PLANETA HULK: EXILIO. A LA SOMBRA DE LA MUERTE, ¡TE SALUDAMOS!
ANTONIO SANTOS

PLANETA HULK – EXILIO. A LA SOMBRA DE LA MUERTE, ¡TE SALUDAMOS!

BAJO LOS PABELLONES DE TAL HAJUS. 

O, más propiamente, de MORS KAJAK, puesto que los mandamases que someten al GOLIAT VERDE se tratan de MARCIANOS ROJOS, aunque con la ferocidad de los MARCIANOPS VERDES. Los autores del guión se han aprovechado de que ni Dios recuerda a JOHN CARTER DE BARSOOM para urdir un escenario engañosamente novedoso y una historia, más sabrosa, para el maltratado GIGANTE ESMERALDA, con el claro objetivo de, como siempre, justificar su salario, a costa del veterano invento de STAN LEE y JACK KIRBY, el cual brinca, actualmente, por nuestras pantallas de cine, con un verde distinto, menos de plastilina esta vez, y con trazos más a lo RAMPAGING HULK que a La Masa cotidiana.

Éste donde se desarrolla la acción es un planeta Marte muy sui generis, donde los marcianos preconizados por H.G. WELLS flotan, o levitan, libando por las cumbres y hay ciudades plurirraciales, donde el elenco de EL RETORNO DEL JEDI, o la parroquia de la taberna de LA GUERRA DE LAS GALAXIAS, huronean bajo palios, toldos y proclamas de un tiránico emperador, semejante al CÓMODO encarnado con notable éxito por el actor JOAQUIN PHOENIX, resultando vanidoso, traidor, vengativo, extendiendo su malvado dominio por todos los medios posibles. Gusta de saltar a la arena, también como el Cómodo histórico, enfundado en una poderosa armadura estilo MANGA, con la cual parte la pana y reclama gloria y alabanzas, espoleado por su insaciable narcisismo, aunque tal conducta temeraria provoque enojo a su guardaespaldas, una asesina de elite y piel gris que, se supone, es de lo más letal del tebeo, aunque deba competir, en capacidad asesina, con las fieras más exóticas y los otros peligros que abonan estas páginas.

El emperador reduce las ansias de rebelión populares mediante ejercicios de catarsis: los juegos gladios (que, cuanto más sangrientos sean, más llenos de casquería, ¡mejor!). A este bizarro ambiente va a caer la encolerizada GÁRGOLA VERDE, tras ser traicionado (una vez más) por los listos del Universo Marvel (a saber: REED RICHARDS y TONY STARK, con una ayudita del retorcido fascista NICK FURIA), so pretexto de vencer a una amenaza espacial, lanzan a La Masa a la Vía Láctea. Este detallito, el engaño, será el que espolee la ira de un Hulk, cuyas facultades intelectuales son lo suficientemente agudas como para tornarse una suerte de cínico filosófico.

Durante el trayecto, el furibundo Goliat verde avería la nave, desviándola de su curso preprogramado. Va a caer a una suerte de agujero negro (o sumidero) que, además de menguarle sobremanera la fuerza, la cual irá recuperando gradualmente, desemboca en este no Marte, donde, aunque no privado de oportunidades de escarceos sexuales (¿podemos suponer cómo son dichos encuentros; qué hembra soporta a semejante macho?) y adoración popular, el hosco Hulk no rinde multitud de enemigos por el amor de la exuberante DEJAH THORIS, pues el cinismo lo consume.

Entendemos, de la lectura, que la raza roja (y la más exótica gris) es parasitaria de este no Marte, que pertenecía a una especie de insectos de política de colmena, que el emperador diezma sistemáticamente con todo tipo de tretas y traiciones, robots y bombardeos indiscriminados, casi como el colono norteamericano hizo con el indio nativo. Aunque aquí el peligroso y traicionero es el pielrroja.

EL MESÍAS DE JADE.

