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En la sección “Creadores cordobeses” del diario El Día de Córdoba le fue practicada una entrevista a este artista cordobés en la que declaraba que el dibujo siempre estuvo con él y en él. De niño no dibujaba caricatura, al menos de sus allegados, aunque sí que dibujaba mucho: «Hacía dibujos de lo que fuera, por mi cuenta. En el colegio mayor y en el servicio militar sí hacía caricaturas, a veces porque me lo pedían los compañeros.» A esa cualidad de autodidacta le siguió una preparación ya de carácter vocacional que fue encauzada en la facultad de Bellas Artes, de donde salió con desarrollado interés creativo por la caricatura y también con interés profesional por enseñar Arte. Con el tiempo, fue alternando su trabajo de profesor con la realización de caricaturas hasta que llegó a un acuerdo con el diario La Voz de Córdoba para convertirse en el caricaturista del periódico, comenzando por una imagen de Julio Anguita cuando él era alcalde de Córdoba (1982). Según relata Marrugat: «El director, Francisco Solano, me propuso hacer para el día de los inocentes una caricatura de Anguita vestido de moro, de Califa. La broma era decir que Anguita se había convertido al islamismo.» En sus primeros trabajos no se observaba influencia alguna, pero posteriormente empezó a interesarse por la historia de este modelo expresivo y comenzó a sentirse muy interesado por la obra de otros autores. Sus máximos referentes, según él mismo ha reconocido, han sido Bagaria y Castelao. Con el tiempo, ha incorporado las posibilidades que le brinda las nuevas tecnologías a su faceta de caricaturista, obteniendo un estilo muy personal que ha desembocado en la obtención de varios galardones. En Tenerife logró el II Premio Internacional de Caricatura Personal, luego obtuvo dos premios en Haifa (uno de humor gráfico y otro de caricatura), y una mención especial en China. Recientemente ha expuesto en varias localidades sus ya conocidas “pixelcaturas”.
No por ello ha desatendido sus actividades académicas. Es más, en
Córdoba ha desarrollado un trabajo de investigación sobre la caricatura
personal y el humor gráfico, en lo cual se ha volcado estos últimos
años. De hecho, en el Curso de Paisaje que tuvo lugar en la población
jiennense de Alcaudete en agosto de 2003, Marrugat pronunció una
conferencia sobre la evolución de la caricatura, titulada “De la
caricatura a la pixelcatura”, basada en sus experiencias. El arte de Marrugat. Marrugat tiene a la caricatura por algo más elevado que un mero esbozo divertido. Para él no es sólo un retrato exagerado, es algo aparentemente simple que «tiene mucho trasfondo detrás». No cree este cordobés, de ninguna manera, que la caricatura sea un subgénero del humor gráfico; él la considera aparte del humor gráfico y la sitúa más en relación con la pintura. Para él «La realización de la caricatura es un proceso artístico. (…) El humor gráfico puede basarse en un dibujo muy simple, porque al fin y al cabo lo que vale es la idea. Puede carecer de un estilo perfilado. La caricatura, por el contrario, sí necesita estilización y elegancia. Hay que jugar con los rasgos del personaje teniendo en cuenta dos vertientes: la plástica y la humorística.» En cuanto a su técnica, él sostiene que todo el mundo es caricaturizable y que aquellos que tienen los rasgos más acusados son a veces los más difíciles de caricaturizar, por paradójico que parezca. Sus pixelcaturas obtuvieron su nombre del modo en que desarrolla su elaboración: Tras dibujar las caricaturas a mano (con pincel o estilógrafo) y pasarlas a ordenador mediante un escáner, les aplica la magia del “píxel”, que es la unidad de información gráfica mínima que manejan los ordenadores. La modernización de la caricatura con técnicas informáticas viene, según reconocía el autor cordobés en El Día de Córdoba en junio de 2003, a «enriquecer el entorno significativo del personaje, incorporando texturas y fondos transformados que incluso quieren dar noticia de la psicología y el mundillo de la víctima, en todo caso propiciatoria, si vale la expresión.» Según Tomás Valladolid Bueno (autor del texto que acompañó la exposición Pixelcaturas en Alcaudete), Marrugat no se sirve de la acidez para caricaturizar, antes bien hace uso de un «amor ácido» para reencontrar a la persona a la que dibuja. NO la desfigura, la reconfigura: «Marrugat convierte el detalle en un gesto y el gesto en un detalle». A PGarcía, el presidente de la Academia de Humor, hombre bajo cuyos ojos han pasado muchas viñetas y caricaturas, se le hizo la boca grande para afirmar que Marrugat era «el caricaturista más genial» del siglo XX. No entraremos a discutir si esto es o no una exageración, lo único cierto es que se trata de un caricaturista de calidad que merece recibir más atención de la que hasta la fecha se le viene profesando. |
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Bibliografía C.J. (2003): "La dignificación de la caricatura a través de las nuevas tecnologías", en El Día de Córdoba, 4-VI-2003 D.D. (2003): "Marrugat muestra en el IES Averroes sus ‘Pixelcaturas’", en El Día de Córdoba, 16-V-2003 Martínez, José (2003): "La caricatura está más cerca de la pintura que del humor gráfico", en El Día de Córdoba, 19-X-2003 Valladolid Bueno, Tomás (2003): Texto sin título para el catálogo de la exposición Marrugat, que tuvo lugar en la Casa de la Cultura de Alcaudete (Jaén), en agosto de 2003 |
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[ © 2003 Manuel Barrero, para Tebeosfera, 031223] |
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