Tebeosfera:
Los diccionarios de
historieta española datan su nacimiento en 1941,
y según Antonio Vila (alias Tunet Vila, el dibujante de “Tumbita”),
usted comenzó a trabajar a la edad de 14 años para la editorial
Símbolo...
López Espí: No, es
incorrecto en ambos casos. Yo nací en 1937, y los datos obtenidos de
Tunet Vila son un tanto imprecisos. Empecé a dibujar
profesionalmente allá por el año 1953 para Editorial Símbolo. Eran
temas de de guerra, y recuerdo que me pagaban la página de nueve
viñetas a 60 pesetas; luego, en Disco, me pagaban hasta 70
pesetas por página. Al poco hice una serie de tiras para el diario
Solidaridad Nacional, sobre el tema "La Atlántida", y también
para ese periódico la serie "Los tambores del Bruc". Por estas
fechas hacía asimismo retratos a pluma de diversos concejales y
periodistas para ser publicados en el diario La Prensa.
T: Y, ya en 1954, comenzó
usted como aprendiz en la agencia Selecciones Ilustradas (esto,
también según Vila).
LE: Selecciones Ilustradas
no existía todavía, pero sí José Toutain dando sus primeros pasos
como agente. Por otra parte, soy autodidacta y que yo sepa ningún
autodidacta trabaja de aprendiz [aunque] vocacionalmente siempre
están aprendiendo y, a su aire, aprenden cómo y cuánto pueden y lo
que quieren. El término aprendiz comúnmente usado corresponde mas
bien al orden profesional que al artístico. Quizás Tunet Vila se
refería a que fui ayudante y, en dichos términos, ingresase algún
dinerillo; yo estuve colaborando con Selecciones Ilustradas cuando
aún no estaba creada, y recuerdo haber comenzado por hacer una serie
del oeste, "Kit Colt". Pudo ser por entonces que comenzase como
dibujante más “profesional” publicando algunas historietas en los
suplementos A todo color y Aventuras del diario La
Prensa, ambos coordinados por Toutain.
T: ¿Cómo era su relación con
Toutain?
LE: Entre los dibujantes
principiantes y algún profesional que formábamos el equipo con el
que Toutain se apoyaba en sus primeros pasos como agente hubo una
relación muy personal, la cual se mantuvo hasta después de 1957-58
(si no me equivoco), fecha en que se formó oficialmente Selecciones
Ilustradas. Entonces, el trabajo en equipo permitía asumir demandas
que en solitario hubiera sido imposible negociar; algo que,
consecuentemente, condujo a cierta unificación de estilo debido a la
natural influencia de unos para con otros.
T: Enric, González, Giménez,
Beà (quien, como usted, comenzó dibujando historietas románticas
para el mercado extranjero)... algunos han recordado que se copiaban
unos a otros, y que a la postre les salían muchas historietas
semejantes.
LE: Bueno, eso si hablamos
de cómics de género romántico, lo cierto es que el dibujo es más
bien estático, bustos parlantes. Había poca alternancia de posturas,
la narración era rígida: el chico con la chica, paseando, hablando,
besándose. Hacías 4 ó 5 posturas de besos y ya habíamos acabado con
el repertorio; era una repetición constante, era siempre lo mismo.
Había que combinarlo con distintos paisajes, enfoques... y ya cuando
uno empieza a ser veterano desarrolla cierta habilidad para mover a
los personajes y generar una narración más fluida. ¿Autores? Sí, has
citado a Beà. José María Beà prácticamente lo situé yo. Él me
conoció siendo muy joven, y yo le impulsé a entrar en al industria;
luego le animé más y él ya se abrió camino por sus propios méritos.
Y ya siempre estuvimos juntos. En cierto modo fui yo su padre
artísticamente. La primera serie de historietas románticas que hice
yo en la agencia fue para la revista británica Glamour, y a
continuación hice algunas del oeste.
T: Durante los años sesenta
se dispensaban muchas historietas para mercados extranjeros a través
de agencias como: Histograf, Ibergraf, Bardon Art, la de José
Gallardo o la de Luis Ferraz. ¿Trabajó usted para alguna de ellas?
LE: Conocí algunas de esas
agencias, pero no recuerdo haber trabajado a través de ellas de
manera directa. Con Bardon Art sí, y durante muchos años. Con
Gallardo creo recordar que fue durante un corto tiempo. Con Luis
Ferraz hice varios trabajos, entre ellos la serie “Don Starr”, en
1966, que luego aparecería traducida al castellano en la publicación
Cómics, de Ediciones Pined, entre 1970 y 1972, y que
recientemente hemos recuperado para FansFun Magazine.