La tiranía del vistoso Cómodo “marciano” ha generado una disidencia que, en su singular mitología, ve en Hulk reflejo de un libertador legendario largamente esperado, con lo cual los guionistas, para engrosar el caldo intelectual, introducen una presunta parábola (otra más) sobre la naturaleza del MESIANISMO y las extrañas formas que adopte. Pero, objetivamente, la fuerza de este recurso es superficial, aunque logra encajar bien en el contexto general de la obra, cuyos escasos elementos de originalidad replican, a su manera, unos acontecimientos otrora vividos por LA COSA, en la época clásica de LOS 4 FANTÁSTICOS.

Conforme a su naturaleza, Hulk no está por la labor mesiánica que desesperadamente le exigen los insurrectos, ni mucho menos. Con grave cinismo, se descarga de la responsabilidad. Así, cuando le afean su conducta, el gigante esmeralda da una profunda y muy cierta respuesta, compendiando todo lo que significa el ser humano.

Hulk es más fecundo en hechos que en palabras (incurriendo en los habituales gruñidos). Expele limitadamente estas valiosas perlas de sabiduría, que resultan aún más meritorias por su escasez. Los guionistas no quisieron abusar, prudentemente, de ellas, so pena de pifiarla o caer en la pedantería.

Exilio no persigue, pero tampoco ofrece, grandes cotas de erudición o filosofía. Evitan sobrecalentarle las meninges al lector, recreando unas fantasmagorías o simbolismos presuntamente sesudos. Se han pegado al lenguaje llano y el derroche de acción, mostrándose un poco chuscos con los elementos intelectuales, o religiosos, que esbozan algunos de sus intérpretes.

GLADIATOR POR ACCIDENTE.

Con Hulk encadenado a otros vistosos y cualificados gladiadores, tan accidentales como él, buscando un protagonismo coral, los guionistas aprovecharán para dar profundidad a su propuesta a través de la narración del resto de los integrantes del grupo al cual unen al COLOSO ESMERALDA. Son historias, no obstante, un tanto tópicas y de relativa trascendencia, porque los escritores han evitado reseñar unas biografías más sugerentes que las del colérico protagonista. También han evidenciado de dónde han ido extrayendo influencias / referencias (cine B, sobre todo, y, sin duda alguna, con la complicidad de los dibujantes), pero también que nunca dejan de perder de vista los ejes capitales de su relato.

Al parecer, Hulk ha absorbido definitivamente a su escuálido y timorato alter ego. Al fin y al cabo, ¿cómo se titula la colección? Hulk, ¿no? Antaño, una de las constantes que caracterizaba al personaje era una súbita “descompresión” que lo transformaba, ora en el titán verde, ora en el científico aturdido, aumentando el dramatismo del momento elegido para la transformación. En este tebeo, abundan los momentos en que, transformado en Banner, hubiesen disparado la tensión de la historia. Pero no suceden.

¿BRUCE Banner? Ni se le espera, ni se le conoce.

ESTELA INVITADA: ¡SILVER SURFER!

NORRIN RAD también tiene su participación en este drama que tanto arranca de la cinta de RIDLEY SCOTT (como observamos en las páginas previas al duelo entre La Masa y ESTELA PLATEADA, cuyas viñetas pretenden reproducir un cierto tempo y atrapar determinada atmósfera). Cautivo, como Hulk, el HAMLET de las estrellas evidencia una situación intelectual penosa: apático, pasivo, con movimientos espasmódicos, concita la furia de Hulk de tal forma que el plateado astronauta recibe las del tigre en la arena del circo, al extremo de asustar a los sanguinarios y febriles espectadores, dejándoles mudos (en viñetas que recuerdan los minutos finales de ROLLERBALL, la buena, la de 1975.)

