EL APRENDIZAJE
INTERMINABLE
Paralelamente a la publicación de The Sandman
y sobre todo tras su finalización, Gaiman ha continuado buscando
nuevas formas de contar sus historias, nuevos medios de expresión.
Sin abandonar el cómic, ha seguido colaborando con
Dave McKean en obras de carácter extremadamente intimista, casi
autobiográficas (Mr. Punch y Signal to Noise, esta
última lamentablemente inédita en nuestro país). Ha continuado los
pasos de Alan Moore en Miracleman, actualmente paralizada
por problemas legales alrededor de sus derechos de publicación.
Expandió la historia narrada en Sandman en dos miniseries
centradas en su hermana (Muerte, el alto coste de la vida y
Muerte, lo mejor de tu vida), así como la vertiente mágica
de DC en general (Los libros de la magia). También guionizó
una miniserie basada en un disco de su amigo el cantante Alice
Cooper (Alice Cooper: La última tentación).
Ha colaborado en cine y televisión. Realizó la
adaptación a la lengua inglesa del guión de La princesa
Mononoke, película de animación japonesa. En 1996 escribió
Neverwhere, una miniserie de seis episodios para la BBC,
experiencia que resultó terriblemente frustrante al ver cómo el
guión era modificado una vez tras otra en las diferentes fases de
la producción y el montaje final, lo que le llevó a convertirlo en
novela ese mismo año. Ha guionizado un capítulo de la quinta
temporada de Babylon 5. A finales de 2002 debutó en la
dirección con el cortometraje A short film about John Bolton,
que será comercializado próximamente en DVD.
Por encima de todos los demás, el medio que más
parece interesarle en los últimos años es la literatura. Como se
ha mencionado, en 1996 publicó Neverwhere, su primera
novela en solitario. Anteriormente había escrito Buenos
presagios con Terry Pratchett, novela que Terry Gilliam lleva
años intentando trasladar al cine, así como Stardust, que
fue originalmente publicada por DC en cuatro entregas y acompañada
de ilustraciones a cargo de Charles Vess. La mayoría de sus
relatos cortos han sido publicados en la antología Humo y
espejos, junto con varios poemas.
Gracias a la novela American Gods (2001)
Gaiman parece haber encontrado un nuevo público que antes
desconocía sus obras. Sus ventas han sobrepasado considerablemente
las de sus anteriores trabajos en prosa colocándole en la lista de
best sellers del New York Times, además de haber
obtenido algunos de los más prestigiosos premios literarios como
el Hugo, el Nebula, el Bram Stoker y el Locus (curiosamente
algunos de ellos como mejor novela de terror, otros de fantasía y
otros de ciencia ficción). Se trata de una extensa novela en la
que recupera gran parte del ambiente y la textura que envolvían
Sandman, compartiendo incluso algún que otro personaje
secundario. La relación de los seres humanos con sus dioses es el
trasfondo sobre el que se desarrolla la trama.
Su más reciente publicación es Coraline, una
novela corta etiquetada “para jóvenes adultos” que supone después
de American Gods un nuevo giro en su carrera y que parece
estar sirviéndole una vez más para darse a conocer entre nuevos
grupos de lectores. Para esta ocasión ha vuelto a contar con Dave
McKean, que ha realizado la portada y las ilustraciones
interiores. Con Coraline Gaiman ha conseguido por segundo
año consecutivo los premios Hugo y Stoker, en esta ocasión en el
apartado de novela corta.
LOS INGREDIENTES DEL ENCANTAMIENTO
Las razones del éxito de Neil Gaiman,
principalmente en el mundo del cómic y en los últimos años también
en la literatura son probablemente tantas como lectores se hayan
sentido atrapados por sus historias. Gaiman ha desarrollado una
extensa y muy fiel audiencia, a lo que han contribuido la
naturalidad y accesibilidad que demuestra con su público. Son
frecuentes las giras en las que visita un país tras otro,
realizando largas sesiones de firmas a las que acuden tanto
ancianitas con sus nietos como jóvenes punk (los cuales sin duda
deben traerle a Gaiman recuerdos de sus dieciséis años).
Más ansiadas aún por sus seguidores son sus
lecturas públicas. Gaiman disfruta subiéndose al escenario de un
teatro y leyendo sus historias en voz alta. Su entrenada y
sugerente voz, su perfecto acento inglés y sus cualidades de actor
hacen de él un inmejorable narrador, cautivando en estos eventos a
todo aquel que le escucha. Si alguien siente curiosidad puede
comprobarlo escuchando Warning: Contains language, un
CD-ROM editado en 1995 que recoge las grabaciones en directo de
algunas de sus historias cortas, o el más reciente Telling
Tales, de 2003.
Gaiman mantiene además otra vía de contacto con sus
seguidores. Su página web (http://www.neilgaiman.com) contiene un
diario en el que el escritor narra sus impresiones acerca de las
obras que lee, las suyas propias, todo lo que rodea al mundo de la
publicación o simplemente al acto de escribir. Casi a diario
Gaiman contesta algunos de los mensajes que los lectores envían a
la web, transmitiendo siempre su pasión por la narración.
Centrándonos en las historias, uno de sus mayores
logros ha sido encontrar en sus personajes rasgos de humanidad que
les hacen aparecer auténticos ante los lectores, ya se trate de
dioses, hadas, humanos, personajes de cuentos populares o
cualquier otro ser. Los protagonistas de sus historias se alejan
de los arquetipos. Tienen pasiones, debilidades, miedos,
deseos... que los acertados diálogos logran hacer llegar al
lector. Cualquiera que haya leído Sandman sabe que Muerte,
la hermana mayor de Sueño, es tan encantadora y positiva como
pueda llegar a serlo cualquiera. También se podría hablar del
taciturno y generoso Sombra de American Gods, o de la
obsesiva y determinada Cazadora de Neverwhere. Sus
personajes son seres multidimensionales que a veces sorprenden al
propio autor.