T: Casi todo lo que ha
elaborado para el extranjero permanece inédito en España. Según
Cuadrado, usted dibujó durante los años sesenta series de western
como “Rex Raven”, “Billy McGregor” o “Riffle” ¿Qué recuerda de esas
producciones?
LE: Algunas de esas cosas
que citas no fueron trabajos de cómic propiamente sino portadas
estilo cómic que incluían a personajes como Rex Raven. Las aventuras
de Billy McGregor fueron con guiones de un tal Rodríguez y también
de Blas Navarro, y creo recordar además también de Fernando Sesén,
quien además escribió guiones del personaje "Riffle". "Riffle" fue
una creación que hicimos juntos Toutain y yo entre 1958 y 1960, para
distribuirla para el resto del mundo, pero quedó olvidado tras mi
marcha de SI. Otros títulos en los que trabajé, esta vez sí, de
cómic del oeste, fueron: Tarzan Adventures y Long
Bow. El primero de los que te menciono fue publicado por
WestWorld Publications Ltd. desde 1958, que comenzó reeditando las
tiras de Foster y Hogarth en los años cincuenta, pero que en el
volumen 8, solicitaron páginas a autores españoles, como las de Luis
Bermejo o las mías (yo hice en 1959 historietas del oeste, como “The
New Sheriff”, para las que tomaba como documentación fotografías que
nos hacíamos disfrazados de vaqueros en las afueras de Barcelona
Longaron, Brea, el guionista Blas Navarro y yo, con artillería de
imitación, claro). También participé en Long Bow, una serie
de Atlas Publishing que salió a la venta con fecha de 1 de
septiembre de 1960; y recuerdo que dibujé en 1959 alguno de los
primeros números de la collana Dakota, que era una
publicación italiana que dirigía Vittorio Alemanni. Para Francia
hice otros títulos por entonces, Plume D'or y Arizona,
y unas páginas para la revista Vaillant, donde
trabajaron muchos nuestros compatriotas Hidalgo, Monzón y, también,
Font. Yo hice dos episodios de historieta, si no recuerdo mal,
titulados "El Matuto".
T: Pero su trabajo en
historieta para el extranjero lo dirigió primordialmente hacia el
mercado británico.
LE: Aproximadamente comencé
a partir de los sesenta. Entre 1961 y 1963, estuve desarrollando
historietas de tema bélico para Fleetway básicamente, sobre todo
para Air Ace [Air Ace Picture Library], donde nos
íbamos combinando Luis Bermejo, José Ortiz, Fernando Fernández. Era
duro; ten en cuenta que aquellas historietas venían en formato de
bolsillo y constaban de 64 páginas, con dos o tres viñetas por
página a lo sumo. Estas series costaban bastante de hacer. En un mes
no las hacías, no te daba tiempo. Al alargarse, el curso de los
años, no habías producido gran cantidad de historieta, sino podas,
pero muchas páginas. Entonces, probablemente haría alrededor de una
docena. Conservo alguna reproducción pero no todas las que hice.
Para Fleetway realicé trabajos para Battle, Roxy, Marilyn y Valentine, y también la que citaste anteriormente, “Rex Raven”, dentro de la serie británica titulada Daniel Boone de
Edit. L. Miller. Lo que más recuerdo son mis historietas basadas en
temas de aviación.
T: Por lo que veo,
mucha viñeta de guerra ¿No trabajaste para otros sellos extranjeros
que no fuesen británicos?
LE: En el género bélico,
solamente para los ingleses. Como lo hacíamos a través de la agencia
Selecciones Ilustradas, y esta agencia se encargaba de la
distribución de páginas a los que estábamos allí, al expandirse la
producción de otras publicaciones de editorial Fleetway se abordaron
historias de romance, como por ejemplo las de Roxi y las de
Valentine. Tras un tiempo combinando lo bélico con lo
romántico finalmente dejamos estas series para seguir con la
Valentine, porque, con franqueza, las historietas de guerra eran
agotadoras, por la documentación que te exigían, y por otro lado
debido al trabajo que se te iba acumulando, porque eran muchas viñetas y una mínima exigencia te provocaba fatiga. Te tenías que
documentar muy bien, y es verdad que cuando ya sabías dibujar un
modelo de vehículo, por ejemplo, todo venía rodado, pero lo cierto
es que cuando venían los aviación... los británicos eran muy
exigentes, y tenías que ceñirte muy bien a cada uno de los modelos
específicos. Nosotros nos documentábamos con la revista Signal
editada durante la II Guerra Mundial, y también de revistas de
la posguerra dedicadas al cine. Yo, incluso, llegué a tener toda una
colección de maquetas que monté yo mismo, más fotografías, montones
de bocetos... aquello realmente requería mucho tiempo. Para otros
mercados trabajé en un personaje semejante a Tarzán, un tal Korak,
para Suecia, a través de la agencia Euredit, si no recuerdo mal.