La pequeña perla filosófica de Estela Plateada hace reflexionar sobre su persona. Esa frase evidencia la escasa entidad que este humanista desconsolado y depresivo tenía al salir de las mientes de Stan Lee (o Jack Kirby: tanto monta, monta tanto), quien(es) lo “parió”(“eron”) bajo unas premisas que funcionaban, aunque, al reflejo de su frase se descubren huecas o insuficientes.

Sabemos que Norrin Rad buscaba adrenalina para sentirse (viril) vivo. Aquí le dan raciones de sobra, hasta aborrecerla, obligado a matar para llegar a mañana. El cultivado ciudadano del moribundo ZENN-LA sigue latiendo bajo su piel cromada, y su sofisticación le hace sentir repugnancia, y repugnado, por el crimen, experimentando odio por quienes lo degradan a ser una bestia criminal. Rebelarse de GALACTUS cuan LUCIFER (pues también Estela Plateada es una parábola del ÁNGEL CAÍDO), y discursear como un personaje del teatro isabelino sobre la libertad, la moral, la tiranía, la sinrazón humana y su básico barbarismo, funciona, pero llega a estragar; por eso, Estela Plateada es tan poco afecto a nuestro aprecio. Pero verse emporcado en el dolor, el sufrimiento, la inmundicia de la trinchera, dijéramos, no le hace recibir una lección de humildad o mayor comprensión hacia la raza de la que se lamenta y cuya conducta tanto vitupera. Al contrario, revive con anhelo la vida muelle y ociosa, estéril, de Zenn-La, y los mimos de SHALLA-BALL, lo cual nos muestra a Silver Surfer bajo una nueva perspectiva: la de un hipócrita.

RECAPITULANDO. 

Adrede omitimos extendernos sobre la labor de los competentes dibujantes que, sin llegar a ser soberbios, cumplen sobradamente. Nos dejan, incluso, buenos ejemplos de arte. Su línea se ajusta al modelo del AMERIMANGA, tratando de aglutinar lo mejor de los estilos aludidos, aunque ya ha dejado de ser sorprendente e innovador. Esta línea de dibujo, “estilo” JIM LEE, que a él, “su inventor”, tan bien le va, tiene el inconveniente de licuarse cuando son otros quienes la ejecutan, restándole naturaleza al talento propio del dibujante que lo imita. Caprichosamente, podríamos haber pedido una plétora mejor de artistas, claro, pero sobrecogidos con las páginas encargadas a Mike Allred, agradecemos efusivamente lo que tenemos.

El color, así como el entintado (donde destacamos el nombre de Alex Niño, habitual de la editorial WARREN, por ejemplo) cumple su objetivo con eficacia, al igual que el uso de la computadora, para el color, arroja esa limpieza que tanto tiene de mecánico y estéril, que ya es tópica de la industria. Merece resaltarse como un trabajo bien hecho, pero nada más.

Hemos de destacar las portadas de Ladronn, cuyo trazo y empleo de la paleta cromática tanto nos recuerda al dibujo del creador de RANXEROX; son llamativas, enganchan, en especial las de los números 92, 94 y 95. Transmiten una onda de posibilidades, más espectaculares, que las que luego cobijan estas viñetas.

Con todo esto, recomendamos este tebeo, que ofrece un nutrido elenco de secundarios del cine (el episodio de LA FAUCE: ¿El retorno del Jedi?) y de los comic books (señalaremos a un viejo enemigo de THOR: un HOMBRE DE PIEDRA DE SATURNO), y que, para los lectores ávidos de ver alienígenas machacados por Hulk, una vez más, aquí tienen un magnífico ejemplo.

Para los demás lectores: puñetazos, aventuras y sanguinarios gruñidos de cólera del más atormentado personaje del cómic.

Una pequeña nota de atención sobre el presentador / animador del circo máximo no marciano: ¿no recuerda al actor PAUL BETANY en DESTINO DE CABALLEROS? ¿A que sí? Otro ejemplo de las múltiples referencias pescadas por los autores de otros tantos sitios.

Antonio Santos