. En la penúltima entrega se colocó por precaución el cartelito “Para Adultos”, con el fin de evitar escándalos por causa de algunos de sus contenidos. El efecto fue el contrario, se tildó la medida de fascista y con otros calificativos similares, aunque no llegó el agua al río. Eso sí, implicó un leve retraso para la siguiente entrega, que sería la última debido al cansancio y a que los más veteranos eran absorbidos por su vida profesional, casi siempre ajena al mundo de los cómics.

1996 es fecha importante porque fue cuando se mudó José Luis Martínez, “Rebote”, a Trigueros (Huelva) desde Rubí (Barcelona). Una vez en Huelva hizo contacto epistolar con el madrileño Nicolás Martínez Cerezo, creador de La Gorda de las Galaxias en el semanario Zipi y Zape de Bruguera, y con Sergi Ruíz Villaescusa, seguidor de la obra de Nicolás. Entre los tres surgió la idea de Tebeos del Bollo, Portada de "Tebeos del Bollo" # 5, obra de Alonsoun fanzine teórico al viejo estilo dedicado a recuperar los clásicos del tebeo español. Para sacarlo adelante contaron con la ayuda de la Escuela de Adultos “El Bollo” de Trigueros, y hasta la fecha llevan publicadas ocho entregas, dedicadas a Zipi y Zape, Luchadores del Espacio, “Josechu el Vasco”, Trinca, Alfons Figueras, etc... “Rebote” también es el autor del personaje “Troglo”, que ha aparecido protagonizando tiras en prensa local y como invitado en multitud de fanzines, además de protagonizando sus propios fanzines monográficos y algún que otro tebeo. Rebote también publicó en la última entrega de Camaleón Comics, pero no sus tiras de “Troglo” sino una página perteneciente a su serie menos conocida “Estampas Macabras”.

También en la última entrega de Camaleón Comics se estrenó como historietista Miguel Ángel Díaz Mariscal, con un cómic infográfico en 3-D, la misma técnica que había empleado para realizar los complementos de las historietas de los Hermanos Macías en números anteriores de la publicación. Del contacto entre Díaz Mariscal, “Rebote”, Nicolás y los Hermanos Macías nacieron dos nuevas cabeceras onubenses en los años noventa: Botellón Literario y El Fantasma del Conquero.

Botellón Literario consistió en  una publicación sin periodicidad fija, de animación a la lectura y, de paso, promoción de los jóvenes literatos onubenses. Su primera entrega se enmarcó en una campaña de lectura de la Junta de Andalucía para luego ir pasando de editor en editor porque, ay, “la cultura no es negocio”. Administrativamente nunca ha pertenecido a la Asociación Cultural Seis Viñetas, pero es indudable que sus socios más activos son los que han mantenido viva esta publicación cuya última entrega estuvo dedicada a “literatura y comics”. El Fantasma del Conquero, por su parte, es un periódico mensual gratuito de información general, pero al llevar todo el peso de la publicación los antes citados “Rebote”, Díaz Mariscal y Hermanos Macías, se da gran importancia en sus páginas a todo lo relacionado con el cómic, además de otras manifestaciones de la cultura popular. Actualmente El Fantasma del Conquero está de descanso, pero amenaza con volver en cualquier momento, haciendo honor a su título de fantasma...

Los autores que trabajaban en ambas cabeceras integraron el colectivo comiquero que tomaría el relevo en lo relativo a afición y fanedición en Huelva, siendo en Expocómic del año 1999 cuado se presentó oficialmente el nuevo colectivo comiquero onubense: Asociación Cultural Seis Viñetas. Diputación de Huelva había decidido dejar de ser gestora absoluta del colectivo y propuso a los más veteranos que fundaran una Asociación Cultural. Así lo hicieron, y los demás todavía no nos explicamos cómo la administración consintió tal nombre, ni cómo a ellos mismos se les ocurrió elegirlo si conocían ya la Asociación Viñeta-6 de Jaén (anecdóticamente, la revista Neko de Camaleón Ediciones pasó a su cierre a ser editada por... ¡Asociación Seis!) Una vez constituida la AC 6 Viñetas, salió el primer número de muCHOCOmi con un pequeño logo de Camaleón Comics en portada, según algunos funcionarios de Diputación: «porque así sois para nosotros sus herederos, pero a la vez independientes para buscar otras ayudas, incluso publicidad si queréis».

Desde el número tres de esta nueva publicación que integraba cómics, textos e ilustración, se sumó como patrocinador el Instituto Andaluz de la Juventud, y al siguiente lo hizo el Ayuntamiento de Huelva. La calidad artística y de textos teóricos iba en aumento (hasta fue incluida una entrevista con Luis Alberto de Cuenca), la impresión también, llegando incluso a incorporar el color. Los números 5 al 10 fueron monográficos dedicados a algunos miembros de la Asociación, un viejo anhelo de los tiempos de Camaleón Comics; incluso experimentamos con el formato de tiras. La prensa especializada por fin nos hacía un hueco y recibimos reseñas favorables en Dolmen, Slumber, Nemo, Cabezabajo, Mundos de Papel y en la sección “Fan de Fanzines” de Comics Forum.

Por convenio con Diputación, a partir del tercer número tuvimos que sacar cuatro números al año como mínimo, así que cuando llevábamos ocho ya se nos empezó a nombrar en Huelva. Se nos requería para hacer talleres de realización de cómics, exposiciones, cóNúmero 13, con portada de Rebotemic en vivo, etcétera, en la Semana de la Juventud en Huelva y en otros pueblos de la provincia de distinto signo político. Bajo el manto de la Asociación se publicaban simultáneamente muCHOCOmi, Tebeos del Bollo, Botellón Literario, El Fantasma del Conquero... y también la nueva publicación AbranMPaso, un fanzine que desde Sevilla elaboraban algunos miembros de la Asociación que residían allí. Sus mejores contenidos procedían de Camaleón Comics o se reeditaron posteriormente en muCHOCOmi. Nunca supimos bien si era una revista de una especie de “delegación” nuestra o si terminaríamos separando los contenidos por géneros, calidad o algo así. El caso es que tras sólo dos números murió esta cabecera.

Todo iba viento en popa hasta que ocurrió lo que a todos los comiqueros subvencionados, y a veces sin serlo, les ha pasado alguna vez. Una profesora de instituto de Huelva mostró su descontento con algunos contenidos, que en realidad malinterpretaba, y a partir de ahí se sucedieron periodistas burros hablando de lo que no saben y dándonos mala imagen, políticos escurriendo el bulto, y un tránsfuga usándonos como arma contra el Ayuntamiento, como si no nos patrocinara nadie más. Una trama perfectamente planeada que nos cogió a todos en Expocómic 2001, y que costó muchos disgustos a los miembros de la asociación.

Recientemente hemos sacado los números 9 al 13 de muCHOCOmi y unos calendarios para el año 2002, que ya estaban en preparación al comenzar toda la polémica pero que tuvimos que revisar con lupa, siendo patrocinados en esta ocasión sólo por la Diputación. Parece que han vuelto las aguas a su cauce, aunque ahora estamos en vacas flacas, vamos a intentar recuperar poco a poco las ayudas perdidas. Mientras tanto, a apretarse el cinturón y a tocar madera.


[ Ficha de G. Macías Prieto. Publicada en Tebeosfera 020831 ]