T: ¿Qué le impulsó a
abandonar la agencia SI?
LE: Fueron mas de dos años
de trabajo allí, desde diciembre de 1961 hasta enero de 1964, pues
mi marcha fue tras haber cumplido el Servicio Militar. La causa del
abandono de SI es un tema delicado. Digamos simplemente que quise
independizarme.
T: Si bien siguió haciendo
historietas, para Toray y otros sellos, ahora ya españoles.
LE: Yo estaba encauzando mi
carrera hacia labores de ilustración, pero el cómic lo estuve
manteniendo para Ediciones Toray en series del oeste (para ellos de
guerra no hice nada) sobre guiones de Salvador Dulcet, que por
entonces era traductor del inglés al castellano en SI, y estuve encantado de hacerlo. Entonces no me
exigían, por ser yo, y me tenían respeto, porque les agradaba el
estilo. Estaban encantados, o así me lo dieron a entender; y bajo
esa libertad y honradez profesional, disfruté haciendo series como
Sioux, de aventuras del oeste, desde 1964, de la que hice
catorce números. También dibujé ocho
portadas de color
realizadas al guache y acrílicos de
la colección Historias del Oeste.
T: De 1965 data la colección
de Galaor Lawrence de Arabia, de aventuras de cariz histórico.
Usted fue uno de los dibujantes principales de sus 15 números
¿No es así?
LE: En efecto, hice quince
episodios, directamente para Galaor. Asimismo, trabajé para la
editorial Toray, en la publicación Robot 76, de 1967, y en la
colección de biografías Hombres famosos
de
1968, dibujando la vida de Pancho Villa, con un guión de Salvador Dulcet.
T: Y luego llegó la “etapa Vértice”, a la que eminentemente
destinó ilustraciones...
LE: Desde mediados los 60,
J. Torra Más ya estaba publicando cómics, sobre todo material
británico (en la colección Selecciones Vértice de Aventuras).
En 1969 José Mª Sesén y Tunet Vila se unieron a él en la redacción
de Ediciones Vértice y, como yo ya estaba por allí desde 1968, me
tomaron como portadista “fijo” tras Enric. En realidad ya había
elaborado algunas portadas en 1966, como las de la colección 3-09
Agente Secreto. Para Vértice no solamente hice portadas, también
elaboré una historieta de la serie Mytek, personaje británico
que era un gran gorila. Fue porque, de las series que publicaban,
una vez no recibieron el material de quienes se lo remitían y se
quedaron algo colgados. Como no tenían a nadie a quien recurrir para
disponer de una historieta de un modo acelerado con el fin de sacar
el libro de cómics... el tomo...
T: “Novelas Gráficas para
Adultos”, así las denominaron. ¿Ese fue su último cómic por
entonces?
LE: Sí, el formato que
editaba Vértice. Y serían sesenta y pico páginas para las que me
ofrecí yo. El guión era de Sesén y fue una de las últimas
historietas que hice cuando todavía no estaba por completo
desconectado del cómic.
Mucho más adelante, en 1992, me
vino la posibilidad de hacer unas cuantas historietas de cómic para
Suecia a través de una agencia llamada Dalger Press, cuyo director
era un socio de Macabich en la agencia de Bardon Art. Hubo una
descomposición de la asociación y el hombre éste salió y fundó su
propia agencia, y estando él en esa agencia me llamó. Se trataba de
hacer aventuras con el tema de la equitación protagonizadas por una chica, “Conny”, que iban a ser editadas en la revista Min Häst de Suecia.
Ésta luego pasaba a Alemania, a Bastei Verlag, donde la titularon
Conny y para la que hice portadas nuevas (yo ya había hecho más
portadas para Conny en los primeros años ochenta, y también
para otra similar, Bessy). Le hice esta serie que me ofreció,
tres historietas, entre 1992 y 1993, para luego volver a mi
profesión de ilustrador. El hecho de no volver al cómic no fue por
una cuestión de menospreciar el cómic. Fue por vaivenes de mi vida
profesional; de hecho, actualmente estoy volviendo a hacer cómics.
Yo tenía mis propósitos en la ilustración, y lo cierto es que no
son compatibles las dos cosas cuando estás formándote en una de las
dos carreras, la del cómic y la ilustración a color, artística y
profesionalmente dicho, pero una vez ya formado profesionalmente en
ambas, SÍ son compatibles pudiéndose alternar.
En los dos diccionarios de Jesús Cuadrado se le da por nacido en
1941, si bien López Espí ya había hecho pública su edad en La
Historieta núm. 4 (1973).
Este editor solamente conoce “El Matuto”, de 3 páginas,
publicada en Valliant, núm. 879.
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