En ciertas ocasiones Gaiman comienza a escribir
teniendo ya un final en mente, pero en otras se limita a
establecer un escenario, situar allí unos personajes y en sus
propias palabras, «observar qué hacen». American Gods
comenzó a ser escrita en primera persona. Pero según Gaiman Sombra
(el narrador) se comportaba de un modo tan reservado, se mostraba
tan reticente a explicar sus acciones o sus pensamientos que el
escritor se vio “obligado” a volver a empezar y narrar la historia
desde fuera.
Aunque no se puede afirmar que Gaiman sea un autor
de género, sí es cierto que una gran parte de su obra puede
encuadrarse en el terreno de lo fantástico. La explicación la
podríamos encontrar en su predilección desde niño por este tipo de
literatura, pero también en sus amplísimos conocimientos de
mitología y folklore popular. A lo largo de su obra ha utilizado
con frecuencia referencias, acontecimientos o incluso los
personajes de mitos griegos, romanos, hindúes, nórdicos, sajones o
egipcios, por citar sólo algunos. Las obras de Gaiman tienen mucho
de creación de una mitología moderna, fusión de muchas de las
citadas pero también de fábulas contemporáneas, leyendas urbanas,
creencias populares y ficciones literarias devoradas y rumiadas
por Gaiman a lo largo de los años.
El terror es otro de los elementos presentes en su
obra si bien es utilizado con prudencia, como un ingrediente más
cuya presencia da un sabor particular al conjunto pero cuyo abuso
puede llevar a anular todos los demás ingredientes. Gaiman ha
declarado en repetidas ocasiones que los elementos de terror
aparecen casi inconscientemente cuando está escribiendo, pero que
se aburriría si tuviese que escribir una historia puramente
centrada en él.
Gaiman nunca ha ocultado sus influencias, al
contrario; en sus obras pueden encontrarse multitud de homenajes a
sus autores favoritos, evidentes a poco que se sepa cuáles son
estos. Por citar sólo algunos de los que podemos encontrar:
William Shakespeare aparece como personaje en
varias historias de Sandman. Dos de ellas están basadas en
las dos obras que Shakespeare dedicó al mundo de los sueños: “El
sueño de una noche de verano” y “La tempestad”, última obra de
Shakespeare y también último número de la serie de Gaiman. La que
fue frase promocional de la serie («Te mostraré el terror en un
puñado de polvo») corresponde a un diálogo de Hamlet.
También es el título de un poema de T. S. Eliot.
La historia “Funerales” presenta un enlazado de
historias dentro de historias a su vez dentro de otras historias.
Esta misma estructura puede encontrarse en Manuscrito
encontrado en Zaragoza del polaco Jan Potocki, uno de los
libros favoritos de Gaiman. Este libro se menciona además en un
diálogo de American Gods.
Gaiman se ve a
sí mismo como parte de una cadena, un hilo invisible pero
irrompible que une a cada contador de historias con sus
predecesores (los que leyó, aquellos cuyas obras siguió y amó) y
sus sucesores (los que le leyeron, y al escribir continuaron la
cadena infinita). Cada uno de ellos, consciente o
inconscientemente, es de alguna forma el receptor de todo lo
anterior a él. Y si se es consciente de eso entonces es de
justicia ser agradecido. Por eso Gaiman no oculta sus influencias.
Por eso el nombre y la imagen de Gilbert, el personaje de Sandman,
son los de Gilbert K. Chesterton. Por eso el reino del Sueño es en
parte el reino de Narnia (de Las crónicas de Narnia, de C.
S. Lewis). Para dar las gracias.
CONTINUARÁ...
La prolífica producción de Gaiman continúa en la
actualidad y a juzgar por la cantidad de proyectos que tiene ya
iniciados o en mente, aún le quedan muchas historias por contar.
Endless nights,
el esperadísimo regreso de Gaiman a los mitos de Sandman, apareció
en septiembre de 2003. En este cómic encontramos la primera
colaboración de Gaiman con un dibujante español (una de las siete
historias está dibujada por Miguelanxo Prado). En agosto del mismo
año se inició la publicación del proyecto conocido como 1602,
la primera historia de Gaiman dentro del universo Marvel.
Pendientes quedan la finalización de Sweeney Todd con
Michael Zulli, así como la deseada continuación de Miracleman.
Tras la dirección de su primer corto Gaiman
pretende dar el salto a los largometrajes con la adaptación de su
miniserie Muerte: El alto coste de la vida. El
proyecto aún tiene que pasar por varias fases antes de hacerse
realidad. Gaiman pretende comenzar a dirigirlo en la primavera de
2004. Simultáneamente está escribiendo el guión de La Fermata,
basada en la novela homónima de Nicholson Baker, que será dirigida
por Robert Zemeckis.
Su último libro es
The wolves in the walls, un cuento infantil ilustrado una
vez más por Dave McKean, a la venta en septiembre de 2003. Tras
esto hay varias novelas que esperan su turno para ser escritas:
Anansi boys, centrada en el dios Anansi que aparecía en
American Gods. Wall, situada en el mismo universo que
Stardust. Time in the smoke, de la que hasta el
momento no se tiene más información que el título. Y una secuela
de Neverwhere cuyo primer capítulo ya está escrito.
Sea en el medio que sea, Gaiman piensa continuar
mostrándonos cómo somos los seres humanos, revelándonos los
secretos de mundos fantásticos. Va a continuar narrándonos
historias. Es lo que hacen los cuentacuentos.
Silencio. Escuchad. Va a comenzar. Se está
acercando al micrófono...
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